Un amigo mío muy aficionado al tema y con el que he jugado la batalla dice que en ella el sur perdió la guerra.
Cierto es que el ejército de Lee sufrió muchas bajas y quedó malparado, pero también es cierto que el ejército unionista también recibió tal vapuleo que Meade no se atrevió a perseguir a Lee.
No fue una victoria nordista. Lee atacó tres días seguidos, y no fue derrotado, si no que se vio obligado a retirarse.
Tampoco las bajas debilitaron al ejército sudista. Lee aguantó aún un año y medio más a todos los ataques que hizo Grant con fuerzas superiores. De hecho los confederados no se consideraron derrotados en Gettysburg, en aquel momento no se vio como algo decisivo.
El Sur no perdió la guerra en Gettysburg. Perdió la última posibilidad de lograr una victoria que hiciera que Lincoln perdiera las elecciones y que el Norte pidiera la paz.
La guerra se ganó y se perdió en el Oeste, y la Confederación tenía perdida la guerra desde el comienzo debido al bloqueo nordista. Lo que pasa es que la victoria por bloqueo llevaría años y Lincoln no estaba dispuesto a esperar tanto, por eso todos los intentos de acabar la guerra pronto con batallas decisivas en el Este, pero por desgracia para todos los americanos, Lee fue mucho más hábil y mantuvo a raya a los sucesivos generales de la Unión.
Gettysburg tiene interesantes paralelismos con Waterloo. Como Napoleón, el general Lee no estaba bien de salud para dirigir la batalla, y tuvo la mala suerte de estar mal servido por sus generales, de haber perdido a Jackson en Chancellorsville, y que otros que antes habían mandado bien cometieran errores (Ney o Ewell), no cumplieran las misiones asignadas en un mando independiente (Grouchy o Stuart), o no supieran disuadir a su jefe de un ataque frontal condenado al fracaso (Soult o Longstreet).
Como Waterloo, al defensor le salió casi todo bien. Pero Gettysburg no fue una derrota decisiva.
Como Waterloo, Gettysburg fue una jugada arriesgada por un ejército en inferioridad que tenía que conseguir una victoria a toda costa mientras era aún posible.
Pero como Waterloo, la suerte ya estaba echada antes de librarse la batalla, aún venciendo en Gettysburg, la superioridad de la Unión era abrumadora. La victoria de Chancellorsville fue un milagro, porque los nordistas tenían el triple de fuerzas que los sudistas. Sólo a la genialidad del equipo Lee y Jackson se podían obtener victorias con esas posibilidades en contra.
Como ha dicho Autótrofo, la verdadera batalla decisiva fue Antietam en 1862. Allí fracasó el plan de Lee de llevar la guerra al norte, por una traición o descuido sus órdenes cayeron en manos nordistas, y sólo la incompetencia de Burnside permitió a los confederados escapar de una derrota segura. No perdieron la batalla pero perdieron la única posibilidad de ganar la guerra. El Sur sólo podía ganar la guerra aprovechando la racha de triunfos iniciales. Para 1863 ya tenían perdida la guerra y por eso a pesar de las pérdidas económicas, Britania ya no iba a reconocer a la Confederación