Mira que repruebo cuando esos drojadictos no han terminado de salir de un sitio donde está prohibido fumar y, como si se estuviesen ahogando debajo del agua, salen con todo el ansia y ya están con el canutillo encendido echándote el humo para atrás en toda la jeta, que me dan ganas de ponerles mi trastero en su nariz y echarles todo el aroma a ver si así se dan cuenta primero del ardor de estomago que dan y segundo de la falta de respeto que tienen con los demás.
Pero ya están pagando un sobreprecio en impuestos. Directamente proporcional a la cantidad que compren. El que más fuma, más paga. Y eso sin contar si se mueren antes lo que deja de pagarles el estado de jubilación.
Ya bastante tienen con lo que tienen como para que les toquen más las narices. Es como si van a la cañada real a ver a los heroinómanos y pretendes cobrarles un impuesto. Un poco de decencia, por favor.