Lo sencillo es el reduccionismo del materialismo determinista incapaz de concebir e integrar lo trascedente sin atribuirlo a lo religioso o la superchería.
Es entendible pues el axioma de la religión materialista no tiene en cuenta la cosmovisión de una manera suficientemente elaborada y se basa en falacias de autoridad que dan forma a los pilares de su reflexión, como son el heliocentrismo, la teoría de la evolución y parte de la ciencia oficialista.
El ateo que cree en una especie de casualidad que llega a producir lo que conocemos como realidad cree en algo más mágico y de milagros marianos que el creacionista, tiene más lógica pensar que hay un diseño inteligente detrás de todo que pensar que de forma mágica la casualidad del big bang nos ha llevado hasta donde estamos.