Conversión plagiada, burdamente modificada. Módico semi ad populum.
Infumable mamotreto.
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¡Foreros, compañeros, prestadme atención!
He venido a inhumar a un foro, no a ensalzarlo. El mal que hacen los hombres les sobrevive, el bien es a menudo enterrado con sus huesos.
¡Sea así con lo que este foro fue!
El noble aparejador nos dijo que lo que este foro fue, con sus chupipandis, fue un lamentable espectáculo de cunilingus, de ridículas vanidades y estulticias, en las que un grupito cantaba sus propias alabanzas en sus estúpidas intervenciones a coro. Si fue así, era la de aquel foro y aquellos foreros una falta grave, y gravemente la ha pagado lo que este foro fue. Con la venia del aparejador y los que están de acuerdo con él, pues el aparejador es un hombre honrado, como honrados son todos ellos, vengo a hablar en el funeral de la sala de descanso.
Era para mí un foro leal y sincero, divertido y jovial, sesudo en ocasiones, variado en decenas de formas, plural y respetuoso en la mayoría de las ocasiones, absurdamente entretenido en otras tantas. Infinitos temas y variaciones trajo a su audiencia. Pero el aparejador dice que era ridículo y lamentable espectáculo, y el aparejador es un hombre honrado, como honrados son todos ellos que apoyan su opinión.
El aparejador y otros tantos foreros honrados, nos han dicho que todo era y es afán de protagonismo, vanidad al fin y al cabo. De aquellos foreros, muchos abandonaron para partir a un foro cerrado, donde no molestaran a los honorables participantes de este otro ¿Es eso vanidad? ¡La vanidad, debiera ser de una sustancia más dura!
En numerosas ocasiones exhorté a muchos de aquellos foreros vanidosos, entre los que me incluyo sin duda, pues las palabras del aparejador así me lo hicieron pensar, a que regresaran a este foro, mas no quisieron, y muchos de ellos se refugiaron bajo un nuevo nombre para apenas volver a poner sus dedos sobre la extinta sala de descanso ¿Es esto vanidad, es esto afán de protagonismo? Sin embargo, el aparejador dice que era vanidad, y por cierto que él es un hombre honrado. No hablo para reprobar lo que dijo el aparejador, pero estoy aquí para decir lo que sé. Muchos amamos este foro un día, y no fue sin motivo. ¿Qué causa os retiene pues, para no llevar luto por él? ¡Oh raciocino, has ido a cobijarte entre las bestias y los hombres han perdido la razón!
Si estuviera dispuesto a contar todo lo que sé, haría injusticia al aparejador y a los que opinan como él, y todos sabéis que son hombres honorables. No quiero ser injusto para con ellos, prefiero serlo para con el muerto, para conmigo mismo y para con vosotros, antes que para con hombres tan honorables.
Buenos amigos, caros amigos, no anhelo agitaros con semejante irrupción y tumulto. Aquellos que consumaron la fin de aquel foro son hombres honorables. Qué secretos agravios tenían para hacerlo ¡No lo sé! Ellos son discretos y honorables, y sin duda os responderán con razones.
ACTO TERCERO
ESCENA II
El foro. (primera parte)