Capítulo XXVIII
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Me levante junto a todos mis machos y esposas, fuimos a nuestros privados, nos lavaron los machos y nos sentamos a desayunar.
Extranjero: escucharme todos, hoy salimos todos por la puerta trasera de la población, tengo que preparar los nidos y las trampas para atrapar a la diosa.
Extranjero: primer macho, tú te vas al taller de la talladora de metales con 25 machos y le dices que te den el encargo o lo que tengan preparado, que lo necesito lo antes posible, la diosa tiene que estar a punto de volver para atacar de nuevo la ciudad y quiero dejarme hoy las trampas preparadas mientras las jóvenes cazadoras y mis esposas se enseñan a utilizar el lanzador.
Extranjero: segundo macho, tú te vas a ir a los valles y le dices al primer macho de la semillera que quiero 20 vasijas de aceite y la fruta que hay en este papel que necesito 100 trineos de esa fruta, dile que le pagare por todo 2 créditos, pero que lo necesito para esta mañana, y a hora a comer.
Los machos pusieron pan tostado con aceite mezclado con el zumo de una frutilla que sabía a tomate, mire al cocinero de forma asombrada.
Cocinero: señor, el primer macho de la semillera me dio esta receta por orden de la cocinera, dice que está muy bueno, ¿he hecho algo malo?
Extranjero: no, muy al contrario, terminar de servir el pan con esa mezcla y colocar en una mitad de pan un filete de ave y en la otra un filete de pescado de agua salada, pero no de los de tonalidad azul fuerte sino terminamos todos muertos.
Los vi a todos ponerse a preparar el desayuno, en 15 minutos ya teníamos sobre el pan el pescado y la carne, las “tostadas” era cada una de 250 gramos, claro que medir tres metros de altura necesita su comida, a mí me pusieron tres bocadillos que tuve que comerme porque el primer macho no paraba de marear y mis esposas también, querían repetir lo de la noche anterior.
Cuando hubimos desayunado, me comí todo con hambre canina, la verdad que 6 mujeres muelen mucha energía, podía parecer uno de ellos, pero la base genética seguía siendo la que me dejo mi esposa Nammu-sugey, una máquina sensual de alto rendimiento y alto consumo energético.
Fue terminar de desayunar y como una maquinaria de precisión bien engrasada todos se fueron a cumplir con sus tareas cuando nos levantamos de la mesa, me dieron mi mochila y me puse en marcha, no dije nada, como un pastor todas las ovejas fueron tras de mi camino a la puerta trasera, 15 minutos tardamos en plantarnos en la puerta, las jóvenes cazadoras nos estaban esperando.
Haquikah hija reina: Alulim, ¿qué hacemos hoy?
Extranjero: lo que no pudimos hacer ayer, vais a tomar una madera de lanza recta, necesitareis hilo de pétreo mojado, unas mochilas de plumas, una mochila de frutas de pegar y nos salimos fuera para no molestar.
Extranjero: ¿se ha marchado tu hermana a cazar?
Haquikah hija reina: si, quieren cazar uno de esos animales gigantes con cuernos largos.
Extranjero: ¿no me digas que quieren cazar mamuts?
Haquikah hija reina: si, ¿podemos cazar nosotras uno?
Extranjero: no, ese animal es muy peligroso en esta época del año y no me extrañaría que muriera hoy más de una cazadoras, pero os voy a enseñar a construir lanzas cortas o venablos para mi lanzador, bueno, me he gastado 70 créditos en la fabricación de los vuestros y las cazadoras de tu hermana, pero de momento solo están fabricados los nuestros.
Nathifa hija de la reina: esposo, ¿para nosotras también has fabricado?
Extranjero: si, pero primero traerse lanzas cortas y después os enseño a fabricar los venablos a todos, ¿vale?
Se fueron por las madera de lanzas hasta los machos dominados, cuando estuvieron todos servidos salimos fuera de los muros de la población, saque dos venablos míos y se los pase para que los vieran, cuando terminaron los clave en el suelo.
Extranjero: como os habréis fijado mis venablos tienen tres plumas de cola, pero vosotras y vosotros los haréis de cuatro plumas, pues los de tres plumas son más difíciles de fabricar, no son mejores ni peores, solo es una forma de ahorrar material, pero plumas e hilo tenemos a montones.
Tome una de las lanzas cortas y les dije.
