William Wallace fue un escocés que luchó contra los ingleses en su Guerra de la Independecia (1296-1328). Hasta aquí todo bien. Sin embargo no era de procedencia humilde y nunca adoptó el apodo de Braveheart. Este le correspondía al rey escocés Robert the Bruce. “Robert the Bruce ni siquiera era aspirante al trono”, comenta el escritor León Arsenal (Madrid, 1960). “Había jurado lealtad a Eduardo I de Inglaterra, el malo de la película de Gibson. Sin embargo, por cuestiones personales, asesinó al máximo aspirante que era John Comyn”. Este homicidio se realizó en una iglesia por lo que, además de ser excomulgado, Robert the Bruce se vio forzado a convertirse en rey si no quería que le colgaran.
Para expiar sus pecados, el rey decidió ir a la cruzada pero murió de lepra antes de poder emprender el viaje. En su lecho de fin, aterrado por el hecho de ser doblemente sacrílego (por asesinar en sagrado y por no cumplir su promesa de ir a Tierra Santa a luchar), pidió que le arrancaran el corazón y que lo llevaran sus hombres a Palestina. “Metieron el órgano en un relicario y su mano derecha, sir James Douglas, se lo colgó del cuello. Los cruzados escoceses emprendieron su camino hacia oriente, pero hicieron una primera parada en Compostela, donde se enteraron de que el Papa había decretado una cruzada en el sur de la Península. Y allí se fueron”.
Bajo las ordenes del rey Alfonso XI, la práctica totalidad de la hueste escocesa cayó en el asedio de Teba, una fortaleza cercana a Granada. James Douglas y los suyos fueron víctimas de una práctica de guerra muy común en España pero a la que los escoceses no estaban acostumbrados conocida como tornafuye. Douglas, viéndose rodeado de enemigos, se arrancó el relicario en el que llevaba el corazón del rey muerto y lo lanzó hacia adelante al tiempo que exclamó:
¡Ve delante, corazón valiente, que yo te sigo a la fin como te seguí en vida!. “Esto forma parte de la leyenda porque no quedó ningún escocés para contarlo y lógicamente los jovenlandeses no estaban tan viajados como para entender a un escocés”, señaló Arsenal.
La verdadera historia de Braveheart