areks123
Madmaxista
- Desde
- 13 Abr 2018
- Mensajes
- 1.043
- Reputación
- 2.709
A ver que os parece:
La realidad en la que vivimos, esto es, la dimensión mateiral percebida por los seres humanos, se compone de un grupo de marcas o características de la existencia perceptibles: las marcas aparentes; y dos grupos de marcas deductibles: las marcas trascendentes y las marcas inmanentes.
Marcas Aparentes: Las marcas aparentes son los axiomas de la realdiad facilmente establecidos a partir de la percepción humana de la misma.
Impermanencia Aparente: Toda entidad está aparentemente en constante cambio, ninguna entidad conceptualizada es permanente, por ende todo lo perceptibe es efímero.
Finitud Aparente: De la noción de impermanencia deriva la noción de la finitud, lo que está sujeto al cambio aparente también está sujeto a la finitud aparente. En el plano material esto deriva también en la apariencia (aparición) de los límites físicos.
Dualidad Aparente: Toda entidad, a la vez que impermanente, necesita de un contrapuesto para ser comprendida: algo ES una cosa porque no es otra cosa.
Marcas Trascendentes: Las marcas trascendentes son deducciones obtenidas a través de las marcas aparentes mediante el método apofático.
Peremanencia Trascendente: Puesto que todo lo aparente tiene un opuesto, se deduce que también hay un opuesto inconmesurable a la impermanencia: la permanencia. Este principio es trascendente porque no es posible percibirlo en el mundo de las apariencias, las «trasciende». El principio permamente es pues divino en contraste a lo mundano, es Dios en contraste a la Manifestación.
Infinitud Trascendente: Si en el plano trascendente está la permanencia en contraposición a la impermanencia, también está la infinitud o lo ilimitado (apeiron) en contraposición a lo finito o limitado. Lo infinito es también pues, caracterísitica divina y trascendente del Ser.
Unidad Trascendente: Por el mismo método apofático se deduce también que frente a la dualidad existe una Unidad, y mientras que la dualidad es aparente, la Unidad es trascendente. Las partes parecen divididas y separadas de Dios, pero son trascendentalmente unas con Dios. Dios es pues el Uno, el Absoluto, el Todo.
Marcas Inmanentes: Las marcas inmanentes se deducen a partir del conjunto de marcas aparentes y trascendentes. Estas marcas inmanentes son los conductos numinosos representantes de la inercia de toda entidad.
Esencia: Puesto que trascendentalmente todo es Uno, se entiende que las partes son también el Todo, y ese todo se compone de la misma Esencia, es el mismo Ser, que en última instancia es Dios, el numen que lo impregna todo, que es inmanente a todo.
Potencia: Que las partes aparentes estén en constante cambio implica que existe una potencialidad creativa para que algo se vuelva algo. Que la realidad trascendente sea infinita implica que esa potencialidad es también infinita, y que la realidad sea trascendentalmente Una, implica también que esa potencia es inmanente a todo. La capacidad potencial de una entidad para convertirse en otra se denomina Energía.
Apariencia: Lo perceptible y tangible por el ser humano es ilusorio en el sentido de que es una derivación aparente y limitada de la esencia y la potencia, pero la aparencica, es decir, el mundo perceptible –la Manifestación– es inconmensurable a la Esencia, esto es, la Manifestación es un resultado del propio numen.
De las marcas de la realidad anteriormente mencionadas se pueden deducir los siguientes principios:
Principio de inconmensurabilidad: De las marcas de la dualidad aparente y de la unidad trascendente se deduce que, al haber elementos aparentemente opuestos, dichos elementos opestos existen como tales en tanto en cuanto no compoarten ningún aspecto con su opuesto, o en otras palabras, en tanto que son inconmesurables a su opuesto.
Principio de conjunción: Del principio de inconmensurabilidad se deduce que la existencia de una entidad es tal porque forma un conjunto con su entidad inconmensurable, y que el surgimiento y mantenimiento de una entidad concreta depende de esta conjunción. I.e. la existencia de un ser vivo (entidad individualizada) depende de la conjunción de los inconmesurables vida y fin, hecho evidente al notar que para mantenerse con vida ha de alimentarse de otros seres vivos que han pasado por una fin física.
Principio de autosimilitud: Viendo que las entidades individuales conforman parte del Todo-Uno, se deduce que la parte es semejante al todo, es autosimilar, como los polos de un imán que vuelven a formar nuevos polos si los cortas. La Manifestación al ser autosimilar y semejante a la Fuente, se corresponde a ella, de manera fractal, como en un mis en abyme. Todo está en todo, la manifestación es fractal, pero la esencia está velada por la apariencia.