Extranjero: lo primero que se debe de hacer es sacarle la punta, pero eso no lo haremos ahora, las quiero sin punta para que practiquéis, no quiero que matéis a nadie.
Extranjero: las puntas se afilan como están las mías, se queman en el fuego para endurecer la punta y luego se frota contra una piedra para afilarlas quitando el carbón hasta dejarla sin que parezca quemada, se le puede encargar a la talladora de metales puntas de materiales bastan duros y algo pesados, con esas puntas se pueden cazar los mamuts, pero se necesita mucha puntería y fuerza para dar justo en su hueco del cuello para atravesar su corazón o meterle el venablo al cerebro atraves de su ojo.
Extranjero: pero sigamos, hay que hacer una hendidura en el venablo para colocar las plumas, claro que si los venablos te los fabrica la talladora de madera solo hay que colocarles las plumas, pero os quiero enseñar a fabricarlos de esta manera para que sepáis hacerlo, así las hijas de la talladora de madera sabrán cómo hacerlas y se lo dirán a su progenitora.
Vi a las dos jovencitas ponerse sofocadas.
Extranjero: cuando tengáis la hendidura, cortáis las plumas con este cuchillo, fijarse bien, es bastante filoso, recomiendo que os pongáis los guantes para hacer lo de las plumas, cuando tengáis practica no hará falta, pero como todo, nunca hay que confiarse.
Les mostré como había que cortar las dos plumas que necesitaba, luego como las partía en dos, como las pegaba y como enrollaba el hilo para sujetar bien las plumas al venablo, como le daba luego zumo de pegar a los hilos.
Extranjero: bien, ya lo habéis visto, el zumo de pegar tarda 20 minutos en secar, pasado ese tiempo ya se puede utilizar, pero para venablos definitivos mejor esperar un día, quiero que cada una se fabrique 10 venablos.
No preguntaron nada y comenzaron a fabricarse sus venablos, fui corrigiéndoles algunos fallos, a otras las hice comenzar de nuevo, ninguna se enfadó, tenían interés en enseñarse a hacerlas bien, hasta mis esposas me hicieron caso, cuando terminamos les dije a los machos.
Extranjero: primer macho, los machos ya han terminado esta lección, los quiero fabricado un nido a base de piedras de dos veces mi altura pero a lo ancho y de alto como yo, sígueme y te digo donde lo quiero.
Coloque el centro a 15 metros de la muralla para que quedara la pared a unos 12 metros de la muralla, clave una estaca e hice un circulo con una cuerda de 3 metros.
Extranjero: primer macho acércate a la talladora de metales y que te de lo que hay en esta tela dibujado y luego te vas a la talladora de madera y que le ponga el mango, dile que necesito cuatro de forma urgente, diles que les pagare luego por ese trabajo pero que lo necesitas ya, diles que es para construir un nido para cazar a la diosa, pero antes ordena que amontones piedras de dos y tres palmos de largas y un palmo de anchas y sobretodo que se pongan los guantes, no quiero accidentes.
Primer macho: lo que mande el señor.
Lo vi dar las ordenes de recolectar las piedras y traerlas donde estaba yo, después se marchó a cumplir con el trabajo encomendado con 10 machos.
Volví donde estaban las cazadoras y parecía un mercadillo enseñándose el trabajo.
Extranjero: a ver señoras, tomar el primer de vuestros venablos, ir acercándose que os de vuestro lanzador, no quiero enfados si no lo conseguís a la primera, pero tomar el trineo con vuestro material y vayámonos a un lugar más apartado no vaya a ser que dañemos a alguien que pase despistado.
Me fije un momento y vi a varias de los vecinas pescado con la red junto a su machos, me acerque a una y le dije.
Extranjero: no, así no lo hagas, toma con la mano donde te atas la cuerda la punta que solo lleva una piedra, esa es la última que tienes que soltar, prueba ahora.
Lo hizo tal como le dije y extendió la red de maravilla, esta vez sí pesco bastantes peces, volví donde estaban mis esposas con cara de celos, la joven con la que había hablado era muy bella según los estándares de belleza locales.
Haquikah hija reina: sus machos si saben pescar, pero la reina ha ordenado que solo pueden pescar las hembras.
Extranjero: entiendo, soy un mal ejemplo.
Haquikah hija reina: si, no es normal que no te dediques a comerte la comida de tus esposas y de sus madres.
Extranjero: sigue tu hermana ofendida por lo de ayer.
