Con una adecuada eficiencia energética en nuestro hogar podemos llegar a ahorrarnos mucho dinero al final del mes, sin tener que realizar ningún desembolso de dinero o por lo menos de escasa entidad.
El ahorro energético y en nuestra vivienda depende principalmente del diseño de la misma, de los materiales que la componen y de los sistemas constructivos empleados; pero además podemos optimizar y mejorar las prácticas que realizamos dentro, que también influyen directamente en este ahorro.
Para conseguirlo una adecuada Eficiencia Energética, es necesario realizar unas buenas prácticas medioambientales, que consisten simplemente en fomentar unos hábitos de consumo responsable en nuestras acciones cotidianas. Algunos ejemplos prácticos pueden ser:
USO DE ELECTRODOMESTICOS:
Limpia y descongela el frigorífico periódicamente, la capa de hielo interior reduce el rendimiento. Mantén las puertas del frigorífico abiertas el menor tiempo posible, es donde se producen las mayores pérdidas.
Apaga completamente el televisor, los ,equipos de música, video, DVD y demás elementos electrónicos, ya que la posición de “stand by” también consume electricidad.
No introduzcas elementos calientes en el frigorífico y descongela los alimentos dentro del mismo, así ahorrarás energía. Cuando cocines intenta utilizar la olla a presión que es más eficiente y tapa siempre las cazuelas para aprovechar el calor al máximo.
Compra electrodomésticos con etiquetado energético de clase A y en el caso de frigoríficos las clases A+, A++, son más eficientes. Si dispones de tarifa con discriminación horaria, utiliza los electrodomésticos en las horas valle para reducir la factura de la compañía eléctrica.
No utilices los electrodomésticos a media carga (lavavajillas, lavadora…) o si lo haces, pon el programa específico de lavado para media carga, ahorrarás energía y agua.
Apaga la vitrocerámica o el horno unos minutos antes de terminar de cocinar, así aprovecharás el calor residual. Puedes ahorrar hasta el 25% del consumo energético de los electrodomésticos en el frigorífico y el congelador, el 35% en la cocina, el 60% en la lavadora y el 25% en otros pequeños electrodomésticos como la radio, televisión, vídeo, DVD, etc.
USO DE LA CALEFACCIÓN Y AIRE ACONDICIONADO:
No cubras los radiadores con ningún objeto que pueda absorber el calor desprendido. Elige ventanas de doble cristal y utiliza algún tipo de sellante para tapar holguras y fugas.
No abuses del aire acondicionado en verano ni de la calefacción en invierno, es suficiente con que la temperatura interior en invierno sea de 20 ºC y en verano 25ºC.
Aprovecha las persianas y toldos para proteger la vivienda a las horas de máxima insolación en verano. En la época de invierno haz justo lo contrario, deja entrar el calor del sol.
Elige una caldera de alto rendimiento (Clasificación Cuatro estrellas) si es posible, aunque son más caras que las convencionales, el ahorro a la larga es mucho mayor.
Instala un termostato para regular la temperatura de las estancias, las necesidades de calor no son las mismas en todas las habitaciones ni a todas las horas del día.
Abre las ventanas en invierno en las horas de mayor insolación, y en verano por la noche. Tendrás la vivienda ventilada y aprovecharlas las condiciones ambientales al máximo para climatizar tu vivienda.
Con todas estas medidas, puedes llegar a reducir el consumo un 30%.
USO DE LA ILUMINACIÓN:
Cambia las bombillas convencionales por otras de bajo consumo, notarás el ahorro y su vida útil es más larga. Limpia el polvo acumulado en las luminarias con frecuencia, ya que puede disminuir la efectividad de la iluminación.
Utiliza la luz natural siempre que sea posible, es un recurso gratuito y renovable. Cuando salgas de una habitación apaga la luz, aunque si son lámparas fluorescentes y vas a volver a encenderlas nuevamente en poco tiempo no es recomendable apagarlas, ya que, aunque la energía necesaria en el arranque este tipo de lámparas (más elevada que en condiciones normales) existe durante muy pocos segundos, con lo que no es representativa en comparación con varios minutos de encendido, si lo es el aumento del número de encendidos que disminuye de forma significativa la vida útil del cebador y del tubo.
Dependiendo de la actividad que se esté realizando, las necesidades de iluminación serán diferentes, por lo que es muy útil disponer de reguladores eléctricos de la intensidad luminosa, o de varios interruptores que permitan encender las luces por zonas.
Con estas sencillas prácticas, ahorrarás hasta un 60% de electricidad.
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UN SALUDO