El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Empezaron a asomar tímidamente la pasada primavera, en aquel despertar del primer estado de alarma, pero este año, con la llegada del buen tiempo, florecen alegremente en cada zona verde, en cada parque público de Madrid.
Las fiestas de cumpleaños infantiles post-esa época en el 2020 de la que yo le hablo se han echado a las calles rehuyendo del bichito, mudando el paisaje de la capital y de muchos de sus grandes municipios día sí y día también, y ataviadas de una imaginación sin precedentes, entre chuches y meriendas anticontagios.
Hoy son muchos los padres que, en busca de seguir con la tradición de festejar el día grande de su hijo pero de forma segura, se decantan por esta nueva moda, que, obviando las salvedades, recuerda más a aquellos guateques caseros con los que se divertía la generación que creció al abrigo de la EGB que a las macrocelebraciones de hace un par de cursos. "Esto es mucho más sano y más económico", dicen los progenitores. Y no les falta razón.
La esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha desterrado a los parques de bolas, sin competencia hasta hace poco más de un año, y hoy, lo que se busca, es celebrar al aire libre. Hagan la prueba en Google. O, mejor, den una vuelta por los parques y montes más cotizados -Retiro, Juan Carlos I, la Dehesa de la Villa, Valdebebas, Valdelatas...-.
A las 10 de la mañana ya es complicado encontrar un hueco en las zonas con sombra o las mesas de picnic. E incluso cerca de los centros escolares se cotizan caros los jardines a la hora de la salida del cole, especialmente los viernes. Globos, gorritos de colores, matasuegras y mucho gentío... De lejos se vislumbran.
Una mesa portátil o una manta sobre el suelo, unas bolsitas con algo de picar y unas gominolas... O unas guirnaldas, pompones y meriendas dignas de un tablero de Pinterest... La variedad es infinita, aunque hay líneas que no se cruzan.
CELEBRACIONES MÁS RELAJADAS
Ya no hay gusanitos en un plato ni batidos de litro ni piñata. Y las velas ya no se soplan como antaño. Ahora, las meriendas se preparan lo más individualizadas posible y el cumpleaños feliz se escucha ante un pequeño trozo de tarta. O ante un pastel enfundado en film. La imaginación no tiene límites.
"Se ha perdido la merendola y que todo el mundo meta la mano en el mismo plato", cuenta Virginia, una mamá con experiencia en este tipo cumples. Para ella, dentro de este boom, ahora los cumpleaños, con un año de esa época en el 2020 de la que yo le hablo, son "más relajados": "El pasado verano teníamos a cada niño en una punta para tomar las chuches" y "ahora no".
Una evolución que también ha percibido Ana, otra mamá. "Se ha pasado de cero, a un poquito y, después, a las fiestas de ahora. Del 'no nos atrevemos' al 'nos desfasamos'", dice.
Piñata de un cumpleaños en el Retiro.
Piñata de un cumpleaños en el Retiro.ANDRÉS RODRÍGUEZ
Aunque a veces las aglomeraciones se vayan de las manos -hasta antes del fin del estado de alarma podían celebrarse por grupos de seis personas y con distancia de seguridad-, los padres se sienten tranquilos con estas celebraciones porque normalmente los invitados forman parte de la burbuja del niño, son compañeros de clase. Y entre los más pequeños, los que no llevan mascarilla durante la jornada escolar, no hay riesgo añadido.
Este tipo de fiestas, relatan, está generando otras cosas positivas adyacentes. "A los padres nos ha hecho acercarnos más", sostiene Yoli. "Para los niños me gusta más esta opción que los parques de bolas. Es más divertido. Pueden jugar, correr y los hermanos mayores suelen hacer de monitores", añade. "Hemos ganado con esto y los niños desarrollan su propia creatividad", puntualiza Nieves.
Para Marta, otra mamá, este tipo de fiestas al aire libre "no son tan ostentosas". "Se estaba entrando en un consumismo, con cumpleaños de 300 euros, que son demasiado. Para mí, la celebración en el parque son todo ventajas".
Así, dicen, los niños se divierten de una forma "más sana", porque se han recuperado los juegos de antes: luchas con globos o pistolas de agua, el balón prisionero o el pilla-pilla.
EL SECTOR DE LAS FIESTAS
Las empresas del sector también están notando este cambio de tendencia. Cristina de Luis, de Nice Party -una pequeña compañía que se dedica a vender kits personalizados para montar estas fiestas- dice que cada vez le piden "más cajitas de picnic individuales" para celebrar "al aire libre" y está apreciando que, en general, "hay más empeño en ponerlo bonito, en hacer fiestas más pequeñas pero más cuidadas".
