Capítulo XXVI
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Extranjero: cuando entramos al embarcadero ancle mi barco en un lugar libre de barcos y conecte después de bajar todos el sistema de seguridad, no se oía nada más que el ruido de los animales, ni un barco, ni un coche, nada, habrían sobre 500 casas y 10 hospitales, nos presentamos en el hospital donde íbamos hacer las prácticas y estaba vacío, bueno, eso creímos en un principio, pero conforme nos adentramos vimos que los pacientes de las camas seguían en ellas, bueno, lo que quedaba de ellos, el moho neցro lo había devorado todo, solo quedaban las ropas que no tenían manchas.
Extranjero: todos eran hombres, los devorados por el moho neցro eran hombres, faltaban las mujeres, a esas alturas mis compañeros decidieron que se marchaban, les dije que yo quería quedarme, después de una discusión y tres días más, arreglamos cuatro barcos y se hicieron a la mar por parejas, mi pareja se fue con su hermana diciéndome que estaba loco, yo quería saber lo que había pasado.
Extranjero: cuando estuve 20 días más en la población analizando en el laboratorio para saber si aquel moho neցro era más virulento, los resultados me decían que era igual que el resto de mohos neցros del planeta, de mañana arreglaba o ponía apunto los barcos, de tarde investigaba, después de dos meses llegaron casi 50 mujeres corriendo como locas y se subieron a los barcos diciendo que me marchara con ellas si quería salvar la vida, apenas me dijeron nada más, se llevaron la mayoría de los barcos arreglados.
Extranjero: lo mío por entonces no era valentía, sino estupidez de juventud, pensaba que mis armas de fuego me salvarían de todo mal, sobre todo mi pistola ametralladora.
Extranjero: aquella noche me fui a dormir a mi barco como siempre, al día siguiente había varias mujeres sobre el embarcadero inconscientes, quite la protección y las desnude para ver donde tenían las descargar, eche la ropa y los zapatos de las mujeres sobre mi barco para que no se perdieran, vi que solo tenían una conmoción por culpa del campo de eléctrico, pero seguían vivas, decidí llevarlas al hospital de primeros auxilios donde estaban las medicinas y había hecho de aquello mi lugar de trabajo, cuando desnude a la última me colgué su ropa al hombro y la lleve al hospital, decidí hacer como que las otras, echar sus zapatos al barco.
Extranjero: si lo piensas, mi comportamiento era irracional, de repente oí gritar a muchas mujeres blandiendo lanzas y salí corriendo al barco, comenzaron a lanzarme lanzas de mano y eso que hay ahí sobre la cama que llamamos flechas, llegue al barco y tome mis armas para repeler el ataque y comencé a disparar contra ellas como un loco, mis balas golpeaban su ropa y caían al suelo, conecte el campo eléctrico, subí corriendo al puente y aumente la potencia del campo eléctrico para que las maromas de amarre se quemaran, recibí varios impactos en el corazón, pero aquella ropa que llevaba colgada al hombro impidió que me mataran.
Extranjero: salí a toda potencia a mar abierto, y fondee el barco en una isla habitada por varios matrimonios, no más de 100, no les dije nada de la ropa, pero si vieron las flechas y lanzas en mi barco.
Extranjero: me preguntaron qué hacía en el continente y les explique que era médico y quería abrir de nuevo la consulta de la población, me dijeron que estaba loco, pero que había una joven que estaba dispuesta a enseñarme la lengua del continente si curaba a sus hijos, volvimos 10 días después a la población y cargamos en los barcos todas las medicinas y útiles de laboratorio, arrasamos con todo lo que había en dos hospitales y no continuamos porque descubrieron que aquellas mujeres volvían de nuevo con ansias de apiolar.
Extranjero: nos trajimos 20 barcos de los que había puesto a punto, medicinas y dos laboratorio completos, me dieron, más bien, me hicieron un buen hospital entre toda la población, llame por radio a mis compañeros y algunos volvieron y comenzamos a sanar aquella isla, no eran enfermedades graves teniendo medicinas, pero sin ellas era muchas veces una fin segura, durante 6 meses aprendí la lengua del continente gracias aquella mujer, me enseño varias variantes y finalmente le mostré uno de las camisas, una igual que esa y se asustó.