Haquikah hija reina: si y no, ¿sabes?, te hizo caso y dejo las “guarderías”, podían haber cazado 10 animales perfectamente, eso antes era una gran cacería.
Extranjero: para mí el que cazaran 2 saltadores como los cazaban ellas me parece una gran cacería, estaba sorprendido de lo buenas que son.
Haquikah hija reina: ¿te estas riendo de ellas?
Extranjero: no, no te haces una idea lo difícil que es cazar un saltador, no hay depredador que los pueda cazar, antes de que se acerque a ellos unos pasos ya los tienen fuera de la vista, son muy rápidos, más cuando huyen de los dientes largos, ahí mejor no ponerse delante, es más seguro estar acostado que dé pie si no puedes evitarlos.
Haquikah hija reina: entiendo, le preguntare hoy como los cazaron, pues quiero saberlo.
Extranjero: esa es la actitud para ser una buena jefa de caza, saber lo que hacen los demás bien para copiarlo y a ser posible mejorarlo, pero vayamos un poco más allá.
Nos colocamos a casi 100 metros de donde pensaba construir el nido y casi 200 metros de la puerta.
Extranjero: tomar cada una su lanzador, fijarse como pongo yo el venablo y como lanzo.
Tome tres venablos más el que llevaba puesto y los lance en menos de tres segundos contra la muralla con gran precisión, impactando todos en el mismo punto.
Extranjero: cuando seáis capaces de lanzar de esa manera estaréis preparadas para cazar muy bien con este arma, os recomiendo entrenar con presas poco peligrosas, pero eso sera después de enseñarse a lanzar, tranquilas, que no es fácil aprender, pero una vez que le encuentras el truco parece fácil, otra cosa, no ir por lo venablos lanzados hasta que todas no dejen los lanzadores en el suelo, no quiero accidentes, pues a pesar de no tener punta, podéis apiolar a una compañera si le dais en un ojo, el traje os protege, pero solo los tenéis vosotras y no quiero que enseñéis a las mayores de manera descuidada, ya podéis empezar.
Aquello fue un puñetero desastre, la mayoría de ellas soltaron el venablo antes de tiempo y estos se caían al suelo o salían en paralelo.
Extranjero: a ver todas, no podéis soltar el venablo hasta que el movimiento se haya empezado para que quede sujeto por el empuje a la parte trasera del lanzador, venga vamos a intentarlo de nuevo.
Las vi de nuevo intentarlo y esta vez los venablos salieron hacia la pared, pero de forma bastante desviada.
Extranjero: Nathifa como cazadora adulta y con experiencia haz el favor de controlar a todas para que ninguna vaya a por sus venablos hasta que tú lo digas, asegúrate que todos los lanzadores están en el suelo, no quiero accidentes.
Nathifa hija de la reina: así lo haremos esposo mío.
Mi primer macho acaba de llegar con las cuatro palas de corte que le había encargado, esta gente trabajaba rápido, le explique al primer macho para que era aquello, dibuje en el suelo el hueco que tenía que hacer y le señale donde dejar los montones de tierra y piedras, cuando termine me di cuenta que estaba allí la talladora de metal, la cual estaba observando todo, además mis machos habían traído las “poteras”, reposaban sobre 10 trineos.
Primer macho: señor, ¿primero sacamos la tierra para hacer el nido y después cavamos eso que acaba de marcar?
Extranjero: si, hacéis primero un agujero que os llegue hasta las rodillas o salga agua, después mezcláis la arena con agua hasta hacer barro y lo utilizáis para tapar los huecos entre las piedras, vamos que las piedras queden pegadas con barro, no quiero hueco central hasta que sobresalga del suelo hasta mi cintura luego construís un muro exterior dejando el hueco donde colocaremos los bemoles, ¿lo has entendido?
Primer macho: sí señor, debo de construir un nido a ras del suelo.
Extranjero: esa es la idea, ¿la talladora de metales quiere cobrar?
Jefa de metales: no, voy a fabricar más herramientas de esas, quería saber para que eran.
Extranjero: ¿quieres un encargo nuevo?
Jefa de metales: ¿qué es?
Extranjero: fíjate en la punta de mi venablo, no preguntes que material es porque te sorprenderías de que están fabricados, son armas de guerra que utilizo para la caza, lo que quiero es que te fijes en la punta.
Jefa de metales: ¿también eres un guerrero?
