La acetona (eso sí, 100% pura) y el agua destilada son muy empleadas para estas cosillas. La acetona también se usa a posteriori de una limpieza con agua y jabón para eliminar los restos de grasa de las manurcias y ácidos grasos del jabón y compañía. Conste que las cubetas de ultrasonidos no salen tan caras, por menos de 300€ tienes kits huevonudos para más de un litro, suficientes para objetos pequeños como monedas, la cavitación viene fenomenal para costras.
Ésta por ejemplo más pequeñica vale 20 pavos:
Y mirando, que me sonaba haberlo visto en LIDL, ¡15 pavos!
En vez del cepillo (es bueno buscarlo de lechonas relativamente blanditas como los infantiles) en ocasiones se emplean lápices de fibra de vidrio, que los tienes en varios tamaños y también son baratunos para acompañar al bisturí. Eso sí, te aconsejo practicar primero.
Otra cosa típica y baratuna para eliminar cloruros -solubles- y estabilizar piezas es el agua con sosa, cosa que a mí me parecía un tanto bestia pero funciona bastante bien. También se usa la sosa caústica (con mucho más cuidado) y la sal de Rochelle. Luego se aclara con agua destilada, y ya para estabilizar del todo, sesquicarbonato sódico (muy útil en cloruros! te dejo la
ficha técnica), benzotriazol o AMT, que vienen a ser diluciones de alcohol con más productos.
Te dejo la fórmula de la Rochelle, aunque me supongo la conocerás (y suele requerir tratamiento posterior para la decloración):
LIMPIEZA CON SAL DE ROCHELLE ALCALINA: se la conoce como la fórmula secreta de limpieza del Museo Británico, pues esta institución la ha utilizado desde hace mucho tiempo como limpieza estándar de plata y cobre mediante el uso de una sustancia alcalina que se cree es menos agresiva con una aleación de plata y cobre (mayoritario) que los ácidos convencionales. La solución está compuesta de un 5% de hidróxido de sodio (sosa caustica) y un 15% de tartrato sódico potásico (o sal de Rochelle). La separación de los productos de la corrosión sucede rápidamente, pues el tratamiento dura aproximadamente unos 30 minutos. A causa del hidróxido de sodio, el compuesto es un alcali muy fuerte por lo que debe ser utilizado con mucho cuidado.
Por cierto, el amoníaco... ¿no lo estarás usando en monedas con contenido en cobre, no? En contacto con el oxígeno genera corrosión, hay que usarlo con muchísimo cuidado. En Inglaterra usan diluciones al 30% de ácido fórmico para quitar cuprita en monedas con plata, aunque también ha de manejarse con mucho cuidado.
Con monedas que no sean de plata sí que las he visto limpiar en laboratorio con electrolisis, eso sí, envolviéndolas siempre en papel albal e introduciéndolas en agua con sosa. Lamentablemente yo soy más de hierro y menos de numismática, pero si me acuerdo de algún otro truqui de los que estudié comento.
Hay unos cuantos textos majos de limpieza de piezas metálicas en arqueología: el Berducou, Cronyn, Plenderleith... si te cunden te los rulo en .pdf