Extranjero: me explico que sus dueñas me buscarían hasta encontrar su ropa, pues era un deshonor en la tribu perder la ropa que las hacia inmortales, yo por mi parte como militar ya había analizado aquella ropa, era increíble, pregunte a todos como se fabricaba y nadie lo sabía, luego el jefe de la tribu nos dijo que si podíamos curar a otras tribus amigas en otras islas a las que llevaban jóvenes para intercambio de matrimonios para no tener hijos con familiares, los barcos les habían dado muy buena prosperidad, cambiaban pescado vivo a los comerciantes por aceite de oliva y otras cosas de la civilización, finamente llegamos a un acuerdo con uno de los comerciantes y nos vendió un barco cisterna lleno de aceite y cuando se vaciaba nos lo cambiaba por otro lleno pagando el aceite.
Extranjero: finalmente en una isla bastante alejada del continente una señora ya mayor me conto en su dialecto que esa camisa pertenecía a una joven princesa, ella había sido de la tribu y tuvo que huir por apiolar a una compañera porque esta le quito su macho procreador, lo sabía por los colores, que esa ropa era tejida en la tribu, que se metía en la laguna sagrada y se lavaba en el rio sagrado para que la tela fuese indestructible.
Extranjero: ¿lo dejamos para mañana?
Gerente Ksenia: no, no sabía que fueses médico.
Extranjero: me apunte con otro nombre, ya había salido la ley de trabajo obligatorio en muchos países o más bien de esclavitud voluntaria.
Gerente Ksenia: continua.
Extranjero: me enseño su ropa, me dijo que una era de ella y la otra era la de su macho procreador, entro su nieta diciendo “abuela no cuentes mentiras al señor doctor”, le dije que para mí no eran mentiras, le ofrecí 1.000 créditos por la ropa de su macho procreador.
Extranjero: la nieta se llevó a una habitación aparte a la abuela y empezaron a discutir, trate de cortar aquella ropa y era como la que tenía en el barco, era autentica, seguí mirando en el baúl y tenía todo, ropa, zapatos, calcetines, guantes, capucha, todo como si no hubiese pasado el tiempo para esa ropa, estaba hasta el arco y las flechas.
Extranjero: al poco la mujer entro llorando con su nieta, la nieta me dijo que por 1.000 créditos me lo podía llevar todo lo que había en el baúl, acepte rápidamente y el propuse otro trato, le daría 1.000 créditos más si su abuela me enseñaba a manejar el arco, la nieta en medio de risas me dijo que sí pero cuando terminase de enseñarme su abuela le tenía que dar una noche de placer a ella y a sus dos hermanas más jóvenes.
Extranjero: pregunte a la mujer mayor por la oferta de sus nietas en su dialecto y me explico que yo era un poderoso chaman y que las muchachas que habían retozado en su primera vez con un chamán eran muy solicitadas y podían elegir las primeras macho en la tribu.
Extranjero: al principio me negué, pero aquella proposición si le interesaba a su familia, accedí y durante un año me enseño todos sus saberes de guerrera, a manejar ese lanzador, el arco, la lanza y un sinfín de armas que aparentemente son inocentes a primer avista, eso añadido a mi experiencia militar me convirtieron en un hombre bastante peligroso, me conto todo lo necesario para tejer esa fibra, de que árbol se producía, me lo conto todo con pelos y señales.
Extranjero: le pregunte si no tenía miedo que se lo contara a otros y me contesto que si ya no lo había hecho ya no lo haría, cuando vio que estaba preparado se lo dijo al jefe de la tribu y retocen con las tres jóvenes dándoles todos los placeres que sabía hasta ese momento, lo que no sabía es que como colofón debía de apiolar de placer a la abuela pues un chamán debía de llevar al otro mundo a una de las mujeres de la familia, dos días estuve amando aquella vieja mujer hasta que murió por agotamiento por la edad, ambos tomábamos una mezcla de frutas que me enseñó a preparar para no agotarme en el campo de batalla y el sesso en su tribu era otro campo de batalla.
