El "mejor Imperio Romano" en su máxima plenitud...¿podría plantarle cara militarmente a estados medievales potentes?


Bien señalas las enormes habilidades tácticas de los romanos para adaptarse a cada situación pero, en tu comparación hay un fallo.

Los romanos tuvieron que enfrentarse a cargas de 200 y más elefantes !!... y hablo de elefantes de COMBATE, incluso debidamente blindados. Al principio los pulverizaron hasta que, les tomaron la mano y, sea mediante fuego, sea mediante ruido o bien con ataques coordinados de lanzas y flechas consiguieron derrotarlos.

Estoy CONVENCIDO que cualquier ejército medieval si se hubiera tenido que enfrenta a la embestida de 200 elefantes rugientes -con arqueros disparando flechas desde sus lomos- hubieran huído desesperados !!

NOTA: Los elefantes en embestida van casi a 40 kms por hora !!

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Ha visto la rampa de Masada. Acojona lo que construyeron en medio de la nada. Sin contar que las máquinas de asedio medievales poco se diferencian de las romanas.

Las maquinas de asedio medievales alcanzaron mayor sofisticación y potencia que sus equivalentes romanas. Por no hablar de que en el S.XIV se empieza a experimentar con la pólvora y se crean las primeras bombardas y morteros.

Sería interesante decir que las comparaciones históricas NO PUEDEN HACERSE LINEALMENTE.

Si la disciplina militar romana y su organización exquisita hubieran llegado al tiempo "de la pólvora", no duden que hubieran desarrollado tácticas y estrategias adecuadas a ese tipo de armamento y, lo más seguro es que la blitzkrieg la hubieran inventado los romanos.

En la Edad Media me atrevo a decir que no hubo NADA equivalente al aparato militar romano... otra cosa es que hubiera diferencias tecnológicas o, mejoras tácticas propias -justamente- de haber estudiado la documentación romana.

El caso de Masada -justamente- nos permite entender de lo que estamos hablando.

Masada era una fortificación en la cumbre de una montaña inaccesible -salvo por un estrecho camino de a hombre por vez-, tenia agua.

Los judíos ocupan la fortaleza (y se apoderan de su equipamiento completo que era para armar 10.000 hombres).

Cuando Lucio Flavio Silva -el Gobernador romano- se decide atacarla, primero creó ocho campamentos rodeando la montaña, luego hizo una muralla alrededor de ella y, con esto listo, construyó una rampa de 100 metros de altura en 3 meses !!

Si no la ves, no entiendes lo que hablamos:

Esta era la fortaleza de Masada y su inexpugnable situación:

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Y estos los restos que quedan de la rampa de Silva (200 metros de ancho, 100 metros de altura... se hizo una montaña propia !!)

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Pocos ejércitos actuales podrían encarar obras de ingeniería de este tipo... A MANO !! (sin maquinaria) y, para los romanos, era una campaña "normalita" en una lejana provincia del Imperio (lejana y de segundo o tercer orden, nada relevante).

En 7 meses, en la punta más olvidada del Imperio, hizo 8 campamentos, una muralla rodeando la montaña y se construyó un terraplén de 200 mts de ancho por 100 de altura !! (el terraplén lo hizo en 3 meses).

A ver qué "ejército medieval" podía encarar algo de este tipo (en su contexto histórico equivalente)

Ah!... y esto lo hizo UNA LEGION -de las 40 que llegó a tener Roma-.
 
e enfrenta a la embestida de 200 elefantes rugientes -con arqueros disparando flechas desde sus lomos- hubieran huído desesperados !!

NOTA: Los elefantes en embestida van casi a 40 kms por hora !!

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creo que los elefantes que los romanos tuvieron que enfrentar eran bastante más pequeños de lo que sugiere la ilustración. Eran de una especie norteafricana, ya extinguida, y no tenían el tamaño de los elefantes de la sabana del sur muy sur.
 
creo que los elefantes que los romanos tuvieron que enfrentar eran bastante más pequeños de lo que sugiere la ilustración. Eran de una especie norteafricana, ya extinguida, y no tenían el tamaño de los elefantes de la sabana del sur muy sur.

