pepeleches
Será en Octubre
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Precedentes: mido cerca de 1,85m, mi peso solía estar tradicionalmente entre 85 y 90kg, aunque últimamente más cerca de 90kg. Deporte moderado, me fijaba en lo que comía (sin ningún tipo de extremismo), y muy poco presumido, ni siquiera tengo peso en casa.
Cada X meses cuando me acuerdo me peso en casa de alguien de la familia. Eso sí, en cosa de un par de años, bastante bajón físico sobre todo a nivel de energía, que yo atribuía simplemente a cumplir años y a cuestiones laborales. Lo notaba mucho porque había veces que al llegar a casa estaba destrozado y simplemente me apetecía tumbarme en el sofá, igual que empezaba a no dormir bien y a levantarme cansado
Desencadenante: el año pasado durante unos meses salí con una chica de fuera de mi localidad. Por casualidad había dejado de hacer deporte poco antes, y se multiplicaron las veces en que comía fuera de casa, donde nunca miro lo que como. Además esta chica era nula en la cocina (a mi me gusta mucho!). Me gusta comer y tengo buen saque. No me di cuenta pero empecé a engordar.
Justo había acabado la relación y un día al ir a entrar en la ducha me di cuenta de que tenía bultos que no solían estar allí. Ya digo que soy muy poco presumido. Cuando me pesé estaba en 96kg, algo se había ido de progenitora. Y ciertamente, esa falta de energía había ido mucho a más. Y por algo la ropa me iba realmente justa
Solución 1 (fallida): cuando en el pasado me había podido pasar algo parecido, simplemente con volver a la rutina y tener un poco más de cuidado en lo que comía había sido efectivo. Sin estar pendiente en absoluto, siempre que me volvía a pesar había vuelto a terreno razonable.
Pasaron como 2-3 meses y no estaba muy pendiente de mi aspecto, aunque me parecía que el volumen no bajaba mucho. Pero como me alimentaba bien, pues ya volvería a la normalidad. Cuando me pesé había adelgazado la friolera de....1kg
Seguramente en ese momento me preocupé, no se a cualquier otra persona si le pasa, pero a mi me resulta muy incómodo salirme de mi peso habitual. Me vuelvo más perezoso, estoy incómodo...Y sobre todo el miedo a ir a más. No tenía aspecto de rellenito, seguramente la gente a mi alrededor ni se dio cuenta, pero sí que noté que mi vitalidad había descendido muchísimo.
Probé durante unas pocas semanas a intentar comer menos, algo que no había hecho nunca. Y ni bajé de peso, pero es que encima la diferencia de sensación entre llevar una dieta saludable o estar a régimen para mi es enorme. Y fue nada efectivo, aparte de que en absoluto quiero estar midiendo las cantidades que como.
Solución 2: como siempre me ha interesado el tema de la nutrición, intenté una vía más 'científica'. Soy de esos que tienen la sensación de que la nutrición es un tema horrible, que hay una desinformación bestial, y que es bastante acientífica porque cualquier experimento puede demostrar correlatividad pero poca causalidad. Sin contar con que las creencias tradicionales que vienen de hace 50 años son pura patraña.
Tengo como creencia asumida que tanto la obesidad como el colesterol (que por cierto me salió alto en análisis de empresa justo cuando subí de peso...) dependen más de los carbohidratos que de la tan demonizada grasa. Pero como la costumbre está ahí y he crecido con eso, pues hay una limitación importante a lanzarse a hacer una dieta tipo keto. Aparte de que creo mucho más en alimentarte con una cierta lógica que hacer regímenes estrictos.
Y decidí seguir la filosofía paleo, pero sin ningún extremismo. No he aumentado la ingesta de carne o pescado, pero sí que como más variedad, ahora no me da ningún reparo comer panceta si me apetece. Sigo comiendo verduras, frutas, y he descubierto alimentos como el aguacate o los frutos secos, que no evitaba pero tampoco formaban parte de mi día a día. Y ahora los frutos secos los devoro.
Azúcar tomaba poco, pero directamente me lo he quitado. Tomo el café sin azúcar (era mi única fuente 'consciente' de azúcar, pero sobre todo he aprendido a leer etiquetas. He dejado de tomar yogures de sabores, tomaba varios al día y contienen mucho azúcar.
