En el fondo instintivo de nuestro ser no pensamos, sentimos. Estamos hechos de emociones. A lo largo de los siglos nos habíamos esforzado en domarlas, en encerrarlas en sistemas de vida ordenados y represivos. Ante su dictado sólo cabía resignarse o rebelarse. Actualmente vivimos en un mundo que nos abruma con tentaciones y decisiones múltiples y tenemos que decidir en soledad, sin referentes claros, quiénes somos y por qué nos merece la pena vivir y luchar. Esta nueva libertad reclama la adquisición de una brújula, es decir, de las habilidades y las herramientas que permitan navegar con inteligencia emocional por los cauces imprevisibles de nuestras vidas.
Este libro recorre las distintas etapas de maduración emocional y social del ser humano no sólo como individuo, sino también en relación a las personas que conforman nuestro entorno: padres, hijos, pareja, compañeros, amigos… En el umbral del siglo XXI las emociones, gracias a las puertas abiertas por la neurociencia, pueden catalogarse, comprenderse e incluso gestionarse: son la llave de nuestro centro neurálgico, llámese cerebro, alma, conciencia o libre albedrío. Conocerse a uno mismo permite descubrir las fuentes de nuestra felicidad, nuestra ira y nuestro dolor para poder convivir armoniosa y plenamente con nosotros mismos y con los demás.