Cierto. Creo que era Suetonio el que contaba que la forma de distinguir a un elefante africano de uno indio era que el indio era mucho mayor. La primera vez que leí aquello me quedé muy extrañado porque, evidentemente, lo que ahora llamamos africante africano es mucho mayor que el indio.
 
creo que los elefantes que los romanos tuvieron que enfrentar eran bastante más pequeños de lo que sugiere la ilustración. Eran de una especie norteafricana, ya extinguida, y no tenían el tamaño de los elefantes de la sabana del sur muy sur.
En cualquier caso eran bastante mas grandes que un caballo.
 
Cierto lo de los elefantes. La subespecie era más pequeña, hoy está extinta. Aunque los romanos también se la vieron contra elefantes indios en sus campañas en Asia menor y Oriente próximo.

Para finales de la República los elefantes ya estaban obsoletos, se les tenía tomada la medida.
 
Cierto lo de los elefantes. La subespecie era más pequeña, hoy está extinta. Aunque los romanos también se la vieron contra elefantes indios en sus campañas en Asia menor y Oriente próximo.

Para finales de la República los elefantes ya estaban obsoletos, se les tenía tomada la medida.

En efecto. Cuando los pudieron estudiar y comprender desarrollaron tácticas (ruido con trompetas y timbales, fuego, etc.) que les hicieron perder su efectividad... de todos modos hay que tener bemoles de acero para ver avanzar una carga de 200 elefantes (el suelo debía trepidar con su paso) y preparase tranquilamente para enfrentarlos.

Y, ya que estamos, si en la Edad Media hubieran existido los recursos para sostener una manada de elefantes -no existían recursos para ello- quisiera imaginarme la cara de un campesino reclutado de apuro al finalizar la cosecha para ir a la batalla viendo venir esas bestias.

Salvando las distancias era como ver avanzar un frente de Panzers y tú parado con una lanza. :rolleyes:

Ignoro si este tamaño es el de las crónicas o se debe a la imaginación del artista pero, aún achicando un poco los elefantes los invito a imaginarse la escena.

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Esta es una pintura -supongo que más moderna- pero que muestra un desfile de victoria mostrando alguno de los elefantes capturados a Aníbal.

Tienen pinta de un poco más chicos que los anteriores pero... no son gatitos !! :rolleyes:


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Esta es una pintura -supongo que más moderna- pero que muestra un desfile de victoria mostrando alguno de los elefantes capturados a Aníbal.

Tienen pinta de un poco más chicos que los anteriores pero... no son gatitos !! :rolleyes:


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Aunque pueda parecer una tonteria, pueblos no acostumbrados a enfrentarse a jinetes ya sufrian el impacto psicologico... Imaginate con uno de esos que pones ahí.

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Los actuales junto a mamuts enormes.



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The largest Prehistoric land mammal compared to the largest land mammal today.. African Elephant - 12 feet tall / 6 tonnes Indricotherium - 20 feet tall / 20 tonnes





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Indricotherium, si hubiese llegado a nuestros dias dudo que se le hubiese podido dar un uso militar. ¿Os imaginais con dinosaurios? seria ya Historia alternativa.
 
Elefante de guerra - Wikipedia, la enciclopedia libre

Desde Oriente, el uso militar de los elefantes pasó al Imperio persa, donde fueron empleados en varias campañas. Posiblemente la batalla de Gaugamela, que enfrentó, el 1 de octubre de 331 a. C., al rey persa Darío III con Alejandro Magno fuese el primer contacto de un ejército europeo con los elefantes de guerra. Los quince animales, situados en el centro de las líneas persas, causaron entre los soldados macedonios una impresión tal que Alejandro sintió la necesidad de hacer un sacrificio al dios del miedo, Fobos, la noche anterior a la batalla. Gaugamela fue el mayor de los éxitos de Alejandro, pero los elefantes enemigos le impresionaron hasta el punto de que, en sus campañas posteriores, los incorporó a su propio ejército. Cinco años después, en la batalla del Hidaspes contra el rey Poros, Alejandro sabía perfectamente cómo enfrentarse a los elefantes en combate, si bien todavía no contaba con elefantes entre sus filas. Poros, que gobernaba Punjab, Pakistán, utilizó 200 elefantes en la batalla, que pusieron en problemas a Alejandro, aunque logró salir victorioso.