Extranjero: en este momento soy un guerrero que tiene como enemigas a las diosas, ¿has visto la punta del venablo?, ¿serias capaz de reproducir esa punta en un metal como el del encargo?
Jefa de metales: si, me he quedado con la imagen esa punta, ¿para qué es?
Extranjero: ¿te has fijado que están utilizando tus dos jóvenes hijas?
Jefa de metales: si, vale, entiendo, para colocárselo en las puntas.
Extranjero: bien, ahora que lo tienes claro, hablas con la talladora de madera y que fabrique esos venablos con maderas buenas y con puntas como la que has visto, pero para que no os perdáis os doy los planos para ello.
Jefa de metales: ¿para cuándo las quieres? y ¿cuantas quieres?
Extranjero: a ser posible necesito 700 para el mediodía, pero si son 150 no me enfadare, toma 50 créditos y repartirlos entre vosotras, ser equitativas, pues son necesarios para cazar carne, además, supongo que la reina querrá encargar 10 para cada una de sus cazadoras y eso es un gran pedido.
Jefa de metales: ¿el agujero es para el pasador para que no se escape la madera?
Extranjero: si, pero lo debe de colocar la talladora de madera, dile que la madera debe de entrar a presión pegada con esta fruta y el pasador a base de golpes, además necesito que me mandes un martillo para clavar las picas.
Jefa de metales: llevas dos partillos para clavarlas, luego me los devuelves.
Extranjero: de acuerdo.
Jefa de metales: me marcho, cuando tengamos 56 te los mando para que mis hijas entrenen con venablos terminados, me llevo unas mochilas de plumas y frutillas para que los machos de la talladora de madera pongan las plumas y no te preocupes, sus machos están acostumbrados a utilizar herramientas muy filosas, he hablado con uno de tus machos, me lo voy a llevar junto con sus venablos para que enseñe a los machos de la talladora de madera, yo me encargo de todo, tu dedícate a enseñar a mis hijas a cazar sin peligro y a apiolar a la diosa.
Me dio un beso apasionado y salió alegre cantando, aquello fue una especie de venganza por la discusión de anoche, vi venir a mis esposas y levante el brazo señalando que todas a su sitio.
Las vi volver a regañadientes, cuando me volví de hablar con la talladora de metales el nido ya lo habían terminado, ¡shishi!, allí habían más machos de los que yo tenía, por encima, encima, casi 1.200 machos bajo las ordenes de mi primer macho, no dije nada y los deje hacer.
Primer macho: señor, ya hemos terminado de hacer el nido y la zanja.
Extranjero: de acuerdo, ahora clava las picas en el suelo a cada lado de la zanja a una distancia una de otra de mi altura, cuando estén clavadas a tope las sacas todas y lo llenas de piedras con barro y levantas un muro de la altura de las “poteras” que es como se llaman esas cosas puntiagudas al final de las cadenas.
Lo vi dar las ordenes y fueron clavando las picas al suelo a la distancia solicitada hasta dejarlas bien enterradas, el trabajo quedo perfecto.
Primer macho: ¿qué más hacemos?
Extranjero: que unos te acompañen y te traes todos los bemoles enteros y que tu segundo se encargue de que fabriquen 10 cuerdas tan largas como para llegar al otro lado del muro, las quiero del grosor de tu dedo central, los bemoles los quiero en el nido y procura que no se rompan.
Primer macho: procuraremos que así sea.
Lo vi dar órdenes, me di cuenta que ya teníamos mucha gente mirando el trabajo y sobre todo mirando a las lanzadoras que ya por lo menos afinaban, daban con todos lo venablos en un radio de un metro, sí que era buena aquella especie a la hora de enseñarse a manejar un arma.
Me acerque donde estaban y llame a mis esposas.
Extranjero: que sea la última vez que os ponéis celosas, ¿queda claro?
Nathifa hija de la reina: no lo podemos evitar, te consideramos de nuestra propiedad.
Extranjero: ¿qué os dije anoche?, pues no lo olvidéis y ahora a seguir entrenado que tenéis que cazar para dar de comer a mis hijos.
No me lo esperaba y me dieron un beso profundo cada lagarta, y se marcharon riéndose a su sitio a practicar el lanzamiento de venablo, se habían hecho con todos los venablos de los machos dominados para poder lanzar más en la misma tanda de disparos.
Las vi todo concentradas de nuevo, después de las risas por haberme besado mis esposas, empezaban a tirar cada vez mejor.