Y Laura Misis, de La Fiesta de Julieta, constata que hay un boom de estas fiestas en los parques. "He llegado a contar más de 100 cumpleaños en fin de semana en la Dehesa de Navalcarbón (Las Rozas)". "En Madrid capital nos piden celebraciones en los parques. Sobre todo hacemos montajes en Retiro, en Valdelatas y en Valdebebas", dice la propietaria de esta empresa, dedicada a la organización integral de fiestas, de la decoración a la animación y la merienda. "Montamos picnics, tipis, tiendas de campaña... Estamos hasta arriba", añade.
Esta empresaria asegura que "a los padres les pesa mucho" no celebrar los cumpleaños tras un año en blanco. Recordemos que, por estas fechas, en 2020 estábamos confinados.
¿ES LEGAL?
Ante esta moda, muchos se preguntan si ocupar la vía pública así es legal o si hay que pedir permiso para poder montar un cumpleaños. La respuesta es 'sí', es legal, y 'no', no hay que pedir permiso, salvo en la localidad de Getafe, que obliga a un registro.
Desde la sección de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid aseguran que no hay inconveniente en celebrar cumpleaños en los parques siempre y cuando no se vulneren las ordenanzas de ruido (no se pueden poner altavoces), de limpieza (hay que dejarlo todo recogido al terminar) y de alcohol (no se puede beber en la vía pública), así como la norma de no colgar ningún elemento (globos, banderines, piñatas...) sobre los árboles o elementos vegetales. Algo que no todo el mundo sabe o practica. Cuando vemos estas cosas, avisamos para que las quiten, pero no les denunciamos", señala el oficial Emilio Sujar a EL MUNDO.
Una vez finalizado el estado de alarma, la restricción de agruparse como máximo seis personas ha decaído, aunque se sigue insistiendo en la recomendación de que no se sobrepase ese número salvo que sean convivientes. Cuando se dan estas situaciones, "les pedimos que se dispersen", añade el mando policial, quien asegura que no le constan sanciones por aglomeraciones en fiestas de cumpleaños en jardines y parques.
Las fiestas así son posibles si se tiene, dice, "sentido común". Y si uno no se olvida de que seguimos en esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Las fiestas de cumpleaños infantiles post-esa época en el 2020 de la que yo le hablo se han echado a las calles rehuyendo del bichito, mudando el paisaje de la capital y de muchos de sus grandes municipios día sí y día también, y ataviadas de una imaginación sin precedentes, entre chuches y meriendas anticontagios.
Hoy son muchos los padres que, en busca de seguir con la tradición de festejar el día grande de su hijo pero de forma segura, se decantan por esta nueva moda, que, obviando las salvedades, recuerda más a aquellos guateques caseros con los que se divertía la generación que creció al abrigo de la EGB que a las macrocelebraciones de hace un par de cursos. "Esto es mucho más sano y más económico", dicen los progenitores. Y no les falta razón.
La esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha desterrado a los parques de bolas, sin competencia hasta hace poco más de un año, y hoy, lo que se busca, es celebrar al aire libre. Hagan la prueba en Google. O, mejor, den una vuelta por los parques y montes más cotizados -Retiro, Juan Carlos I, la Dehesa de la Villa, Valdebebas, Valdelatas...-.
A las 10 de la mañana ya es complicado encontrar un hueco en las zonas con sombra o las mesas de picnic. E incluso cerca de los centros escolares se cotizan caros los jardines a la hora de la salida del cole, especialmente los viernes. Globos, gorritos de colores, matasuegras y mucho gentío... De lejos se vislumbran.
Una mesa portátil o una manta sobre el suelo, unas bolsitas con algo de picar y unas gominolas... O unas guirnaldas, pompones y meriendas dignas de un tablero de Pinterest... La variedad es infinita, aunque hay líneas que no se cruzan.
CELEBRACIONES MÁS RELAJADAS
Ya no hay gusanitos en un plato ni batidos de litro ni piñata. Y las velas ya no se soplan como antaño. Ahora, las meriendas se preparan lo más individualizadas posible y el cumpleaños feliz se escucha ante un pequeño trozo de tarta. O ante un pastel enfundado en film. La imaginación no tiene límites.
"Se ha perdido la merendola y que todo el mundo meta la mano en el mismo plato", cuenta Virginia, una mamá con experiencia en este tipo cumples. Para ella, dentro de este boom, ahora los cumpleaños, con un año de esa época en el 2020 de la que yo le hablo, son "más relajados": "El pasado verano teníamos a cada niño en una punta para tomar las chuches" y "ahora no".