Principio de equilibrio: De la polaridad intrínseca a la manifestación se puede extraer un tercer principio, el punto medio entre las polaridades, el vórtice de singularidad, esto es, el Dios Ignoto, que a su vez, es también inmanente pero intangible. El Dios Ignnoto se hace conocido a través de la Consciencia, que es el medio de autodescubrimiento de las polaridades desde el punto de vista del observador. El equilibrio entre los opuestos es lo que mantiene la armonía de la Creación y es una característica de la Consciencia. En toda Manifestación hay un Equilibrio inconmesurable a la singularidad del Dios Ignoto, el 3 surgido a partir del 2 al mismo tiempo que el 0 antes del 1.
Mediante la comprensión de las marcas y principios de la realidad hasta ahora expuestos podemos entender más claramente la naturaleza manifiesta y sus características, las cuales podemos conceptualziar ahora de la siguiente manera:
Dios: La realidad absoluta es Una, la realidad absoluta es Dios Ignoto, es la Fuente de la que todo emana. Dios, el Absoluto, es intangible, infinito, permanente e inmanente.
Nóumeno: De la Fuente emana permanentementne la manifestación tangible, preceptible, el Espacio fenoménico que es llenado por el nóumeno. El nóumeno es la expresión divina en forma de potencialidad. La creación se produce mediante la conjunción entre la singularidad y la emanación, lo absoluto y la individualización. La emanación es energética en tanto que es potencia infinita. Esta potencia infinita o éter llena el espacio manifiesto. Correspondiente a la Esencia.
Energía: La energía etérica es la modaldiad de campo potencial o campo de probabilidades del nóumeno, en base a la cual se rompe la inercia y se producen cambios. Es a través de la energía que surge la variabilidad infinita y fractal de la manifestación, medible a través del campo electromagnético en la apariencia. La energía modula el campo etérico numinoso en distintas frecuencias y vibraciones. La eneergía es el vaso comunicativo entre la fuente y la manifestación, el creador y lo creado. Correspondiente a la Potencia.
Fenómeno: El fenómeno es la manifestación perceptible por la propia individualización, es ilusión en el sentido de que no es todo, solo es aparentemente todo para la percepción limitada. El tipo de fenómeno manifiesto dependerá de la frecuencia energética vibratoria de la entidad observadora. Correspondiente a la Apariencia.
Podemos resumir que el Nóumeno es el conjuto inconmesurable del Fenómeno, mientras que dicha combinación es Dios y su modulación es la Energía. El fenómeno es perceptibe por los sentidos humanos, y por ende es entendido como materia, mientras que el nóumeno no es perceptibe por los mismos y por tanto es antimateria. El fenómeno es la Manifestación, mientras que el Nóumeno es la Singularidad, y la Energía es el horizonte de sucesos, el vaso comuncativo entre singularidad y manifestación.
Además de lo visto hasta ahora, podemos establecer también que lo aparente existe de manera continua en tanto que cambiante, y al entender la apariencia cambiante en conjunción a la permanencia trascendente deducimos que la generación es perpetua y cambiante, hay una creación recurrente.
Creación Recurrente: La creación es perpetua y cíclica y se produce a través de la Eergía, bajo la Voluntad divina en lo transcendente, y sigue un Orden sujeto a la ley de causa y efecto o Causalidad en lo aparente, pero tanto la Voluntad y la Causalidad son inmanentes, inconmesurables y se producen en conjunto.
Voluntad: Principio generativo activo, consciente y numinoso.
Causalidad: Principio generativo pasivo, inconsciente y fenomenológico
Del propio apercibimiento de la apariencia y basándonos en la experiencia humana conociendo ya que la realidad es fractal e inmanente y se compone de entidades autosimilares y correspondientes, podemos deduducir que en tanto que la parte es consciente el Todo es también consciente, y que la Consciencia es el medio por el que se autopercibe. La Consciencia en última isntancia es Una, Consciencia Universal, al igual que el Ser es Uno.
Consciencia Universal: La Consciencnia Universal, en tanto que sujeta a la individualización y la creación recurrente, se divide en distintos tipos de acuerdo a las marcas de la existencia según el punto de vista humano.
La Consciencia puede conceptualizarse mediante las marcas trascendentes y aparentes de la realidad, las primeras se corresponden a la consciencia espiritual y las segundas a la consciencia mental. Estos dos tipos de consciencia tienen a su vez sus contrapuntos inconmesurables de alma la primera y cuerpo la segunda.
