Según R. Henegan, en la batalla de Vitoria los ingleses consiguieron una baja por cada 459 disparos. Pero está claro que en condiciones de combate se acierta mucho menos que en el campo de tiro, los soldados se cubren, los blancos no son móviles, se dispara con prisas, los tiradores se ponen nerviosos, etcétera. De todas formas, los ingleses hacían entre 30 disparos de práctica por año (infantería de línea), 50 (infantería ligera) y 60 (regimientos de rifles), y eran de los que más entrenaban. Los austríacos hacían 6, 10 disparos.
Si la infantería napoleónica se enfrentara con honderos, probablemente haría una descarga seguida de una carga a la bayoneta.
El arma que causó mayor impacto psicológico en los indios fue el caballo. Lo más útil en la Conquista fueron las armas blancas de metal, mucho más eficientes que las de piedra y madera de los indios, con gran capacidad de penetración, y, sobre todo, mucho más ligeras y de más alcance; ello sumado a las tácticas de formación de la infantería europea. La pólvora apenas se utilizó en México y Perú, los indios no dejaron constancia de que la temieran mucho.