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Me levante junto a todos mis machos y esposas, fuimos a nuestros privados, nos lavaron los machos y nos sentamos a desayunar.
Extranjero: escucharme todos, hoy salimos todos por la puerta trasera de la población, tengo que preparar los nidos y las trampas para atrapar a la diosa.
Extranjero: primer macho, tú te vas al taller de la talladora de metales con 25 machos y le dices que te den el encargo o lo que tengan preparado, que lo necesito lo antes posible, la diosa tiene que estar a punto de volver para atacar de nuevo la ciudad y quiero dejarme hoy las trampas preparadas mientras las jóvenes cazadoras y mis esposas se enseñan a utilizar el lanzador.
Extranjero: segundo macho, tú te vas a ir a los valles y le dices al primer macho de la semillera que quiero 20 vasijas de aceite y la fruta que hay en este papel que necesito 100 trineos de esa fruta, dile que le pagare por todo 2 créditos, pero que lo necesito para esta mañana, y a hora a comer.
Los machos pusieron pan tostado con aceite mezclado con el zumo de una frutilla que sabía a tomate, mire al cocinero de forma asombrada.
Cocinero: señor, el primer macho de la semillera me dio esta receta por orden de la cocinera, dice que está muy bueno, ¿he hecho algo malo?
Extranjero: no, muy al contrario, terminar de servir el pan con esa mezcla y colocar en una mitad de pan un filete de ave y en la otra un filete de pescado de agua salada, pero no de los de tonalidad azul fuerte sino terminamos todos muertos.
Los vi a todos ponerse a preparar el desayuno, en 15 minutos ya teníamos sobre el pan el pescado y la carne, las “tostadas” era cada una de 250 gramos, claro que medir tres metros de altura necesita su comida, a mí me pusieron tres bocadillos que tuve que comerme porque el primer macho no paraba de marear y mis esposas también, querían repetir lo de la noche anterior.
Cuando hubimos desayunado, me comí todo con hambre canina, la verdad que 6 mujeres muelen mucha energía, podía parecer uno de ellos, pero la base genética seguía siendo la que me dejo mi esposa Nammu-sugey, una máquina sensual de alto rendimiento y alto consumo energético.
Fue terminar de desayunar y como una maquinaria de precisión bien engrasada todos se fueron a cumplir con sus tareas cuando nos levantamos de la mesa, me dieron mi mochila y me puse en marcha, no dije nada, como un pastor todas las ovejas fueron tras de mi camino a la puerta trasera, 15 minutos tardamos en plantarnos en la puerta, las jóvenes cazadoras nos estaban esperando.
Haquikah hija reina: Alulim, ¿qué hacemos hoy?
Extranjero: lo que no pudimos hacer ayer, vais a tomar una madera de lanza recta, necesitareis hilo de pétreo mojado, unas mochilas de plumas, una mochila de frutas de pegar y nos salimos fuera para no molestar.
Extranjero: ¿se ha marchado tu hermana a cazar?
Haquikah hija reina: si, quieren cazar uno de esos animales gigantes con cuernos largos.
Extranjero: ¿no me digas que quieren cazar mamuts?
Haquikah hija reina: si, ¿podemos cazar nosotras uno?
Extranjero: no, ese animal es muy peligroso en esta época del año y no me extrañaría que muriera hoy más de una cazadoras, pero os voy a enseñar a construir lanzas cortas o venablos para mi lanzador, bueno, me he gastado 70 créditos en la fabricación de los vuestros y las cazadoras de tu hermana, pero de momento solo están fabricados los nuestros.
Nathifa hija de la reina: esposo, ¿para nosotras también has fabricado?
Extranjero: si, pero primero traerse lanzas cortas y después os enseño a fabricar los venablos a todos, ¿vale?
Se fueron por las madera de lanzas hasta los machos dominados, cuando estuvieron todos servidos salimos fuera de los muros de la población, saque dos venablos míos y se los pase para que los vieran, cuando terminaron los clave en el suelo.
Extranjero: como os habréis fijado mis venablos tienen tres plumas de cola, pero vosotras y vosotros los haréis de cuatro plumas, pues los de tres plumas son más difíciles de fabricar, no son mejores ni peores, solo es una forma de ahorrar material, pero plumas e hilo tenemos a montones.
Tome una de las lanzas cortas y les dije.