Para la consciencia espiritual la creación recurrente se efectúa por medio de la Voluntad y a través de la armonía.
Para la consciencia anímica la creación recurrente se efectúa por medio de la Causalidad y a través de la entropía.
La Consciencia Universal se manifiesta en individuaizaciones de manera autosimilar y correspondiente de la siguiente manera:
Espíritu: Es la Consciencia individualizada sabedora de la naturaleza inmanente y noúmenica de la reaidad, es la indiviudalización consciente divina, permenante y creadora.
El Espíritu en la percepción humana toma la forma del Superconsciente, aquella consciencia que trasciende el yo cotidiano (ego).
La Consciencia Espiritual es creadora y crea de manera activa a través de la Voluntad, lo cual es la delimitación de la potencialidad.
Alma: Es el reflejo inconmesurable del Espíritu, es la individualización observable por el Espíritu, cuya identidad se constrye mediante el ciclo de la causalidad.
El alma en la percepción humana toma la forma del Subconsciente y el bagaje emocional de una individualización espiritual.
El Alma (Psyche) es experimentadora y experimenta de manera pasiva a través de la Causalidad, lo cual es la ley de causa y efecto derivada de la conjunción nóumeno-fenómeno y espíritu-alma.
Mente: Es la consciencia individualizada del espíritu y el alma encargada de mantener la manifestación (dimensión) en la que cobra entidad.
La mente en la percepción humana toma la forma del Consciente cotidiano (ego) y el pensamiento discursivo.
La Consciencia Mental (Nous) es correspondiente a la consciencia espiritual, y puede ser creadora si es imbuida por ella.
Cuerpo: Es el reflejo inconmensurable de la Mente, es la individualización material observable por la Mente, cuya identidad se construye mediante el ciclo del pensamiento.
La materia en la percepción humana toma la forma de Inconsciente a través de los objetos o entidades observables, tangibles y conceptualizables.
El cuerpo (Physis) es el recipiente temporal del alma, y mientras aquella experimenta emociones, éste experimenta sensaciones sujetas también, como aquella, a la Causalidad.
De las distintas partes de la Consciencia vistas ahora podemos establecer que el Espíritu y el Alma son trascendentes y permanentes, mientras que la mente individualizada (ego) y la materia son aparentes e impermanentes.
La realidad en la que vivimos, esto es, la dimensión mateiral percebida por los seres humanos, se compone de un grupo de marcas o características de la existencia perceptibles: las marcas aparentes; y dos grupos de marcas deductibles: las marcas trascendentes y las marcas inmanentes.
Marcas Aparentes: Las marcas aparentes son los axiomas de la realdiad facilmente establecidos a partir de la percepción humana de la misma.
Impermanencia Aparente: Toda entidad está aparentemente en constante cambio, ninguna entidad conceptualizada es permanente, por ende todo lo perceptibe es efímero.
Finitud Aparente: De la noción de impermanencia deriva la noción de la finitud, lo que está sujeto al cambio aparente también está sujeto a la finitud aparente. En el plano material esto deriva también en la apariencia (aparición) de los límites físicos.
Dualidad Aparente: Toda entidad, a la vez que impermanente, necesita de un contrapuesto para ser comprendida: algo ES una cosa porque no es otra cosa.
Marcas Trascendentes: Las marcas trascendentes son deducciones obtenidas a través de las marcas aparentes mediante el método apofático.
Peremanencia Trascendente: Puesto que todo lo aparente tiene un opuesto, se deduce que también hay un opuesto inconmesurable a la impermanencia: la permanencia. Este principio es trascendente porque no es posible percibirlo en el mundo de las apariencias, las «trasciende». El principio permamente es pues divino en contraste a lo mundano, es Dios en contraste a la Manifestación.
Infinitud Trascendente: Si en el plano trascendente está la permanencia en contraposición a la impermanencia, también está la infinitud o lo ilimitado (apeiron) en contraposición a lo finito o limitado. Lo infinito es también pues, caracterísitica divina y trascendente del Ser.
Unidad Trascendente: Por el mismo método apofático se deduce también que frente a la dualidad existe una Unidad, y mientras que la dualidad es aparente, la Unidad es trascendente. Las partes parecen divididas y separadas de Dios, pero son trascendentalmente unas con Dios. Dios es pues el Uno, el Absoluto, el Todo.
Marcas Inmanentes: Las marcas inmanentes se deducen a partir del conjunto de marcas aparentes y trascendentes. Estas marcas inmanentes son los conductos numinosos representantes de la inercia de toda entidad.