Extranjero: tuve que pegarle fuego personalmente para que le moho neցro no se la comiera, me dieron su ropa y la vasija con sus restos, me hizo prometer que llevaría sus restos a la tumba de sus ancestros, las tres nietas tomaron esposos y tomaron las hierbas de celo, les puse una pulsera de embarazos a cada una y durante tres días estuvimos montando a las nietas, yo me turnaba de nieta y cuando me vaciaba la montaba su marido así hasta que las embarace, entonces el jefe de la tribu me dijo que tenía que marcharme, pues era de mal gusto que los hijos que fuesen a nacer conocieran al chaman que era medio padres de ellos, hable con los esposos y les dije que si las trataban mal me enteraría y me los llevaría al valle de los muertos, no veas la cara de susto que pusieron los tres, hasta el jefe me prometió que vigilaría que los esposos trataran bien a sus esposas y a sus hijos.
Extranjero: subí al barco con todas las pertenecías de la mujer y sus cenizas, partí para el continente, mis compañeros trataron de disuadirme pero estaba dispuesto a cumplir mi palabra, tenía en mi mente todos los detalles de todos los lugares que me había dicho la mujer así como todas las costumbres de las diferentes tribus.
Extranjero: seis días después ancle mi barco en un puerto natural rio arriba, baje con armas parecidas a esas pero de acero inoxidable, construir un trineo para transportar todo lo que llevaba, sabía que mi barco ya había sido visto y que tardarían dos días en llegar donde lo había anclado y que nadie se acercaría a él, pues se había trasmitido que era un barco donde un hombre quitaba la ropa a las guerreras inexpertas, subí por riachuelos a la montaña para no dejar huellas, montaña que permitiría vigilar toda la zona sin ser visto, solo tenías que tener vista de ave de presa o unos prismáticos de alta tecnología militar, mi olor corporal ya estaba disimulado gracias a saber las técnicas de ocultación de caza de la zona.
Extranjero: durante un mes vigile la zona que me interesaba, cuando se inició la marcha de las cazadoras a la zona de caza, al día siguiente en la noche baje al cementerio con un aparato de visión nocturna y localice la zona donde debía dejar sus restos, había un sitio especial para ella, deje su ropa puesta en un perchero que tan solo era una cruz y la vasija que contenía sus restos, deje sus armas como le había prometido a pesar de que no me hacía gracia, me acerque donde guardaban las armas y robe uno de los sacos de armas para las nuevas cazadoras.
Extranjero: ninguna de las guardianas fue capaz de saber que estaba allí, salí como había entrado, a las afueras del poblado deje en percheros de cruz las ropas que me había llevado hacia casi dos años de las guerreras, de la princesa solo devolví la blusa y me subí de nuevo a mi sitio, pero esta vez con muchas cámaras de bajo consumo instaladas por medio campamento y toda la zona adjunta a su territorio.
Extranjero: a la mañana siguiente fue toda una conmoción, las ropas de las deshonradas habían vuelto junto a las de una antigua guerrera asesina y sus restos.
Hechicera progenitora: ya nos avisaron los dioses, ese hombre al que no matamos y robo a nuestras jóvenes guerreras los trajes de combate, está de vuelta para reclamar su derecho a saciar su venganza por la ofensa recibida, ha traído sus ropas para reclamar a sus dueñas para embarazarlas.
Jefa progenitora: estás segura hechicera que mi joven hija caída en desgracia debe de embarazarse de ese macho.
Hechicera progenitora: su vehículo que nada sobre el agua ha subido rio arriba, no se ve nadie en él, esta vez las flechas no pasan dentro del barco con fuerza, su brillo es mayor y los animales que se acercan mueren quemados, lo ha dejado a un día de aquí, solo se ha llevado el equipo de una nueva guerrera, ha devuelto todo el de la vieja guerrera, las ropas de la hermana mayor de tu progenitora, porque esas son las cosas de la hermana mayor de tu progenitora, son sus colores, son sus armas.
Jefa progenitora: ¿puede tratarse de uno de sus hijos o de sus nietos?
Hechicera progenitora: no, la ropa huele al macho que casi matamos, manda a tu hija un mensaje de que el macho que la desahorro está aquí, para reclamar a su hija deshonrada para él.
Jefa progenitora: ¿estás segura hechicera que eso es así?
Hechicera progenitora: lo sabremos pronto, solo falta la señal de que cace para la tribu
Extranjero: entonces decidí buscar unos animales que cazar y que les pillara de paso, analice el terreno, me lleve los 30 venablos que tenía, saque los pantalones que pertenecían a aquella blusa, me presente en la zona de caza unas horas antes del amanecer, con las gafas de visión nocturna mate 30 bisontes y clave sobre uno de aquellos bisontes los pantalones de la joven princesa, deje por el lugar cámaras de grabación y volví a mi lugar de espionaje, saltando de árbol en árbol hasta la montaña y de allí a mi cueva favorita, llegue a eso del mediodía, pero revise las grabaciones y pude ver la consternación de la reina y sus hijas.