Y he dejado de lado los productos procesados; antes no me acercaba a un precocinados en absoluto, pero cuando he puesto el foco en mirar la etiqueta nutricional te asusta ver que unas salchichas o unas hamburguesas resulta que tienen de media un 70-80% de carne, y el resto son componentes tipo jarabe de maíz o similares que no dejan de ser cosa que obviamente ni te imaginas que están ahí. Incluso muchos embutidos tienen cuando menos una parte importante de féculas o componentes que no tienen sentido. Aplicando la lógica, por esa vía estaba tomando muchísimo más azúcar del que era consciente.
Sigo sin ser talibán, en estos meses que yo recuerde me he comido una paella y dos o tres bocadillos, un par de postres por alguna celebración. Pero entiendo que el porcentaje sobre el total irrelevante. Igual que no me he puesto a mirar la alimentación del lechón o vaca ha sido de una determinada manera, no quiero disparar el presupuesto. Simplemente sigo la regla básica de que no sean preparados, aluciné cuando vi que hasta la carne picada normal del super tiene un montón de componentes más allá de la carne.
Y no me he cortado con la fruta, ni he escatimado en echarle algo de patata a la verdura que lo necesita para darle un poco de alegría. O en echarle unos tacos de jamón, o un poco de mostaza si le hace falta. Creo que es mucho más perjudicial obligarte a comer cosas sosas que saltarte la filosofía en pequeños detalles que no son nada relevantes.
Resultado: desde el primer día vi la efectividad, se notaba en el volumen. Cierto es que los primeros días estás raro, notas que tu cuerpo sufre una adaptación. Pero nada preocupante.
He comido la misma cantidad que antes, o incluso más, sobre todo el primer mes. Había como una cierta ansiedad que iba saliendo, terminaba de cenar y me comía un montón de frutos secos. Seguramente con los manuales tradicionales eso significaba que estaba metiendo al día un montón más de calorías de las que necesitaba (los frutos secos tienen muchísimas...) pero es que notaba como el volumen bajaba día a día. Y en vez de echar un chorrito de aceite de oliva (que me encanta!) ahora le echo a todo con mucha alegría.
No he entrado al rollo más sectario de hacerte tu pan o utilizar aceite de coco y cosas de esas. Lo que como me gusta, obviamente hay menos variedad pero ahí no tengo problemas.
Llevo ya como tres meses, y hace más de uno que la ropa volvía a ser de mi talla. Pero es que ahora resulta que se me empieza a caer y tengo que apretar el cinturón.
Me pesé hace un par de días y estoy en 84kg. Es decir, en tres meses comiendo lo que me da la gana y en gran cantidad he adelgazado entre 10 y 12kg. Y sin ningún tipo de esfuerzo.
Lo más importante (si no es el aspecto físico lo que más te importa...) es que he recuperado muchísimo de esa energía que me faltaba. Duermo mejor, de tirón y me levanto descansado. Y no me sucede que a las 7 de la tarde estoy hecho un guiñapo.
En un par de meses me haré análisis por el tema del colesterol, y si las cosas van como presupongo, mi idea es seguir esta dieta como parte de vida. De hecho no he hecho nada de deporte, y ahora sí que me vuelve a apetecer.
No renunciaré a una paella cuando toque, a unos garbanzos, a un trozo de pizza o un helado, ni mucho menos. Simplemente no estarán en mi vida diaria, para mi no se trata de un renuncio continuo, sino de cómo compras en el súper.
Parte negativa: como parte negativa, me gasto más en comida. No tanto por la carne o el pescado (que tomo en la misma cantidad...), sino por detalles como que gasto más aceite de oliva, aguacates (que no son baratos), o frutos secos (que rozan ser caros). Pero tampoco una barbaridad, gasto como 20-30€ más que antes.
Y como parte muy negativa , el alcohol. Mi consumo no era diario, pero (sin pasarme) era más o menos frecuente y social.
No quiero decir que sea menor, intento tomar en concreto menos cerveza pero tampoco tomaba tanta, y si me he tomado unos pocos cubatas por primera vez me he fijado en que sea con refresco zero.
Pero lo negativo es que....me emborracha muchísimo más. No sé por qué, pero me tomo dos vinos y ya estoy medio mareado. Objetivamente eso no es muy malo para la salud, pero ya me he encontrado a mi mismo en un sábado por la noche en una reunión de amigos tomando una cerveza sin alcohol, algo que no había hecho en la vida. Desconozco la relación entre esto y la dieta, pero para mi es evidente...
Para tomar la decisión de adoptar esta dieta busqué mucho por internet, pero también busqué en burbuja, y encontré muchos hilos interesantes.