Extranjero: lo primero que se debe de hacer es sacarle la punta, pero eso no lo haremos ahora, las quiero sin punta para que practiquéis, no quiero que matéis a nadie.
Extranjero: las puntas se afilan como están las mías, se queman en el fuego para endurecer la punta y luego se frota contra una piedra para afilarlas quitando el carbón hasta dejarla sin que parezca quemada, se le puede encargar a la talladora de metales puntas de materiales bastan duros y algo pesados, con esas puntas se pueden cazar los mamuts, pero se necesita mucha puntería y fuerza para dar justo en su hueco del cuello para atravesar su corazón o meterle el venablo al cerebro atraves de su ojo.
Extranjero: pero sigamos, hay que hacer una hendidura en el venablo para colocar las plumas, claro que si los venablos te los fabrica la talladora de madera solo hay que colocarles las plumas, pero os quiero enseñar a fabricarlos de esta manera para que sepáis hacerlo, así las hijas de la talladora de madera sabrán cómo hacerlas y se lo dirán a su progenitora.
Vi a las dos jovencitas ponerse sofocadas.
Extranjero: cuando tengáis la hendidura, cortáis las plumas con este cuchillo, fijarse bien, es bastante filoso, recomiendo que os pongáis los guantes para hacer lo de las plumas, cuando tengáis practica no hará falta, pero como todo, nunca hay que confiarse.
Les mostré como había que cortar las dos plumas que necesitaba, luego como las partía en dos, como las pegaba y como enrollaba el hilo para sujetar bien las plumas al venablo, como le daba luego zumo de pegar a los hilos.
Extranjero: bien, ya lo habéis visto, el zumo de pegar tarda 20 minutos en secar, pasado ese tiempo ya se puede utilizar, pero para venablos definitivos mejor esperar un día, quiero que cada una se fabrique 10 venablos.
No preguntaron nada y comenzaron a fabricarse sus venablos, fui corrigiéndoles algunos fallos, a otras las hice comenzar de nuevo, ninguna se enfadó, tenían interés en enseñarse a hacerlas bien, hasta mis esposas me hicieron caso, cuando terminamos les dije a los machos.
Extranjero: primer macho, los machos ya han terminado esta lección, los quiero fabricado un nido a base de piedras de dos veces mi altura pero a lo ancho y de alto como yo, sígueme y te digo donde lo quiero.
Coloque el centro a 15 metros de la muralla para que quedara la pared a unos 12 metros de la muralla, clave una estaca e hice un circulo con una cuerda de 3 metros.
Extranjero: primer macho acércate a la talladora de metales y que te de lo que hay en esta tela dibujado y luego te vas a la talladora de madera y que le ponga el mango, dile que necesito cuatro de forma urgente, diles que les pagare luego por ese trabajo pero que lo necesitas ya, diles que es para construir un nido para cazar a la diosa, pero antes ordena que amontones piedras de dos y tres palmos de largas y un palmo de anchas y sobretodo que se pongan los guantes, no quiero accidentes.
Primer macho: lo que mande el señor.
Lo vi dar las ordenes de recolectar las piedras y traerlas donde estaba yo, después se marchó a cumplir con el trabajo encomendado con 10 machos.
Volví donde estaban las cazadoras y parecía un mercadillo enseñándose el trabajo.
Extranjero: a ver señoras, tomar el primer de vuestros venablos, ir acercándose que os de vuestro lanzador, no quiero enfados si no lo conseguís a la primera, pero tomar el trineo con vuestro material y vayámonos a un lugar más apartado no vaya a ser que dañemos a alguien que pase despistado.
Me fije un momento y vi a varias de los vecinas pescado con la red junto a su machos, me acerque a una y le dije.
Extranjero: no, así no lo hagas, toma con la mano donde te atas la cuerda la punta que solo lleva una piedra, esa es la última que tienes que soltar, prueba ahora.
Lo hizo tal como le dije y extendió la red de maravilla, esta vez sí pesco bastantes peces, volví donde estaban mis esposas con cara de celos, la joven con la que había hablado era muy bella según los estándares de belleza locales.
Haquikah hija reina: sus machos si saben pescar, pero la reina ha ordenado que solo pueden pescar las hembras.
Extranjero: entiendo, soy un mal ejemplo.
Haquikah hija reina: si, no es normal que no te dediques a comerte la comida de tus esposas y de sus madres.
Extranjero: sigue tu hermana ofendida por lo de ayer.