Guerrera vieja: señora me manda su progenitora para decirle que la blusa de su hija ha sido devuelta, dice la hechicera que el macho reclama a tu hija deshonrada.
Reina: llegas tarde, ya lo sé, a mí me ha dejado los pantalones de mi hija con 30 bisontes como pago por ella.
Hija segunda de la reina: vas a dar a mi hermana a ese hombre.
Reina: si es capaz de vencerla se la podrá llevar, preparar toda esa carne y curtir las pieles que es el pago por mi hija y volvemos al poblado.
Extranjero: tardaron toda la mañana en preparar la carne y en cargarla para volver al poblado al que llegaron en la tarde, no escuche que hablaran nada durante el trabajo, todas las guerreras estaban sorprendidas, en el campamento las deshonradas miraban sus ropas.
Derintia: hechicera, ¿ese hombre nos va a reclamar a todas?
Hechicera progenitora: solo a ti, pues ha dejado la ropa y zapatos de todas menos la tuya, solo te está reclamando a ti.
Derintia: ¿has enterrado como corresponde a la hermana de mi antepasada?
Hechicera progenitora: si, así lo ha ordenado tu progenitora, la ha enterrado junto a su hermana, así volverán a hacer las paces.
Derintia: debo entregarme dócilmente a ese hombre.
Hechicera progenitora: si quieres sí, pero puedes hacerlo en reto de matrimonio, en el primer caso solo te disfrutara y se marchara solo, en el segundo caso si pierdes te marcharas con él durante un año, cuando vuelvas tus hermanas podrán reclamarlo como esposo de la familia y tendrás que compartirlo.
Derintia: ¿y si gano?
Hechicera progenitora: tendrás que matarlo para recuperar tu honor, en ambos casos recuperas tu honor, pero creo que ese macho tiene otra exigencia.
Derintia: ¿cuál?
Hechicera progenitora: la de embarazarte.
Derintia: ¿lo dices enserio hechicera?
Extranjero: aquella joven mujer era muy bella y yo un zascandil ansioso de hacerme con ella como esposa.
Gerente Ksenia: por entonces estoy viendo que no tenías escrúpulos en aprovecharte de la ignorancia de aquellas mujeres, siendo estéril como podías reclamarla sin tener hijos.
Extranjero: por entonces no era estéril, eso vino más tarde, de hecho las tres nietas quedaron embarazadas de mí, así me lo confirmaron las pulseras de embarazo.
Gerente Ksenia: ¿puedes dejarme embarazada?
Extranjero: no creo, mis espermatozoides carecen de carga genética, solo sirven para empujar a los espermatozoides de otros machos que los suyos carecen de velocidad.
Gerente Ksenia: ¿eres de esos machos que ayudan a dejar embarazadas a las mujeres de otros?
Extranjero: si, cobro 2.000 créditos por embarazo, pero dejo claro a los matrimonios que yo no formare parte de su matrimonio.
Gerente Ksenia: no me extrañaría que luego las esposas quisieran matrimonios de tres contigo.
Extranjero: suele pasar, pero la mayoría de las veces suelen ser los hombres los que quieren que formemos los matrimonios de tres y para convencerme me mandan a su mujer para retozar los tres.
Gerente Ksenia: no lo entiendo.
Extranjero: si es muy fácil, así pueden embarazar a su mujer hasta con 6 hijos suyos.
Gerente Ksenia: ahora si lo entiendo, pero sigue como conociste a tu mujer.
Extranjero: a la mañana siguiente las guerreras se pusieron a curtir las pieles y a meter en zumo la carne, era mucha carne para guardar en zumo de fruta para que no se estropeara.
Gerente Ksenia: ¿dura mucho tiempo en ese zumo la carne?
Extranjero: hasta la última pieza de carne, no se estropea en meses, mas no sé.
Gerente Ksenia: ¿sabes por qué?
Extranjero: si, lo supe cuando analice el zumo, ¿dormimos?
Gerente Ksenia: no, continúa.