Por entonces, el reino de Magadha, situado al este de la India y Bengala, contaba con 6000 elefantes de guerra. El monarca Chandragupta Maurya llegaría a tener más tarde 9000 elefantes. Este número era mucho mayor que a los que se habían enfrentado hasta entonces, lo que afectó la jovenlandesal de los hombres de Alejandro y, en parte, fue la razón de que no siguiese con la conquista de la región.1

Gracias a su éxito en las batallas, el uso militar de los elefantes se extendió por el mundo. Los sucesores de Alejandro, los Diádocos, utilizaron cientos de elefantes en sus campañas. Los egipcios y cartagineses iniciaron el adiestramiento de elefantes jovenlandeses para la guerra, al igual que los númidas y los kushitas. La especie elegida fue el elefante de la selva, concretamente el norteafricano, que terminaría casi por extinguirse a causa de su sobreexplotación. El elefante de la sabana del sur muy sur, mayor que el de la selva, era mucho más difícil de adiestrar, y solamente fue usado en contadas ocasiones. Los elefantes que emplearon los egipcios en la batalla de Rafia en 217 a. C. eran menores que sus contrincantes asiáticos y, sin embargo, les dieron la victoria frente a Antíoco III Megas de Siria.

Miniatura medieval armenia que representa a los elefantes del Imperio sasánida en la batalla de Avarayr.
En la historia de Sri Lanka aparecen los elefantes como monturas de los reyes que dirigían a sus hombres en el campo de batalla. El elefante Kandula fue la montura del rey Dutthagamani (200 a. C.) y "Maha Pabbata" la montura del rey Elahara en su histórico encuentro en la batalla.
Plinio el Viejo (45 a. C.), uno de los grandes historiadores romanos, en el libro 6 de sus 37 volúmenes de historia dice que Megástenes había recogido la opinión de Onesícrito de que los elefantes de Sri Lanka eran más grandes, fieros y mejores para el combate que cualquier otro. Por ello y por la proximidad de los elefantes al mar, Sri Lanka comenzó a explotar un lucrativo negocio de venta de elefantes. Incluso en tiempos de paz se utilizaba el aplastamiento por elefante para dar fin a traidores y otros criminales.

En Europa, los elefantes se usaron contra la República romana por Pirro de Epiro en la batalla de Heraclea, en 280 a. C.. En 220 a. C. fueron utilizados en Hispania por el cartaginés Anibal para vencer a una coalición de tribus meseteñas en la batalla del Tajo. El mismo general los emplearía posteriormente durante la segunda guerra púnica. Los elefantes de Cartago que Aníbal guio a través de los Alpes, aterrorizaron a las legiones romanas. Sin embargo, los romanos encontraron un modo de contrarrestar el efecto devastador de la carga de los elefantes. En la batalla de Zama (202 a. C.), la carga de los elefantes resultó inútil cuando los manípulos romanos se hicieron a un lado y les permitieron pasar. Siglo y medio después, en la batalla de Tapso (46 a. C.), Julio César armó a los soldados de la Legión V con hachas para herir las patas de los elefantes. La legión fue capaz de resistir el ataque y el elefante se convirtió en adelante en su símbolo. La batalla de Tapso fue la última vez que los elefantes tuvieron un uso militar en Occidente.
Se decía que los cerdos eran un arma más efectiva contra los elefantes. Plinio el Viejo comenta que "los elefantes se asustan del menor chillido de un lechón" (VIII, 1.27). El sitio de Megara fue roto cuando los megarenses vertieron aceite sobre una piara de cerdos, les prendieron fuego y los lanzaron contra los elefantes de guerra enemigos. Los elefantes se desbocaron, aterrorizados por los chillidos de los cerdos llameantes.
El Imperio parto utilizó ocasionalmente a los elefantes de guerra en sus batallas contra el Imperio romano, pero su importancia fue mucho mayor en tiempos del Imperio sasánida. Los sasánidas emplearon a estas bestias en muchas de sus campañas contra sus enemigos occidentales, siendo una de las más memorables la batalla de Avarayr, en la que los elefantes del Imperio causaron el pánico y aplastaron a los rebeldes armenios. Otro ejemplo es la batalla de al-Qadisiyya, en donde intervino gran número de elefantes.
En la Edad Media, rara vez se usaron elefantes de guerra en Europa. Carlomagno poseía un elefante, Abul-Abbas, regalo del califa abásida Harún al-Raschid, y lo llevó consigo en sus campañas en Dinamarca en 804. También Federico II Hohenstaufen tuvo la oportunidad de capturar un elefante en Tierra Santa en el marco de las cruzadas, para luego llegar a utilizarlo en la toma de Cremona de 1214.