Simplemente quería contar esta experiencia por si a alguien le puede interesar. La verdad es que nunca he sufrido por mi peso, pero cuando vi que no volvía a bajar como siempre me solía pasar, imaginé que la lucha de quienes tienen sobrepeso y no consiguen bajar tiene que ser durilla.
Cada X meses cuando me acuerdo me peso en casa de alguien de la familia. Eso sí, en cosa de un par de años, bastante bajón físico sobre todo a nivel de energía, que yo atribuía simplemente a cumplir años y a cuestiones laborales. Lo notaba mucho porque había veces que al llegar a casa estaba destrozado y simplemente me apetecía tumbarme en el sofá, igual que empezaba a no dormir bien y a levantarme cansado
Desencadenante: el año pasado durante unos meses salí con una chica de fuera de mi localidad. Por casualidad había dejado de hacer deporte poco antes, y se multiplicaron las veces en que comía fuera de casa, donde nunca miro lo que como. Además esta chica era nula en la cocina (a mi me gusta mucho!). Me gusta comer y tengo buen saque. No me di cuenta pero empecé a engordar.
Justo había acabado la relación y un día al ir a entrar en la ducha me di cuenta de que tenía bultos que no solían estar allí. Ya digo que soy muy poco presumido. Cuando me pesé estaba en 96kg, algo se había ido de progenitora. Y ciertamente, esa falta de energía había ido mucho a más. Y por algo la ropa me iba realmente justa
Solución 1 (fallida): cuando en el pasado me había podido pasar algo parecido, simplemente con volver a la rutina y tener un poco más de cuidado en lo que comía había sido efectivo. Sin estar pendiente en absoluto, siempre que me volvía a pesar había vuelto a terreno razonable.
Pasaron como 2-3 meses y no estaba muy pendiente de mi aspecto, aunque me parecía que el volumen no bajaba mucho. Pero como me alimentaba bien, pues ya volvería a la normalidad. Cuando me pesé había adelgazado la friolera de....1kg
Seguramente en ese momento me preocupé, no se a cualquier otra persona si le pasa, pero a mi me resulta muy incómodo salirme de mi peso habitual. Me vuelvo más perezoso, estoy incómodo...Y sobre todo el miedo a ir a más. No tenía aspecto de rellenito, seguramente la gente a mi alrededor ni se dio cuenta, pero sí que noté que mi vitalidad había descendido muchísimo.
Probé durante unas pocas semanas a intentar comer menos, algo que no había hecho nunca. Y ni bajé de peso, pero es que encima la diferencia de sensación entre llevar una dieta saludable o estar a régimen para mi es enorme. Y fue nada efectivo, aparte de que en absoluto quiero estar midiendo las cantidades que como.
Solución 2: como siempre me ha interesado el tema de la nutrición, intenté una vía más 'científica'. Soy de esos que tienen la sensación de que la nutrición es un tema horrible, que hay una desinformación bestial, y que es bastante acientífica porque cualquier experimento puede demostrar correlatividad pero poca causalidad. Sin contar con que las creencias tradicionales que vienen de hace 50 años son pura patraña.
Tengo como creencia asumida que tanto la obesidad como el colesterol (que por cierto me salió alto en análisis de empresa justo cuando subí de peso...) dependen más de los carbohidratos que de la tan demonizada grasa. Pero como la costumbre está ahí y he crecido con eso, pues hay una limitación importante a lanzarse a hacer una dieta tipo keto. Aparte de que creo mucho más en alimentarte con una cierta lógica que hacer regímenes estrictos.
Y decidí seguir la filosofía paleo, pero sin ningún extremismo. No he aumentado la ingesta de carne o pescado, pero sí que como más variedad, ahora no me da ningún reparo comer panceta si me apetece. Sigo comiendo verduras, frutas, y he descubierto alimentos como el aguacate o los frutos secos, que no evitaba pero tampoco formaban parte de mi día a día. Y ahora los frutos secos los devoro.
Azúcar tomaba poco, pero directamente me lo he quitado. Tomo el café sin azúcar (era mi única fuente 'consciente' de azúcar, pero sobre todo he aprendido a leer etiquetas. He dejado de tomar yogures de sabores, tomaba varios al día y contienen mucho azúcar.
Y he dejado de lado los productos procesados; antes no me acercaba a un precocinados en absoluto, pero cuando he puesto el foco en mirar la etiqueta nutricional te asusta ver que unas salchichas o unas hamburguesas resulta que tienen de media un 70-80% de carne, y el resto son componentes tipo jarabe de maíz o similares que no dejan de ser cosa que obviamente ni te imaginas que están ahí. Incluso muchos embutidos tienen cuando menos una parte importante de féculas o componentes que no tienen sentido. Aplicando la lógica, por esa vía estaba tomando muchísimo más azúcar del que era consciente.
