Desde los años 90 se han venido utilizando estos aparatos como un lujo no muy necesario, en una época en la que las temperaturas todavía no apretaban tanto como ahora en verano. Sin embargo empezaron a a popularizarse en bares y establecimientos como un lujo para estar fresquitos y atraer clientes.
Recuerdo en aquella época el calor aberrante que sentía por primera vez cada vez que pasaba cerca un autobús con aire acondicionado, o cada vez que pasaba por al lado de un aparato de estos colocado en la de derechasda de un restaurante o bar.
LO cierto es que se han popularizado a nivel ya particular, porque el calor empieza a ser ya agobiante.
Pero la realidad es que por no querer algunos aguantar 37 grados, acabamos aguantando todos temperaturas de 42 grados. No deja de parecerme un acto de egoísmo ponerse el aire a condicionado, pues mientras tu te refrescas, estás enviando calor a los demás. Todos esos miles de millones de aparatos repartidos por todo el mundo, no dudes que contribuyen en elevar unos cuantos grados la temepratura ambiente, también las fábricas y coches. Si además los chemtrails crean un efecto invernadero con las capas y estelas químicas, apaga y vámonos que la asfixia es total.