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Extranjero: cuando entramos al embarcadero ancle mi barco en un lugar libre de barcos y conecte después de bajar todos el sistema de seguridad, no se oía nada más que el ruido de los animales, ni un barco, ni un coche, nada, habrían sobre 500 casas y 10 hospitales, nos presentamos en el hospital donde íbamos hacer las prácticas y estaba vacío, bueno, eso creímos en un principio, pero conforme nos adentramos vimos que los pacientes de las camas seguían en ellas, bueno, lo que quedaba de ellos, el moho neցro lo había devorado todo, solo quedaban las ropas que no tenían manchas.
Extranjero: todos eran hombres, los devorados por el moho neցro eran hombres, faltaban las mujeres, a esas alturas mis compañeros decidieron que se marchaban, les dije que yo quería quedarme, después de una discusión y tres días más, arreglamos cuatro barcos y se hicieron a la mar por parejas, mi pareja se fue con su hermana diciéndome que estaba loco, yo quería saber lo que había pasado.
Extranjero: cuando estuve 20 días más en la población analizando en el laboratorio para saber si aquel moho neցro era más virulento, los resultados me decían que era igual que el resto de mohos neցros del planeta, de mañana arreglaba o ponía apunto los barcos, de tarde investigaba, después de dos meses llegaron casi 50 mujeres corriendo como locas y se subieron a los barcos diciendo que me marchara con ellas si quería salvar la vida, apenas me dijeron nada más, se llevaron la mayoría de los barcos arreglados.
Extranjero: lo mío por entonces no era valentía, sino estupidez de juventud, pensaba que mis armas de fuego me salvarían de todo mal, sobre todo mi pistola ametralladora.
Extranjero: aquella noche me fui a dormir a mi barco como siempre, al día siguiente había varias mujeres sobre el embarcadero inconscientes, quite la protección y las desnude para ver donde tenían las descargar, eche la ropa y los zapatos de las mujeres sobre mi barco para que no se perdieran, vi que solo tenían una conmoción por culpa del campo de eléctrico, pero seguían vivas, decidí llevarlas al hospital de primeros auxilios donde estaban las medicinas y había hecho de aquello mi lugar de trabajo, cuando desnude a la última me colgué su ropa al hombro y la lleve al hospital, decidí hacer como que las otras, echar sus zapatos al barco.
Extranjero: si lo piensas, mi comportamiento era irracional, de repente oí gritar a muchas mujeres blandiendo lanzas y salí corriendo al barco, comenzaron a lanzarme lanzas de mano y eso que hay ahí sobre la cama que llamamos flechas, llegue al barco y tome mis armas para repeler el ataque y comencé a disparar contra ellas como un loco, mis balas golpeaban su ropa y caían al suelo, conecte el campo eléctrico, subí corriendo al puente y aumente la potencia del campo eléctrico para que las maromas de amarre se quemaran, recibí varios impactos en el corazón, pero aquella ropa que llevaba colgada al hombro impidió que me mataran.
Extranjero: salí a toda potencia a mar abierto, y fondee el barco en una isla habitada por varios matrimonios, no más de 100, no les dije nada de la ropa, pero si vieron las flechas y lanzas en mi barco.
Extranjero: me preguntaron qué hacía en el continente y les explique que era médico y quería abrir de nuevo la consulta de la población, me dijeron que estaba loco, pero que había una joven que estaba dispuesta a enseñarme la lengua del continente si curaba a sus hijos, volvimos 10 días después a la población y cargamos en los barcos todas las medicinas y útiles de laboratorio, arrasamos con todo lo que había en dos hospitales y no continuamos porque descubrieron que aquellas mujeres volvían de nuevo con ansias de apiolar.
Extranjero: nos trajimos 20 barcos de los que había puesto a punto, medicinas y dos laboratorio completos, me dieron, más bien, me hicieron un buen hospital entre toda la población, llame por radio a mis compañeros y algunos volvieron y comenzamos a sanar aquella isla, no eran enfermedades graves teniendo medicinas, pero sin ellas era muchas veces una fin segura, durante 6 meses aprendí la lengua del continente gracias aquella mujer, me enseño varias variantes y finalmente le mostré uno de las camisas, una igual que esa y se asustó.