Haquikah hija reina: si y no, ¿sabes?, te hizo caso y dejo las “guarderías”, podían haber cazado 10 animales perfectamente, eso antes era una gran cacería.
Extranjero: para mí el que cazaran 2 saltadores como los cazaban ellas me parece una gran cacería, estaba sorprendido de lo buenas que son.
Haquikah hija reina: ¿te estas riendo de ellas?
Extranjero: no, no te haces una idea lo difícil que es cazar un saltador, no hay depredador que los pueda cazar, antes de que se acerque a ellos unos pasos ya los tienen fuera de la vista, son muy rápidos, más cuando huyen de los dientes largos, ahí mejor no ponerse delante, es más seguro estar acostado que dé pie si no puedes evitarlos.
Haquikah hija reina: entiendo, le preguntare hoy como los cazaron, pues quiero saberlo.
Extranjero: esa es la actitud para ser una buena jefa de caza, saber lo que hacen los demás bien para copiarlo y a ser posible mejorarlo, pero vayamos un poco más allá.
Nos colocamos a casi 100 metros de donde pensaba construir el nido y casi 200 metros de la puerta.
Extranjero: tomar cada una su lanzador, fijarse como pongo yo el venablo y como lanzo.
Tome tres venablos más el que llevaba puesto y los lance en menos de tres segundos contra la muralla con gran precisión, impactando todos en el mismo punto.
Extranjero: cuando seáis capaces de lanzar de esa manera estaréis preparadas para cazar muy bien con este arma, os recomiendo entrenar con presas poco peligrosas, pero eso sera después de enseñarse a lanzar, tranquilas, que no es fácil aprender, pero una vez que le encuentras el truco parece fácil, otra cosa, no ir por lo venablos lanzados hasta que todas no dejen los lanzadores en el suelo, no quiero accidentes, pues a pesar de no tener punta, podéis apiolar a una compañera si le dais en un ojo, el traje os protege, pero solo los tenéis vosotras y no quiero que enseñéis a las mayores de manera descuidada, ya podéis empezar.
Aquello fue un puñetero desastre, la mayoría de ellas soltaron el venablo antes de tiempo y estos se caían al suelo o salían en paralelo.
Extranjero: a ver todas, no podéis soltar el venablo hasta que el movimiento se haya empezado para que quede sujeto por el empuje a la parte trasera del lanzador, venga vamos a intentarlo de nuevo.
Las vi de nuevo intentarlo y esta vez los venablos salieron hacia la pared, pero de forma bastante desviada.
Extranjero: Nathifa como cazadora adulta y con experiencia haz el favor de controlar a todas para que ninguna vaya a por sus venablos hasta que tú lo digas, asegúrate que todos los lanzadores están en el suelo, no quiero accidentes.
Nathifa hija de la reina: así lo haremos esposo mío.
Mi primer macho acaba de llegar con las cuatro palas de corte que le había encargado, esta gente trabajaba rápido, le explique al primer macho para que era aquello, dibuje en el suelo el hueco que tenía que hacer y le señale donde dejar los montones de tierra y piedras, cuando termine me di cuenta que estaba allí la talladora de metal, la cual estaba observando todo, además mis machos habían traído las “poteras”, reposaban sobre 10 trineos.
Primer macho: señor, ¿primero sacamos la tierra para hacer el nido y después cavamos eso que acaba de marcar?
Extranjero: si, hacéis primero un agujero que os llegue hasta las rodillas o salga agua, después mezcláis la arena con agua hasta hacer barro y lo utilizáis para tapar los huecos entre las piedras, vamos que las piedras queden pegadas con barro, no quiero hueco central hasta que sobresalga del suelo hasta mi cintura luego construís un muro exterior dejando el hueco donde colocaremos los bemoles, ¿lo has entendido?
Primer macho: sí señor, debo de construir un nido a ras del suelo.
Extranjero: esa es la idea, ¿la talladora de metales quiere cobrar?
Jefa de metales: no, voy a fabricar más herramientas de esas, quería saber para que eran.
Extranjero: ¿quieres un encargo nuevo?
Jefa de metales: ¿qué es?
Extranjero: fíjate en la punta de mi venablo, no preguntes que material es porque te sorprenderías de que están fabricados, son armas de guerra que utilizo para la caza, lo que quiero es que te fijes en la punta.
Jefa de metales: ¿también eres un guerrero?
