destroyo
Guest
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No estoy negando la dimensión espiritual esa del ser humano. A nivel individual todos podemos ser más o menos espirituales. Pero a nivel colectivo nos seguimos comportando como primates que somos. No tienes más que mirar la historia... ¡qué huevones!, no tienes más que pasarte por la guardería y verás a un grupo de personajes omega lloriqueando histéricamente y descargando su frustración porque no consiguen mojar el churro. Algunos, como Pioneer, dicen ser muy espirituales, eso sí.
En cualquier caso, ¿cuáles son las competencias de la espiritualidad, Doomsday? Porque después de muchos años interesándome por ello cada vez lo tengo menos claro.
No creas, Doomsday, que me resulta especialmente grato ponerme cínico contigo (porque sé que esta discusión te resulta bastante desagradable), a fin de cuentas te veo alguien de buena fe. Lo que ocurre es que estás planteando la cuestión en términos un tanto maniqueos: o aceptas las tesis oficiales, o las extraoficiales.
Mira, yo me hago preguntas constantemente. Me cuestiono las versiones oficiales de cualquier acontecimiento, por supuesto. Pero no me paro ahí, me cuestiono también las versiones alternativas, que les veo más agujeros que a un colador. Una cosa, por ejemplo, es plantear dudas sobre la versión oficial del 11/S, y otra muy diferente proponer como explicación alternativa que derribaron las torres con un arma laser disparada desde Ganímedes y enfocada por el poder mental de los siete grandes maestres y su querida progenitora.
Que tú optes por confiar en algún "divulgador de secretos" no habla mal de tí, simplemente dice que tu percepción del mundo necesita unos pilares sólidos en los que basarse. En mi caso, algunos de esos personajes en los que depositaba mi confianza se me cayeron con todo el equipo: Von Däniken nunca estuvo en los túneles precolombinos de Ecuador, como nos vendía en El oro de los Dioses. Uri Geller, que nos demostraba a todos que existía una fuerza mental que operaba sobre la materia a voluntad, al final resultó un fraude, como dejó claro Martin Gardner (por cierto: a éste último se le tenía verdadero repruebo por dedicarse a desenmascarar charlatanes: algunos incluso creíamos que estaba a sueldo de la CIA para desacreditar a quienes nos iban revelando los misterios de la mente; como ves, nada nuevo). Lobsang Rampa no era un lama tibetano con superpoderes, como relataba en El Tercer Ojo, sino un fontanero inglés. De J.J. Benítez, para qué vamos a hablar...
jorobar, cuando os veo emocionaros de esa manera con el rollo ese de la tecnología OVNI, los Illuminati o demás palos, se me viene inevitablemente a la memoria aquel documental (y libro que me compré, leí y creí a pies juntillas) llamado Alternativa 3. O aquel otro de Andreas Faber Kaiser sobre una misteriosa isla del Pacífico. O... en fín.
Lo siento, mi confianza en estos "figuras" y sus paranoias quedó destruida hace tiempo. Me joroba que ganasen dinero a mi costa, por poco que fuera. Lo que me sorprende es que esta movida sigue tan fresca como en mi época, si no más.
Saludos
pd: ah, por si a alguno le interesa, aquí os dejo un enlace que creo que resume muy bien "er meollo de tó". ¿Qué? ¿Lo damos por bueno?
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