Extranjero: me explico que sus dueñas me buscarían hasta encontrar su ropa, pues era un deshonor en la tribu perder la ropa que las hacia inmortales, yo por mi parte como militar ya había analizado aquella ropa, era increíble, pregunte a todos como se fabricaba y nadie lo sabía, luego el jefe de la tribu nos dijo que si podíamos curar a otras tribus amigas en otras islas a las que llevaban jóvenes para intercambio de matrimonios para no tener hijos con familiares, los barcos les habían dado muy buena prosperidad, cambiaban pescado vivo a los comerciantes por aceite de oliva y otras cosas de la civilización, finamente llegamos a un acuerdo con uno de los comerciantes y nos vendió un barco cisterna lleno de aceite y cuando se vaciaba nos lo cambiaba por otro lleno pagando el aceite.
Extranjero: finalmente en una isla bastante alejada del continente una señora ya mayor me conto en su dialecto que esa camisa pertenecía a una joven princesa, ella había sido de la tribu y tuvo que huir por apiolar a una compañera porque esta le quito su macho procreador, lo sabía por los colores, que esa ropa era tejida en la tribu, que se metía en la laguna sagrada y se lavaba en el rio sagrado para que la tela fuese indestructible.
Extranjero: ¿lo dejamos para mañana?
Gerente Ksenia: no, no sabía que fueses médico.
Extranjero: me apunte con otro nombre, ya había salido la ley de trabajo obligatorio en muchos países o más bien de esclavitud voluntaria.
Gerente Ksenia: continua.
Extranjero: me enseño su ropa, me dijo que una era de ella y la otra era la de su macho procreador, entro su nieta diciendo “abuela no cuentes mentiras al señor doctor”, le dije que para mí no eran mentiras, le ofrecí 1.000 créditos por la ropa de su macho procreador.
Extranjero: la nieta se llevó a una habitación aparte a la abuela y empezaron a discutir, trate de cortar aquella ropa y era como la que tenía en el barco, era autentica, seguí mirando en el baúl y tenía todo, ropa, zapatos, calcetines, guantes, capucha, todo como si no hubiese pasado el tiempo para esa ropa, estaba hasta el arco y las flechas.
Extranjero: al poco la mujer entro llorando con su nieta, la nieta me dijo que por 1.000 créditos me lo podía llevar todo lo que había en el baúl, acepte rápidamente y el propuse otro trato, le daría 1.000 créditos más si su abuela me enseñaba a manejar el arco, la nieta en medio de risas me dijo que sí pero cuando terminase de enseñarme su abuela le tenía que dar una noche de placer a ella y a sus dos hermanas más jóvenes.
Extranjero: pregunte a la mujer mayor por la oferta de sus nietas en su dialecto y me explico que yo era un poderoso chaman y que las muchachas que habían retozado en su primera vez con un chamán eran muy solicitadas y podían elegir las primeras macho en la tribu.
Extranjero: al principio me negué, pero aquella proposición si le interesaba a su familia, accedí y durante un año me enseño todos sus saberes de guerrera, a manejar ese lanzador, el arco, la lanza y un sinfín de armas que aparentemente son inocentes a primer avista, eso añadido a mi experiencia militar me convirtieron en un hombre bastante peligroso, me conto todo lo necesario para tejer esa fibra, de que árbol se producía, me lo conto todo con pelos y señales.
Extranjero: le pregunte si no tenía miedo que se lo contara a otros y me contesto que si ya no lo había hecho ya no lo haría, cuando vio que estaba preparado se lo dijo al jefe de la tribu y retocen con las tres jóvenes dándoles todos los placeres que sabía hasta ese momento, lo que no sabía es que como colofón debía de apiolar de placer a la abuela pues un chamán debía de llevar al otro mundo a una de las mujeres de la familia, dos días estuve amando aquella vieja mujer hasta que murió por agotamiento por la edad, ambos tomábamos una mezcla de frutas que me enseñó a preparar para no agotarme en el campo de batalla y el sesso en su tribu era otro campo de batalla.
