La Batalla de Punta Stilo (II):
Los Swordfish despertaron de su letargo a las dotaciones de los cruceros pesados italianos. Las 9 aeronaves bajaron a las 13:26 horas hasta una distancia de 20 metros sobre el agua mientras a su alrededor arreciaba el fuego antiaéreo. A menos de 1.000 metros de los buques enemigos soltaron su carga de torpedos, antes de elevarse y regresar al Eagle. Todos los disparos de uno y otro bando fallaron. Cuatro minutos después los hidros italianos de exploración avistaron a la flota británica, y Supermarina ordenó a Campioni atacar a la flota británica sin demora.
Durante dos horas, las dos flotas maniobraron. Campioni intentó acercarse lo más posible a Calabria, para acercarse a sus bases aéreas, esperando ganar una ventaja fundamental. A pesar del Eagle y su dotación de aviones, no era comparable en número a los aparatos que Superaéreo tenía en la 4ª Zona Aerea y 2ª Escuadra Aérea. A las 14:15 horas tras*mitió a Messina la petición, y Supermarina se la comunicó a Superaéreo 35 minutos después, a las 14:50 horas.
Por entonces, era evidente que las dos flotas iban a chocar de un momento a otro, ya que Cunningham había conseguido bloquear la ruta hacia Tarento de un modo eficaz. Los avistamentos directos desde buques de una y otra flota se sucedían, acortándose en el tiempo.
Los primeros en divisar la flota enemiga fueron los cruceros italianos. El Abruzzi y el Garibaldi divisaron a los cruceros Gloucester, Liverpool, Neptuno, Orion y Sydney, al mando del Vicealmirante Tovey. Eran las 15:15 horas. Sin dudarlo, los cruceros italianos abrieron fuego a 21.500 m ,poniendo en acción sus piezas de 152 mm. Al instante los cruceros británicos comenzaban a disparar a su vez. La telemetría italiana , superior a la británica, comenzó a centrar el tiro, creciendo este en peligrosidad conforme se sucedían las salvas.
HMS Orion.
Rapidamente, se unieron a la lucha los cruceros ligeros Da Barbiano, Di Giussano, Cadorna, Diaz al mando del almirante Marengo, e incluso los destructores Alfieri, Carducci, Gioberti y Oriani se salieron de la línea para apoyar a sus hermanos mayores en la batalla. Sin embargo, pronto se les dio la orden de volver a su puesto, ya que bestias de metal mucho mayores avanzaban para unirse a la ya intensa lucha.
A las 15:23 horas, dos cruceros italianos, el Alberico da Barbiano y el Alberto di Giussano que formaban en el extremo izquierdo de la línea italiana, divisaron al portaviones Eagle, seguido del crucero Gloucester. La fragilidad del portaviones frente a la artillería y los daños del Gloucester, que apenas podía combatir, los hacían dos presas fáciles. Sin embargo, Cunningham habia visto la maniobra. El Warspite avanzó a toda máquina y disparó fuera de alcance, desbaratando el ataque italiano. Los cruceros se vieron en un aprieto al ver al Warspite echándoseles encima, pero intentaron abatir al portaaviones. Tras una serie de disparos sin fortuna contra el Eagle, dieron media vuelta y corrieron hacia la línea italiana, temiendo ser despedazados por los poderosos cañones de 381 mm del acorazado. A este le seguían a cierta distancia el Malaya y el Royal Souvering, considerablemente más lentos, sobre todo el segundo.
Mientras ,el Vicealmirante Tovey , desde el Orion, había dado orden a sus cruceros aumentar la distancia dado la cercanía de las salvas italianas. Un instante antes el Garibaldi había hecho blanco en el Neptune destrozándole la catapulta, lo cual parecía darle la razón. Lo cierto es que los cruceros rompieron el contacto y a las 15:30 el cañoneo había cesado en esa parte del campo de batalla.
El enfrentamiento se acercaba a su climax. Campioni habia virado a estribor al divisar el Warspite y se acercaba al frente del grueso de su flota de batalla. El Giulio Cesare y el Conte di Cavour iban en cabeza, seguidos de los seis cruceros pesados. A las 15:53 horas, cuando se encontraba a 26.400 metros de su enemigo, el Giuilo Cesare abrió fuego. Sus cañones de 320 mm dispararon a máxima distancia.
RNI Giulio Cesare.
