Decididamente, es más sano comer cocido o hervido, o al vapor (los japoneses tienen las arroceras donde "cocinan" el arroz al vapor), que no frito.
Cuando fríes el aceite, lo pones a una temperatura muy alta que "estropea" sus ácidos grasos (pasan de "cis" a tras*, podríamos decir que... "se vuelven "saturados"). En especial, las aceites de origen vegetal (girasol, sésamo, margarina...) bajo ningún concepto se deberían usar para freír, puesto que son muy inestables al oxígeno y al calor, y se estropean. (ya sé, ya sé, todo se fríe con aceite de girasol).
Por otro lado, si se reutiliza el mismo aceite, se van acumulando esas cositas que se queman (acrilamidas o algo así), que son cancerígenas, y que acaban convirtiéndose en un auténtico veneno para el cuerpo.
Por otro lado, los alimentos fritos tienen un índice glucémico más alto que el mismo alimento cocido (esto es, que tienen menos superficie expuesta y se digiere más rápido, con la consiguiente subida de azúcar en sangre). Es decir, vas a tener hambre al cabo de menos tiempo, que si lo cocieras con agua.
Y si tienes el hígado algo estropeado, las frituras lo van a machacar más. Al hígado le cuesta mucho digerir fritos (gasta mucha bilis, y si hay piedras, o está atascado... puede haber un buen problemón).
O sea, si vas a freír: que sea únicamente con aceite de oliva virgen extra (prensado en frío o extraído por procedimientos mecánimos) (todos los aceites refinados han sido procesados por calor, y sus grasas son más tras* que cis, lo que no te va a beneficiar en nada su supuesta "grasa insaturada buena para el corazón y para las arterias") (lo sé, es caro). Y sólo 1 vez: cambia el aceite cada vez que frías. Y no dejes que se queme (que le salga humo).
También puedes usar mantequilla de vaca, de pasto, le da un sabor delicioso a la comida (aunque sea cocida). Antaño se usaba manteca de lechón (no aceite), pero apenas se encuentra en las tiendas. Y a saber qué le han dado de comer a ese lechón.
Mi progenitora hace el arroz, friendo primero con aceite de oliva el aliño (tomate y cebolla), en la misma cazuela, y añadiendo luego el agua, y algunas verduras (zanahoria, acelga, hinojo, setas, alcachofas), y finalmente el arroz. Si sobra para el día siguiente, se calienta en la sartén, con un poquito de aceite, y parecerá frito.