Te diré Boris, que es un pasaje de lo más extraño.
Es clara la primera parte. Un denario era el ingreso de un día y si sólo alcanzaría para
un kilo de harina, la familia del trabajador no podría comer, o bien pasarían todos hambre.
Tendría que "bajarse"
al alimento más barato, el que se usaba para los animales ya que con un denario podría comprar
tres kilos de cebada y con "gachas" podría comer ese día una familia.
Básicamente el encarecimiento de los alimentos. No necesariamente "hambruna", porque el que tenga dinero podrá comprar.
Pero la parte de "
no dañes el aceite ni el vino" es una incógnita.
Algunos interpretan esto como que "
los ricos podrán seguir comiendo sus lujos" (vino y aceite eran productos "caros")
Otros piensan que es, por el contrario, una medida a favor de los pobres, ya que podrán acceder al aceite y el vino -que no serán dañados-
Tendríamos que pensar -poniéndonos en sofisticados y esotéricos-, que los
ungidos (con aceite) y los que
comparten la eucaristía (el vino, la sangre de Jesús) "
no serán dañados" y no sufrirán el hambre o la escasez.
Claro que en los restantes caballos no hay ningún tratamiento especial para cristianos, por lo que sería raro que los eximieran de la escasez o carestía.
Como curiosidad te comento que existe un pasaje particular (que quizás tenga relación) que es
2 Reyes 7, los sirios habían sitiado Samaria y el hambre asolaba la ciudad (de hecho había canibalismo incluso) y
Eliseo (el profeta del momento) profetiza que a la mañana siguiente se podría comprar un kilo de trigo por un denario y tres kilos de cebada por un denario (mismas medidas y productos), no cuento toda la historia pero lo cierto es que los sirios huyeron y al día siguiente se vendían a ese precio los productos.
16 Entonces el pueblo salió, y saqueó el campamento de los sirios. Y fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová.
El propio
Eliseo multiplicó el aceite (como luego Jesús el vino) en
2 Reyes 4
2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
3 Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
Así que quizás sea una referencia cruzada con las profecías previas (el sitio de Samaria, la multiplicación del aceite y del vino), y un modo de consolidar el valor de éstas (las del Apocalípsis).