Azog el Profanador
Siervo de Sauron
Cualquier batalla del Frente del Pacífico me vale, me hubiese gustado palmarla dándolo todo en una carga banzai contra los malditos americanos, o haberme hundido con mi navío como hicieron tantos honorables almirantes japoneses como el gran Tamon Yamaguchi.
O como un tokkotai, pilotando mi caza con el que habría forjado una simbiosis irrompible a lo largo de la guerra hasta convertirlo en mi mejor amigo, morir junto a mi máquina de trabajo y mi mejor amigo, qué puede haber mejor, desde luego mejor que morir de ardor de estomago en una residencia de mala fin.
O haber muerto durante la operación TenGo durante la cual fue sacrificado el símbolo del poder imperial que fue el glorioso acorazado Yamato.
Qué ardor de estomago de época me ha tocado vivir.
Tu no eres japonés, aunque hubieras vivido en aquellos años no habrías luchado en el ejército imperial japonés, es más, tu serias para ellos un poco apreciable gaijin.
En esa época tu siguirias siendo un español más,que como mucho podría aspirar a morir en Rusia o en Berlín al servicio del Reich.