Bueno, por explicar lo de Jung en plan "estar por casa" (y añadiendo de mi cosecha), Jung decía que toda mujer tiene interiorizado un concepto idealizado del hombre (su
animus) mientras que todo hombre tiene interiorizado un concepto idelizado de la mujer (su
anima). Lo interesante es que el origen de ese concepto idealizado, mas allá de las convenciones culturales arquetípicas, yace en nuestras propias carencias. Un hombre que no se sienta capaz de cuidarse a sí mismo, proyectará esa carencia en su arquetipo idealizado de mujer, y se enamorará de mujeres sobre las que proyecte una imagen maternal. Una mujer que no se sienta capaz de ser agresiva y asertiva proyectará esa carencia en su arquetipo idealizado de hombre, y se enamorará de hombres sobre los que proyecta una imagen de "malote".
Entonces, volviendo a Scarlett, su enamoramiento de Ashley no es un simple capricho infantil de niña, si no una necesidad psicológica. Y, al no poder obtener al hombre que desea, se ve obligada a interiorizar su
animus y ejercer ella misma esas cualidades de las que se pensaba incapaz. Sin embargo, interiorizar su
animus le crea el problema de no estar comportándose como una señorita, es decir de no estar comportándose tal y como dicta su concepción idealizada de lo que es una mujer, lo cual la deja insatisfecha, y también provoca el fracaso de su relación con Rhett, que, por una parte, no está a la altura de la concepción idealizada de Scarlett (porque nadie puede estar a la altura del fantasma que otras personas proyectan en uno), y por otra, Scarlett al haber interiorizado su
animus tampoco puede estar a la altura de lo que Rhett espera de ella (ser una niña alegre y obediente a la que proteger y mimar).
Mitchell, tal y como señalas, admira a su personaje, y proyecta en Scarlett las cualidades que ella querría poder manifestar, y que Mitchell no se atrevía a manifestar en su propia vida porque eso la llevaría a convertirse en un bicho raro, a no encajar, y a ser infeliz.
Respecto a lo que dice
@Lisionak, si, también hay proyección de la
Sombra, pero en global, y que
@V. Crawley me lo confirme ya que es la experta, en el personaje de Scarlett las luces brillan mas que las sombras, y su infortunio y el que provoca a los demás es mas bien la consecuencia de estar jugando un papel masculino que, como mujer, no le toca ejercer, que por los vicios de su
Sombra (que también, pero eso es lo bonito y lo genial de escribir un personaje complejo).
Es interesante, pero no creo que vaya por ahí. Escarlata idealiza a Ashley siendo una niña de catorce años, le ve un día llegando a caballo tras un viaje largo y se queda prendada de él, pero sólo porque es guapo y no consigue que él se le declare. Si Ashley se le hubiera declarado como los demás, hubiera pasado de él, como pasaba de los demás en cuanto les tenía comiendo de su mano. Cómo era Ashley no importaba, no cumplía una necesidad psicológica en ella, no más que cualquier otro capricho. Sólo que los demás caprichos siempre los consiguió, pero Ashley estuvo años cerca de ella y por más que ella le hizo mañas, él nunca fue más que un amigo. Eso es lo que la obsesionó. Pero de hecho, Ashley era la persona menos adecuada y menos compatible para ella, no podría cubrirle ninguna carencia, ya que él es un hombre débil, honorable, soñador, compasivo, inteligente, culto, y ella es todo lo contrario, es fuerte, no entiende bien ciertas abstracciones, es materialista, egoísta, ignorante, apasionada, y ninguno de los dos habría podido hacer feliz al otro. Entonces, de entrada ya no cuadra lo de Jung.
Después, Escarlata sólo se pone en modo piraña emprendedora cuando todo a su alrededor se cae en pedazos, su progenitora muerta, su padre ido, Tara en la ruina, y nadie que les cuide. Ahí ella asume el papel de cabeza de familia sencillamente porque no queda nadie más que pueda hacerlo. Hasta entonces, ella sólo pensaba en chicos, en bailes, en piques con otras chicas, en que su progenitora no se enterase de alguna travesura... era buena en matemáticas, cosa que le será útil, pero no tenía la menor ambición laboral, ella quería ser una gran dama como su progenitora. Como no tiene ningún conocimiento útil para este nuevo mundo, su única salida es buscar alguien para casarse y conseguir dinero para conservar Tara y poder comer. Pero acaba casada con un hombre débil, enfermizo, avejentado, que no le hace sentirse segura, no saca toda la pasta que podría del negocio. Para ese momento, Escarlata está totalmente traumatizada del hambre y las penurias y lo único que le importa es el dinero. Y si el hombre que debería darle la seguridad no lo hace, lo hará ella. Ahí sí ella asume esa iniciativa, para cubrir las carencias, ser su propio macho proveedor, por así decirlo.
Escarlata nunca siguió con honestidad las directrices de su progenitora sobre ser una dama. Sabe aparentar cuando le interesa, pero no entiende en qué consisten las cualidades que su progenitora intenta inculcar en ella. Quiere desesperadamente ser buena, compasiva, angelical, una gran dama que todos respeten y admiren, pero luego cada uno de sus instintos va en contra de eso, desde que es pequeña, no es sólo cosa de cuando empieza a trabajar y a asumir un papel masculino en ese sentido.
Rhett la ve tal y como es, es ella quien no quiere aceptar que no es la dama que trata de aparentar, porque entonces no sería digna de Ashley, y lo único que le sostiene a lo largo de muchos malos tragos en la vida es pensar que Ashley la quiere y que ve en ella las cosas buenas. No quiere a un hombre que ve lo malo de ella, lo dice, se ríe y le llama hipócrita si ella se enfada. No sé, es que no veo en ningún sitio el asunto jungiano, más allá de que ella asuma el papel de proveedor económico cuando ve que nadie más va a hacerlo.
Tampoco veo que brillen más las luces que las sombras. Escarlata da mucha lástima. Y podemos decir que fracasa en todo lo importante, al término de la novela. Pierde a su única amiga, tras años de odiarla y desear su fin, justo cuando empieza a comprender cuánto la quiere, y cuánto la necesita, y lo cruel que ha sido con ella todos esos años. Pierde el consuelo que le daba el amor por Ashley, el talismán que siempre le ayudaba en los peores momentos, justo en el momento en el que puede tenerle y ya no le quiere porque comprende que todo ha sido un espejismo. Y pierde a Rhett, el único hombre que la ha amado de verdad y que habría hecho cualquier cosa por ella, justo en el momento en el que comprende por fin la verdad sobre él, sobre ella, sobre Ashley, pero ya es demasiado tarde, Rhett está agotado y ya no quiere nada con ella justo cuando ella comprende que es el amor de su vida. Es un mazazo devastador. Se ha equivocado en todo. Ha destrozado la felicidad que podía haber tenido, yendo detrás de un hombre que sólo la deseaba, provocándole, haciéndole sentirse un cosa cuando cede aunque sea por unos momentos, traicionando la lealtad de Melania, hiriendo una y otra vez a Rhett. Yo sólo veo fracaso y pérdida ahí, y por ser ella como es, egoísta, inmadura, materialista, obtusa, terca. Al final, sólo le queda dinero. Ni siquiera Tara es suya ya, realmente, porque la dejó en manos de Will, su cuñado. No creo que Mitchell proyectase en Escarlata cualidades que ella viese reprimidas en su vida, sinceramente no lo creo porque Escarlata tiene más defectos que virtudes, y es lo que le hace interesante, al menos para mí.
Siento el tochazo, no sé si he expresado bien lo que quería decir. Espero que sí.