Sigo sin ser talibán, en estos meses que yo recuerde me he comido una paella y dos o tres bocadillos, un par de postres por alguna celebración. Pero entiendo que el porcentaje sobre el total irrelevante. Igual que no me he puesto a mirar la alimentación del lechón o vaca ha sido de una determinada manera, no quiero disparar el presupuesto. Simplemente sigo la regla básica de que no sean preparados, aluciné cuando vi que hasta la carne picada normal del super tiene un montón de componentes más allá de la carne.
Y no me he cortado con la fruta, ni he escatimado en echarle algo de patata a la verdura que lo necesita para darle un poco de alegría. O en echarle unos tacos de jamón, o un poco de mostaza si le hace falta. Creo que es mucho más perjudicial obligarte a comer cosas sosas que saltarte la filosofía en pequeños detalles que no son nada relevantes.
Resultado: desde el primer día vi la efectividad, se notaba en el volumen. Cierto es que los primeros días estás raro, notas que tu cuerpo sufre una adaptación. Pero nada preocupante.
He comido la misma cantidad que antes, o incluso más, sobre todo el primer mes. Había como una cierta ansiedad que iba saliendo, terminaba de cenar y me comía un montón de frutos secos. Seguramente con los manuales tradicionales eso significaba que estaba metiendo al día un montón más de calorías de las que necesitaba (los frutos secos tienen muchísimas...) pero es que notaba como el volumen bajaba día a día. Y en vez de echar un chorrito de aceite de oliva (que me encanta!) ahora le echo a todo con mucha alegría.
No he entrado al rollo más sectario de hacerte tu pan o utilizar aceite de coco y cosas de esas. Lo que como me gusta, obviamente hay menos variedad pero ahí no tengo problemas.
Llevo ya como tres meses, y hace más de uno que la ropa volvía a ser de mi talla. Pero es que ahora resulta que se me empieza a caer y tengo que apretar el cinturón.
Me pesé hace un par de días y estoy en 84kg. Es decir, en tres meses comiendo lo que me da la gana y en gran cantidad he adelgazado entre 10 y 12kg. Y sin ningún tipo de esfuerzo.
Lo más importante (si no es el aspecto físico lo que más te importa...) es que he recuperado muchísimo de esa energía que me faltaba. Duermo mejor, de tirón y me levanto descansado. Y no me sucede que a las 7 de la tarde estoy hecho un guiñapo.
En un par de meses me haré análisis por el tema del colesterol, y si las cosas van como presupongo, mi idea es seguir esta dieta como parte de vida. De hecho no he hecho nada de deporte, y ahora sí que me vuelve a apetecer.
No renunciaré a una paella cuando toque, a unos garbanzos, a un trozo de pizza o un helado, ni mucho menos. Simplemente no estarán en mi vida diaria, para mi no se trata de un renuncio continuo, sino de cómo compras en el súper.
Parte negativa: como parte negativa, me gasto más en comida. No tanto por la carne o el pescado (que tomo en la misma cantidad...), sino por detalles como que gasto más aceite de oliva, aguacates (que no son baratos), o frutos secos (que rozan ser caros). Pero tampoco una barbaridad, gasto como 20-30€ más que antes.
Y como parte muy negativa , el alcohol. Mi consumo no era diario, pero (sin pasarme) era más o menos frecuente y social.
No quiero decir que sea menor, intento tomar en concreto menos cerveza pero tampoco tomaba tanta, y si me he tomado unos pocos cubatas por primera vez me he fijado en que sea con refresco zero.
Pero lo negativo es que....me emborracha muchísimo más. No sé por qué, pero me tomo dos vinos y ya estoy medio mareado. Objetivamente eso no es muy malo para la salud, pero ya me he encontrado a mi mismo en un sábado por la noche en una reunión de amigos tomando una cerveza sin alcohol, algo que no había hecho en la vida. Desconozco la relación entre esto y la dieta, pero para mi es evidente...
Para tomar la decisión de adoptar esta dieta busqué mucho por internet, pero también busqué en burbuja, y encontré muchos hilos interesantes.
Simplemente quería contar esta experiencia por si a alguien le puede interesar. La verdad es que nunca he sufrido por mi peso, pero cuando vi que no volvía a bajar como siempre me solía pasar, imaginé que la lucha de quienes tienen sobrepeso y no consiguen bajar tiene que ser durilla.