Extranjero: en este momento soy un guerrero que tiene como enemigas a las diosas, ¿has visto la punta del venablo?, ¿serias capaz de reproducir esa punta en un metal como el del encargo?
Jefa de metales: si, me he quedado con la imagen esa punta, ¿para qué es?
Extranjero: ¿te has fijado que están utilizando tus dos jóvenes hijas?
Jefa de metales: si, vale, entiendo, para colocárselo en las puntas.
Extranjero: bien, ahora que lo tienes claro, hablas con la talladora de madera y que fabrique esos venablos con maderas buenas y con puntas como la que has visto, pero para que no os perdáis os doy los planos para ello.
Jefa de metales: ¿para cuándo las quieres? y ¿cuantas quieres?
Extranjero: a ser posible necesito 700 para el mediodía, pero si son 150 no me enfadare, toma 50 créditos y repartirlos entre vosotras, ser equitativas, pues son necesarios para cazar carne, además, supongo que la reina querrá encargar 10 para cada una de sus cazadoras y eso es un gran pedido.
Jefa de metales: ¿el agujero es para el pasador para que no se escape la madera?
Extranjero: si, pero lo debe de colocar la talladora de madera, dile que la madera debe de entrar a presión pegada con esta fruta y el pasador a base de golpes, además necesito que me mandes un martillo para clavar las picas.
Jefa de metales: llevas dos partillos para clavarlas, luego me los devuelves.
Extranjero: de acuerdo.
Jefa de metales: me marcho, cuando tengamos 56 te los mando para que mis hijas entrenen con venablos terminados, me llevo unas mochilas de plumas y frutillas para que los machos de la talladora de madera pongan las plumas y no te preocupes, sus machos están acostumbrados a utilizar herramientas muy filosas, he hablado con uno de tus machos, me lo voy a llevar junto con sus venablos para que enseñe a los machos de la talladora de madera, yo me encargo de todo, tu dedícate a enseñar a mis hijas a cazar sin peligro y a apiolar a la diosa.
Me dio un beso apasionado y salió alegre cantando, aquello fue una especie de venganza por la discusión de anoche, vi venir a mis esposas y levante el brazo señalando que todas a su sitio.
Las vi volver a regañadientes, cuando me volví de hablar con la talladora de metales el nido ya lo habían terminado, ¡shishi!, allí habían más machos de los que yo tenía, por encima, encima, casi 1.200 machos bajo las ordenes de mi primer macho, no dije nada y los deje hacer.
Primer macho: señor, ya hemos terminado de hacer el nido y la zanja.
Extranjero: de acuerdo, ahora clava las picas en el suelo a cada lado de la zanja a una distancia una de otra de mi altura, cuando estén clavadas a tope las sacas todas y lo llenas de piedras con barro y levantas un muro de la altura de las “poteras” que es como se llaman esas cosas puntiagudas al final de las cadenas.
Lo vi dar las ordenes y fueron clavando las picas al suelo a la distancia solicitada hasta dejarlas bien enterradas, el trabajo quedo perfecto.
Primer macho: ¿qué más hacemos?
Extranjero: que unos te acompañen y te traes todos los bemoles enteros y que tu segundo se encargue de que fabriquen 10 cuerdas tan largas como para llegar al otro lado del muro, las quiero del grosor de tu dedo central, los bemoles los quiero en el nido y procura que no se rompan.
Primer macho: procuraremos que así sea.
Lo vi dar órdenes, me di cuenta que ya teníamos mucha gente mirando el trabajo y sobre todo mirando a las lanzadoras que ya por lo menos afinaban, daban con todos lo venablos en un radio de un metro, sí que era buena aquella especie a la hora de enseñarse a manejar un arma.
Me acerque donde estaban y llame a mis esposas.
Extranjero: que sea la última vez que os ponéis celosas, ¿queda claro?
Nathifa hija de la reina: no lo podemos evitar, te consideramos de nuestra propiedad.
Extranjero: ¿qué os dije anoche?, pues no lo olvidéis y ahora a seguir entrenado que tenéis que cazar para dar de comer a mis hijos.
No me lo esperaba y me dieron un beso profundo cada lagarta, y se marcharon riéndose a su sitio a practicar el lanzamiento de venablo, se habían hecho con todos los venablos de los machos dominados para poder lanzar más en la misma tanda de disparos.
Las vi todo concentradas de nuevo, después de las risas por haberme besado mis esposas, empezaban a tirar cada vez mejor.