Alberto1989
Madmaxista
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Nos han montado un Weimar 2.0, solo que global.
Esta vez los alubio*s no se han conformado con Alemania, no no, nos van a meter los mismos travestis de Weimar, la misma hiperinflación de Weimar, y además nos añaden jovenlandeses, sudamericanos y neցros, para que quede claro que nunca mas volveras a ver gente normal por la calle.
Más de uno, puede pensar "Perfecto, después de Weimar 2.0 se viene una buena dictadura católica que nos salve"
Error.
Para que se de este mecanismo, se necesita tener un perfil hormonal equilibrado.
Es decir, para que la gente se revolucione, necesita testosterona.
Antes si se pudo hacer, porque aun no habian disruptores en el dia a dia, por eso la gente alemana pudo levantarse, igual que los españoles.
La ropa que llevas te baja la testo (Derivada del petroleo-plástico)
El liquido que bebes tiene microplasticos
La cerveza tiene estrogenos
La comida tiene tóxicos
El propio aire que respiramos en las ciudades nos joroba el eje hormonal.
Los ****n esta vez lo han hecho bien: Primero destruir hormonalmente al hombre blanco, y luego meterle el Weimar 2.0, para garantizarse que no haya posible revolución.
Esta vez los alubio*s no se han conformado con Alemania, no no, nos van a meter los mismos travestis de Weimar, la misma hiperinflación de Weimar, y además nos añaden jovenlandeses, sudamericanos y neցros, para que quede claro que nunca mas volveras a ver gente normal por la calle.
Más de uno, puede pensar "Perfecto, después de Weimar 2.0 se viene una buena dictadura católica que nos salve"
Error.
Para que se de este mecanismo, se necesita tener un perfil hormonal equilibrado.
Es decir, para que la gente se revolucione, necesita testosterona.
Antes si se pudo hacer, porque aun no habian disruptores en el dia a dia, por eso la gente alemana pudo levantarse, igual que los españoles.
La ropa que llevas te baja la testo (Derivada del petroleo-plástico)
El liquido que bebes tiene microplasticos
La cerveza tiene estrogenos
La comida tiene tóxicos
El propio aire que respiramos en las ciudades nos joroba el eje hormonal.
Los ****n esta vez lo han hecho bien: Primero destruir hormonalmente al hombre blanco, y luego meterle el Weimar 2.0, para garantizarse que no haya posible revolución.