Finales del siglo IX, un vikingo llamado Halvdan perteneciente a la Guardia varega, unidad de élite del emperador bizantino Basilio II esta en la antigua basílica ortodoxa de Santa Sofía.
Allí graba, su nombre en alfabeto rúnico, en el mármol de la balaustrada del piso superior de la galería sur.
Un acto de vandalismo que ahora con el paso del tiempo, mas de mil años después, se conserva como una reliquia del pasado.
MERIDIANOS: Un grafiti vikingo en la iglesia de Santa Sofía en Estambul