Esencia: Puesto que trascendentalmente todo es Uno, se entiende que las partes son también el Todo, y ese todo se compone de la misma Esencia, es el mismo Ser, que en última instancia es Dios, el numen que lo impregna todo, que es inmanente a todo.
Potencia: Que las partes aparentes estén en constante cambio implica que existe una potencialidad creativa para que algo se vuelva algo. Que la realidad trascendente sea infinita implica que esa potencialidad es también infinita, y que la realidad sea trascendentalmente Una, implica también que esa potencia es inmanente a todo. La capacidad potencial de una entidad para convertirse en otra se denomina Energía.
Apariencia: Lo perceptible y tangible por el ser humano es ilusorio en el sentido de que es una derivación aparente y limitada de la esencia y la potencia, pero la aparencica, es decir, el mundo perceptible –la Manifestación– es inconmensurable a la Esencia, esto es, la Manifestación es un resultado del propio numen.
De las marcas de la realidad anteriormente mencionadas se pueden deducir los siguientes principios:
Principio de inconmensurabilidad: De las marcas de la dualidad aparente y de la unidad trascendente se deduce que, al haber elementos aparentemente opuestos, dichos elementos opestos existen como tales en tanto en cuanto no compoarten ningún aspecto con su opuesto, o en otras palabras, en tanto que son inconmesurables a su opuesto.
Principio de conjunción: Del principio de inconmensurabilidad se deduce que la existencia de una entidad es tal porque forma un conjunto con su entidad inconmensurable, y que el surgimiento y mantenimiento de una entidad concreta depende de esta conjunción. I.e. la existencia de un ser vivo (entidad individualizada) depende de la conjunción de los inconmesurables vida y fin, hecho evidente al notar que para mantenerse con vida ha de alimentarse de otros seres vivos que han pasado por una fin física.
Principio de autosimilitud: Viendo que las entidades individuales conforman parte del Todo-Uno, se deduce que la parte es semejante al todo, es autosimilar, como los polos de un imán que vuelven a formar nuevos polos si los cortas. La Manifestación al ser autosimilar y semejante a la Fuente, se corresponde a ella, de manera fractal, como en un mis en abyme. Todo está en todo, la manifestación es fractal, pero la esencia está velada por la apariencia.
Principio de equilibrio: De la polaridad intrínseca a la manifestación se puede extraer un tercer principio, el punto medio entre las polaridades, el vórtice de singularidad, esto es, el Dios Ignoto, que a su vez, es también inmanente pero intangible. El Dios Ignnoto se hace conocido a través de la Consciencia, que es el medio de autodescubrimiento de las polaridades desde el punto de vista del observador. El equilibrio entre los opuestos es lo que mantiene la armonía de la Creación y es una característica de la Consciencia. En toda Manifestación hay un Equilibrio inconmesurable a la singularidad del Dios Ignoto, el 3 surgido a partir del 2 al mismo tiempo que el 0 antes del 1.
Mediante la comprensión de las marcas y principios de la realidad hasta ahora expuestos podemos entender más claramente la naturaleza manifiesta y sus características, las cuales podemos conceptualziar ahora de la siguiente manera:
Dios: La realidad absoluta es Una, la realidad absoluta es Dios Ignoto, es la Fuente de la que todo emana. Dios, el Absoluto, es intangible, infinito, permanente e inmanente.
Nóumeno: De la Fuente emana permanentementne la manifestación tangible, preceptible, el Espacio fenoménico que es llenado por el nóumeno. El nóumeno es la expresión divina en forma de potencialidad. La creación se produce mediante la conjunción entre la singularidad y la emanación, lo absoluto y la individualización. La emanación es energética en tanto que es potencia infinita. Esta potencia infinita o éter llena el espacio manifiesto. Correspondiente a la Esencia.
Energía: La energía etérica es la modaldiad de campo potencial o campo de probabilidades del nóumeno, en base a la cual se rompe la inercia y se producen cambios. Es a través de la energía que surge la variabilidad infinita y fractal de la manifestación, medible a través del campo electromagnético en la apariencia. La energía modula el campo etérico numinoso en distintas frecuencias y vibraciones. La eneergía es el vaso comunicativo entre la fuente y la manifestación, el creador y lo creado. Correspondiente a la Potencia.
Fenómeno: El fenómeno es la manifestación perceptible por la propia individualización, es ilusión en el sentido de que no es todo, solo es aparentemente todo para la percepción limitada. El tipo de fenómeno manifiesto dependerá de la frecuencia energética vibratoria de la entidad observadora. Correspondiente a la Apariencia.