Una evolución que también ha percibido Ana, otra mamá. "Se ha pasado de cero, a un poquito y, después, a las fiestas de ahora. Del 'no nos atrevemos' al 'nos desfasamos'", dice.
Piñata de un cumpleaños en el Retiro.
Piñata de un cumpleaños en el Retiro.ANDRÉS RODRÍGUEZ
Aunque a veces las aglomeraciones se vayan de las manos -hasta antes del fin del estado de alarma podían celebrarse por grupos de seis personas y con distancia de seguridad-, los padres se sienten tranquilos con estas celebraciones porque normalmente los invitados forman parte de la burbuja del niño, son compañeros de clase. Y entre los más pequeños, los que no llevan mascarilla durante la jornada escolar, no hay riesgo añadido.
Este tipo de fiestas, relatan, está generando otras cosas positivas adyacentes. "A los padres nos ha hecho acercarnos más", sostiene Yoli. "Para los niños me gusta más esta opción que los parques de bolas. Es más divertido. Pueden jugar, correr y los hermanos mayores suelen hacer de monitores", añade. "Hemos ganado con esto y los niños desarrollan su propia creatividad", puntualiza Nieves.
Para Marta, otra mamá, este tipo de fiestas al aire libre "no son tan ostentosas". "Se estaba entrando en un consumismo, con cumpleaños de 300 euros, que son demasiado. Para mí, la celebración en el parque son todo ventajas".
Así, dicen, los niños se divierten de una forma "más sana", porque se han recuperado los juegos de antes: luchas con globos o pistolas de agua, el balón prisionero o el pilla-pilla.
EL SECTOR DE LAS FIESTAS
Las empresas del sector también están notando este cambio de tendencia. Cristina de Luis, de Nice Party -una pequeña compañía que se dedica a vender kits personalizados para montar estas fiestas- dice que cada vez le piden "más cajitas de picnic individuales" para celebrar "al aire libre" y está apreciando que, en general, "hay más empeño en ponerlo bonito, en hacer fiestas más pequeñas pero más cuidadas".
Y Laura Misis, de La Fiesta de Julieta, constata que hay un boom de estas fiestas en los parques. "He llegado a contar más de 100 cumpleaños en fin de semana en la Dehesa de Navalcarbón (Las Rozas)". "En Madrid capital nos piden celebraciones en los parques. Sobre todo hacemos montajes en Retiro, en Valdelatas y en Valdebebas", dice la propietaria de esta empresa, dedicada a la organización integral de fiestas, de la decoración a la animación y la merienda. "Montamos picnics, tipis, tiendas de campaña... Estamos hasta arriba", añade.
Esta empresaria asegura que "a los padres les pesa mucho" no celebrar los cumpleaños tras un año en blanco. Recordemos que, por estas fechas, en 2020 estábamos confinados.
¿ES LEGAL?
Ante esta moda, muchos se preguntan si ocupar la vía pública así es legal o si hay que pedir permiso para poder montar un cumpleaños. La respuesta es 'sí', es legal, y 'no', no hay que pedir permiso, salvo en la localidad de Getafe, que obliga a un registro.
Desde la sección de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid aseguran que no hay inconveniente en celebrar cumpleaños en los parques siempre y cuando no se vulneren las ordenanzas de ruido (no se pueden poner altavoces), de limpieza (hay que dejarlo todo recogido al terminar) y de alcohol (no se puede beber en la vía pública), así como la norma de no colgar ningún elemento (globos, banderines, piñatas...) sobre los árboles o elementos vegetales. Algo que no todo el mundo sabe o practica. Cuando vemos estas cosas, avisamos para que las quiten, pero no les denunciamos", señala el oficial Emilio Sujar a EL MUNDO.
Una vez finalizado el estado de alarma, la restricción de agruparse como máximo seis personas ha decaído, aunque se sigue insistiendo en la recomendación de que no se sobrepase ese número salvo que sean convivientes. Cuando se dan estas situaciones, "les pedimos que se dispersen", añade el mando policial, quien asegura que no le constan sanciones por aglomeraciones en fiestas de cumpleaños en jardines y parques.
Las fiestas así son posibles si se tiene, dice, "sentido común". Y si uno no se olvida de que seguimos en esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Los cumpleaños infantiles post-Covid cambian los parques de bolas por las zonas verdes
Empezaron a asomar tímidamente la pasada primavera, en aquel despertar del primer estado de alarma, pero este año, con la llegada del buen tiempo, florecen alegremente en cada...
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