Extranjero: tuve que pegarle fuego personalmente para que le moho neցro no se la comiera, me dieron su ropa y la vasija con sus restos, me hizo prometer que llevaría sus restos a la tumba de sus ancestros, las tres nietas tomaron esposos y tomaron las hierbas de celo, les puse una pulsera de embarazos a cada una y durante tres días estuvimos montando a las nietas, yo me turnaba de nieta y cuando me vaciaba la montaba su marido así hasta que las embarace, entonces el jefe de la tribu me dijo que tenía que marcharme, pues era de mal gusto que los hijos que fuesen a nacer conocieran al chaman que era medio padres de ellos, hable con los esposos y les dije que si las trataban mal me enteraría y me los llevaría al valle de los muertos, no veas la cara de susto que pusieron los tres, hasta el jefe me prometió que vigilaría que los esposos trataran bien a sus esposas y a sus hijos.
Extranjero: subí al barco con todas las pertenecías de la mujer y sus cenizas, partí para el continente, mis compañeros trataron de disuadirme pero estaba dispuesto a cumplir mi palabra, tenía en mi mente todos los detalles de todos los lugares que me había dicho la mujer así como todas las costumbres de las diferentes tribus.
Extranjero: seis días después ancle mi barco en un puerto natural rio arriba, baje con armas parecidas a esas pero de acero inoxidable, construir un trineo para transportar todo lo que llevaba, sabía que mi barco ya había sido visto y que tardarían dos días en llegar donde lo había anclado y que nadie se acercaría a él, pues se había trasmitido que era un barco donde un hombre quitaba la ropa a las guerreras inexpertas, subí por riachuelos a la montaña para no dejar huellas, montaña que permitiría vigilar toda la zona sin ser visto, solo tenías que tener vista de ave de presa o unos prismáticos de alta tecnología militar, mi olor corporal ya estaba disimulado gracias a saber las técnicas de ocultación de caza de la zona.
Extranjero: durante un mes vigile la zona que me interesaba, cuando se inició la marcha de las cazadoras a la zona de caza, al día siguiente en la noche baje al cementerio con un aparato de visión nocturna y localice la zona donde debía dejar sus restos, había un sitio especial para ella, deje su ropa puesta en un perchero que tan solo era una cruz y la vasija que contenía sus restos, deje sus armas como le había prometido a pesar de que no me hacía gracia, me acerque donde guardaban las armas y robe uno de los sacos de armas para las nuevas cazadoras.
Extranjero: ninguna de las guardianas fue capaz de saber que estaba allí, salí como había entrado, a las afueras del poblado deje en percheros de cruz las ropas que me había llevado hacia casi dos años de las guerreras, de la princesa solo devolví la blusa y me subí de nuevo a mi sitio, pero esta vez con muchas cámaras de bajo consumo instaladas por medio campamento y toda la zona adjunta a su territorio.
Extranjero: a la mañana siguiente fue toda una conmoción, las ropas de las deshonradas habían vuelto junto a las de una antigua guerrera asesina y sus restos.
Hechicera progenitora: ya nos avisaron los dioses, ese hombre al que no matamos y robo a nuestras jóvenes guerreras los trajes de combate, está de vuelta para reclamar su derecho a saciar su venganza por la ofensa recibida, ha traído sus ropas para reclamar a sus dueñas para embarazarlas.
Jefa progenitora: estás segura hechicera que mi joven hija caída en desgracia debe de embarazarse de ese macho.
Hechicera progenitora: su vehículo que nada sobre el agua ha subido rio arriba, no se ve nadie en él, esta vez las flechas no pasan dentro del barco con fuerza, su brillo es mayor y los animales que se acercan mueren quemados, lo ha dejado a un día de aquí, solo se ha llevado el equipo de una nueva guerrera, ha devuelto todo el de la vieja guerrera, las ropas de la hermana mayor de tu progenitora, porque esas son las cosas de la hermana mayor de tu progenitora, son sus colores, son sus armas.
Jefa progenitora: ¿puede tratarse de uno de sus hijos o de sus nietos?
Hechicera progenitora: no, la ropa huele al macho que casi matamos, manda a tu hija un mensaje de que el macho que la desahorro está aquí, para reclamar a su hija deshonrada para él.
Jefa progenitora: ¿estás segura hechicera que eso es así?
Hechicera progenitora: lo sabremos pronto, solo falta la señal de que cace para la tribu
Extranjero: entonces decidí buscar unos animales que cazar y que les pillara de paso, analice el terreno, me lleve los 30 venablos que tenía, saque los pantalones que pertenecían a aquella blusa, me presente en la zona de caza unas horas antes del amanecer, con las gafas de visión nocturna mate 30 bisontes y clave sobre uno de aquellos bisontes los pantalones de la joven princesa, deje por el lugar cámaras de grabación y volví a mi lugar de espionaje, saltando de árbol en árbol hasta la montaña y de allí a mi cueva favorita, llegue a eso del mediodía, pero revise las grabaciones y pude ver la consternación de la reina y sus hijas.