Podemos resumir que el Nóumeno es el conjuto inconmesurable del Fenómeno, mientras que dicha combinación es Dios y su modulación es la Energía. El fenómeno es perceptibe por los sentidos humanos, y por ende es entendido como materia, mientras que el nóumeno no es perceptibe por los mismos y por tanto es antimateria. El fenómeno es la Manifestación, mientras que el Nóumeno es la Singularidad, y la Energía es el horizonte de sucesos, el vaso comuncativo entre singularidad y manifestación.
Además de lo visto hasta ahora, podemos establecer también que lo aparente existe de manera continua en tanto que cambiante, y al entender la apariencia cambiante en conjunción a la permanencia trascendente deducimos que la generación es perpetua y cambiante, hay una creación recurrente.
Creación Recurrente: La creación es perpetua y cíclica y se produce a través de la Eergía, bajo la Voluntad divina en lo transcendente, y sigue un Orden sujeto a la ley de causa y efecto o Causalidad en lo aparente, pero tanto la Voluntad y la Causalidad son inmanentes, inconmesurables y se producen en conjunto.
Voluntad: Principio generativo activo, consciente y numinoso.
Causalidad: Principio generativo pasivo, inconsciente y fenomenológico
Del propio apercibimiento de la apariencia y basándonos en la experiencia humana conociendo ya que la realidad es fractal e inmanente y se compone de entidades autosimilares y correspondientes, podemos deduducir que en tanto que la parte es consciente el Todo es también consciente, y que la Consciencia es el medio por el que se autopercibe. La Consciencia en última isntancia es Una, Consciencia Universal, al igual que el Ser es Uno.
Consciencia Universal: La Consciencnia Universal, en tanto que sujeta a la individualización y la creación recurrente, se divide en distintos tipos de acuerdo a las marcas de la existencia según el punto de vista humano.
La Consciencia puede conceptualizarse mediante las marcas trascendentes y aparentes de la realidad, las primeras se corresponden a la consciencia espiritual y las segundas a la consciencia mental. Estos dos tipos de consciencia tienen a su vez sus contrapuntos inconmesurables de alma la primera y cuerpo la segunda.
Para la consciencia espiritual la creación recurrente se efectúa por medio de la Voluntad y a través de la armonía.
Para la consciencia anímica la creación recurrente se efectúa por medio de la Causalidad y a través de la entropía.
La Consciencia Universal se manifiesta en individuaizaciones de manera autosimilar y correspondiente de la siguiente manera:
Espíritu: Es la Consciencia individualizada sabedora de la naturaleza inmanente y noúmenica de la reaidad, es la indiviudalización consciente divina, permenante y creadora.
El Espíritu en la percepción humana toma la forma del Superconsciente, aquella consciencia que trasciende el yo cotidiano (ego).
La Consciencia Espiritual es creadora y crea de manera activa a través de la Voluntad, lo cual es la delimitación de la potencialidad.
Alma: Es el reflejo inconmesurable del Espíritu, es la individualización observable por el Espíritu, cuya identidad se constrye mediante el ciclo de la causalidad.
El alma en la percepción humana toma la forma del Subconsciente y el bagaje emocional de una individualización espiritual.
El Alma (Psyche) es experimentadora y experimenta de manera pasiva a través de la Causalidad, lo cual es la ley de causa y efecto derivada de la conjunción nóumeno-fenómeno y espíritu-alma.
Mente: Es la consciencia individualizada del espíritu y el alma encargada de mantener la manifestación (dimensión) en la que cobra entidad.
La mente en la percepción humana toma la forma del Consciente cotidiano (ego) y el pensamiento discursivo.
La Consciencia Mental (Nous) es correspondiente a la consciencia espiritual, y puede ser creadora si es imbuida por ella.
Cuerpo: Es el reflejo inconmensurable de la Mente, es la individualización material observable por la Mente, cuya identidad se construye mediante el ciclo del pensamiento.
La materia en la percepción humana toma la forma de Inconsciente a través de los objetos o entidades observables, tangibles y conceptualizables.
El cuerpo (Physis) es el recipiente temporal del alma, y mientras aquella experimenta emociones, éste experimenta sensaciones sujetas también, como aquella, a la Causalidad.
De las distintas partes de la Consciencia vistas ahora podemos establecer que el Espíritu y el Alma son trascendentes y permanentes, mientras que la mente individualizada (ego) y la materia son aparentes e impermanentes.