Bajorrelieve camboyano donde se representa un antiguo ejército que incluye un elefante de guerra.
En Oriente, en cambio, el uso militar de los elefantes continuó. Gracias a los elefantes de un sultanato indio casi se puso fin a las conquistas de Tamerlán. En 1398, el ejército de Tamerlán se enfrentó en batalla a más de un centenar de elefantes y estuvo a punto de ser derrotado por el miedo que cundió entre sus soldados. Las crónicas históricas relatan que los turcos vencieron gracias a una ingeniosa estrategia: Tamerlán ordenó que se cargasen camellos con balas de trabajo manual a las que se prendió fuego. El humo asustó a los animales, que corrieron despavoridos hacia las filas enemigas, donde asustaron a su vez a los elefantes indios; éstos abandonaron sus posiciones y cargaron contra su propio ejército en su huida. Otra crónica de la misma campaña, escrita por Ahmed ibn Arabshah, relata que Tamerlán cubrió el campo de batalla con puntales de hierro gigantes que impidieron la carga de los elefantes. Posteriormente, Tamerlán incorporó estos animales a su ejército y se sirvió de ellos en las campañas contra los turcos otomanos en Anatolia.
Está documentado que el rey Rajasinghe I empleó una falange de 2200 elefantes durante el asedio de la fortaleza portuguesa de Colombo (Sri Lanka) en 1558. El entrenamiento de los elefantes y sus mahouts en la isla correspondía en exclusiva al clan Kuruwe.
Sin embargo, con la extensión del uso de la pólvora en el siglo XV, las cargas de elefantes de guerra comenzaron a volverse obsoletas, ya que podían ser abatidos fácilmente con un disparo de cañón. Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, el rey de Siam ofreció el servicio de sus animales al presidente Abraham Lincoln, cosa que éste rechazó.
Los elefantes siguieron usándose, aunque no en batalla, con fines militares hasta durante la Segunda Guerra Mundial, en aquellos casos en los que los animales podían realizar trabajos en lugares que hubieran sido muy dificultosos para la maquinaria.
Uso táctico[editar]
Los elefantes servían para muchos fines. Dado su enorme tamaño, podían llevar cargas muy pesadas, lo que hacía de ellos un utilísimo medio de tras*porte hasta que los sustituyeron los medios mecánicos. En batalla, solían ubicarse en el centro de las líneas, donde se usaban tanto para repeler una carga enemiga como para comenzar una propia.

Durante la Primera Guerra Mundial los elefantes trasladaban equipamiento pesado. Este trabajaba en un almacén de munición en Sheffield.
Las cargas de los elefantes pueden llegar a alcanzar una velocidad de 30 km/h y, al contrario que una carga de caballería, no podían ser repelidas fácilmente por la infantería mediante las lanzas. Su poder se basaba en la fuerza bruta: chocar contra las filas enemigas, aplastarlas y voltear a la gente en el aire con los colmillos. Los hombres que no resultaban aplastados, como poco eran golpeados y tenían que retroceder. Además, el terror que inspiraban los elefantes a un enemigo que no estuviese habituado a enfrentarse a ellos (incluso en los disciplinados legionarios romanos) podía llevarlos a una huida desesperada solo con la primera carga. La caballería tampoco estaba a salvo de los elefantes, porque entre los caballos podía cundir el pánico fácilmente, y en mayor medida por la falta de costumbre del caballo al olor del elefante.