Guerrera vieja: señora me manda su progenitora para decirle que la blusa de su hija ha sido devuelta, dice la hechicera que el macho reclama a tu hija deshonrada.
Reina: llegas tarde, ya lo sé, a mí me ha dejado los pantalones de mi hija con 30 bisontes como pago por ella.
Hija segunda de la reina: vas a dar a mi hermana a ese hombre.
Reina: si es capaz de vencerla se la podrá llevar, preparar toda esa carne y curtir las pieles que es el pago por mi hija y volvemos al poblado.
Extranjero: tardaron toda la mañana en preparar la carne y en cargarla para volver al poblado al que llegaron en la tarde, no escuche que hablaran nada durante el trabajo, todas las guerreras estaban sorprendidas, en el campamento las deshonradas miraban sus ropas.
Derintia: hechicera, ¿ese hombre nos va a reclamar a todas?
Hechicera progenitora: solo a ti, pues ha dejado la ropa y zapatos de todas menos la tuya, solo te está reclamando a ti.
Derintia: ¿has enterrado como corresponde a la hermana de mi antepasada?
Hechicera progenitora: si, así lo ha ordenado tu progenitora, la ha enterrado junto a su hermana, así volverán a hacer las paces.
Derintia: debo entregarme dócilmente a ese hombre.
Hechicera progenitora: si quieres sí, pero puedes hacerlo en reto de matrimonio, en el primer caso solo te disfrutara y se marchara solo, en el segundo caso si pierdes te marcharas con él durante un año, cuando vuelvas tus hermanas podrán reclamarlo como esposo de la familia y tendrás que compartirlo.
Derintia: ¿y si gano?
Hechicera progenitora: tendrás que matarlo para recuperar tu honor, en ambos casos recuperas tu honor, pero creo que ese macho tiene otra exigencia.
Derintia: ¿cuál?
Hechicera progenitora: la de embarazarte.
Derintia: ¿lo dices enserio hechicera?
Extranjero: aquella joven mujer era muy bella y yo un zascandil ansioso de hacerme con ella como esposa.
Gerente Ksenia: por entonces estoy viendo que no tenías escrúpulos en aprovecharte de la ignorancia de aquellas mujeres, siendo estéril como podías reclamarla sin tener hijos.
Extranjero: por entonces no era estéril, eso vino más tarde, de hecho las tres nietas quedaron embarazadas de mí, así me lo confirmaron las pulseras de embarazo.
Gerente Ksenia: ¿puedes dejarme embarazada?
Extranjero: no creo, mis espermatozoides carecen de carga genética, solo sirven para empujar a los espermatozoides de otros machos que los suyos carecen de velocidad.
Gerente Ksenia: ¿eres de esos machos que ayudan a dejar embarazadas a las mujeres de otros?
Extranjero: si, cobro 2.000 créditos por embarazo, pero dejo claro a los matrimonios que yo no formare parte de su matrimonio.
Gerente Ksenia: no me extrañaría que luego las esposas quisieran matrimonios de tres contigo.
Extranjero: suele pasar, pero la mayoría de las veces suelen ser los hombres los que quieren que formemos los matrimonios de tres y para convencerme me mandan a su mujer para retozar los tres.
Gerente Ksenia: no lo entiendo.
Extranjero: si es muy fácil, así pueden embarazar a su mujer hasta con 6 hijos suyos.
Gerente Ksenia: ahora si lo entiendo, pero sigue como conociste a tu mujer.
Extranjero: a la mañana siguiente las guerreras se pusieron a curtir las pieles y a meter en zumo la carne, era mucha carne para guardar en zumo de fruta para que no se estropeara.
Gerente Ksenia: ¿dura mucho tiempo en ese zumo la carne?
Extranjero: hasta la última pieza de carne, no se estropea en meses, mas no sé.
Gerente Ksenia: ¿sabes por qué?
Extranjero: si, lo supe cuando analice el zumo, ¿dormimos?
Gerente Ksenia: no, continúa.