La dura piel del elefante hacía que fuese muy difícil de apiolar o neutralizar, y su gran altura y masa servía de protección para quienes los montaban. Además de para cargar, los elefantes hacían un papel importante dando protección estable y segura a los arqueros, que podían disparar flechas desde dentro del mismo campo de batalla, pudiendo alcanzar más objetivos. Los soldados que iban subidos en el elefante llevaban arcos y flechas para atacar a la caballería e infantería, así como largas lanzas para el combate cuerpo a cuerpo. Los arqueros, por su parte, fueron evolucionando a otras armas de largo alcance más avanzadas: El Imperio jemer y los reyes de la India utilizaron plataformas gigantes con ballestas para lanzar proyectiles que pudiesen atravesar armaduras y apiolar a los elefantes enemigos, así como caballería o carros. A finales del siglo XVI también se introdujeron armas de fuego, pero la pólvora acabó haciendo que los grandes y relativamente lentos elefantes fueran quedando obsoletos como armas de batalla.
Sin embargo, los elefantes también tenían tendencia a dejarse llevar por el pánico: tras aguantar una cantidad moderada de heridas o cuando moría su conductor, huían en estampida, causando bajas indiscriminadas por donde fuera que intentasen huir. La estampida podía causar grandes bajas en ambos bandos. Los romanos, por ejemplo, intentaban cortarles las trompas, a sabiendas de que causarían el pánico instantáneo y esperando que el elefante saliese huyendo hacia sus propias filas. También se usaban los hostigadores con jabalinas para hacerles huir, puesto que las jabalinas y armas similares podían volver loco al elefante. Los deportes a caballo nacieron de los regimientos de caballería que entrenaban para incapacitar o hacer huir a los elefantes enemigos.

Los documentos históricos de Sri Lanka relatan que se ataban pesadas cadenas de hierro con bolas de acero a las trompas de los elefantes, y que se les entrenaba para voltearlas de forma amenazante y con gran agilidad. Esta era una medida muy eficaz para mantener a las tropas enemigas a una cierta distancia.

Durante las guerras púnicas, los elefantes de guerra llevaban armaduras pesadas y tras*portaban encima una torre, llamada howdah, con tres tripulantes: arqueros y/o hombres armados con sarissas (una pica de 6 m de largo). Los elefantes de guerra del bosque, más pequeños que los jovenlandeses o asiáticos, no eran tan fuertes como para poder aguantar una torre, y sólo llevaban dos o tres hombres. Aparte de éstos, también estaba el conductor (el mahout), normalmente un númida, que era el encargado de manejar al animal. El mahout llevaba asimismo un cincel y un martillo para atravesárselo al animal por la espina dorsal y matarle en el caso de que saliese en estampida.

Los elefantes se han comparado en ocasiones a los carros de combate de la Segunda Guerra Mundial, pero sus usos tácticos tienen demasiadas diferencias como para mantener dicha comparación.
Jayantha Jayawardhene, en su Elefante en Sri Lanka (1994), da una visión de que los elefantes no eran algo en lo que se pudiese confiar en una batalla, salvo para intimidar al enemigo. Dice que «se encontró que eran fáciles de asustar y que se alarmaban por sonidos que no fuesen familiares y que por ello eran propensos a romper filas y huir
 

El espionaje cobró mucha importancia a partir del siglo IV, cuando los enemigos de Roma eran demasiado fuertes y por tanto la probabilidad de perder batallas campales empezaba a ser bastante alta.

Ejemplo: Me invaden los sasánidas, tienen un ejército gigantesco, pero averiguo que uno de los caudillos al mando es parto, quizá pueda convencerlo de que deserte con sus tropas o traicione a los sasánidas en el momento adecuado...


En la última guerra romano sasánida en pleno siglo VII Heraclio mediante la diplomacia consiguió que el principal general de los sasánidas, Shahrbaraz, desertara. Junto con ese general desertó un enorme ejército persa instalado en Asia menor, lo cual facilitó la victoria final de los romanos (sí, ya sé que se los conoce como bizantinos pero para mi ese es el Imperio Romano).
 
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