Cunningham respondió minutos después a unos 20.000 metros con sus torres dobles de 381 mm. Campioni habia asignado al Conte di Cavour como blancos al Malaya y al Royal Souvering, por lo que no disparó contra el Warspite y se enfrentaron acorazado contra acorazado. Por su parte, Cunningham ordeno que las torretas de popa dispararan contra el Giulio Cesare y las de popa hiciesen lo propio contra el Conte di Cavour. Gruesas columnas de agua brotaban por derredor de los buques, y con cada salva los artilleros de uno y otro afinaron el tiro cada vez más. Un salva del Giulio Cesare pasó larga, dañando a los destructores Hereward y Decoy.
En menos de un minuto, el Trento estaba en liza disparando contra el Warspite, lo que motivó que el Malaya disparase fuera de alcance intentando confundir a los tripulantes del crucero pesado. La creciente melée atrajo a los cruceros británicos de Tovey quienes reanudaron el contacto a las 15:51 horas, y el Bolzano pronto comenzó a disparar contra ellos. El Gorizia, el Pola y el Fiume siguieron a su hermano, enzarzándose escalonadamente en un feroz fuego cruzado que duró casi 30 minutos.
RNI Zara.
Mientras, en el Eagle, los pilotos de los Swordfish estaban listos para lanzar un segundo ataque contra los cruceros pesados italianos. En una repetición de la maniobra anterior, bajaron a 20 metros y lanzaron sus torpedos. Su ataque solo añadió presión a las dotaciones enemigas, ya que no causo bajas. Todos los aviones regresaron idemnes, mientras la batalla continuaba creciendo en intensidad.
HMS Warspite.
A las 15:59, la lucha entre colosos se acercaba a su climax. Una salva del Giulio Cesare alzó una columna de agua y metralla a solo 350 metros del Warspite. Los artilleros corrigieron el tiro y se dispusieron a volver a disparar. Sin embargo, la suerte estaba de parte de los británicos. Su salva de respuesta impactó en la popa del Giuilo Cesare- a la friolera de 24.600 metros de distancia- , atravesando una granada una de las chimeneas antes de estallar barriendo el puente y provocar un incendio en un depósito de munición antiaérea. El sistema de ventilación del buque hizo que las salas de calderas se llenase de humo y Campioni ordenó evacuar cuatro de ellas. El buque bajó su velocidad primero a 20 nudos y despues hasta los 18.
La chimenea del Cesare tras recibir el impacto.
Campioni reemplazó al Giuilo Cesare por el Conte di Cavour, pero creyendo que su buque insignia sufria de daños graves, y teniendo que enfrentarse solo el Conte di Cavour a tres acorazados y un portaviones, decidió romper el contacto y retirarse tras una pantalla de humo lanzada por sus destructores. Eran las 16:03 horas y Campioni ordenó a los cruceros pesados que aun combatían virar 140º a babor y dejar a los destructores actuar.
Por contra, el Warspite,a pesar de estar en una excelente posición para seguir disparando contra el Conte di Cavour, habia preferido girar para permitir al Malaya ponerse finalmente a su altura. Tambien estaba muy cerca ya el Royal Sovereing, lo que hizo a Campioni desistir y ordenar la maniobra anterior.
Libres, el Warspite y el Malaya centraron su atención en los cruceros pesados enemigos que se retiraban . A las 16:09 entraron en acción con sus cañones de 381 mm , acompañando a los cruceros de Tovey en la pelea. Estos siguieron disparando hasta las 16:15, momento en que los cruceros enemigos completaron la retirada fuera de su alcance. El Bolzano habia sufrido 3 impactos, pero por lo demás, los daños fueron casi inexistentes en uno y otro lado a pesar del nutrido duelo artillero. Este crucero fue el ultimo en cesar el fuego, a las 16:20 horas, antes de que atacasen los destructores italianos.
Desdeñando la posibilidad de recibir el impacto de un torpedo, Cunningham lanzó a la refriega al Warspite y al Malaya, acompañados del Gloucester, Liverpool, Neptuno, Orion y Sydney. A la vez, Cunningham destacó a sus destructores para lanzar un ataque similar contra la flota enemiga. Durante media hora, unos y otros intentaron lanzar un ataque con torpedos, pero los intentos fracasaron.
Finalmente, abrumados por la potencia de fuego enemiga, los destructores italianos dieron media vuelta y comenzaron a retirarse hacia Messina.
Sin embargo aun le quedaba un último acto a aquel día. A las 16:40 apareció por fin la Regia Aeronautica. Hacia más de 2 horas que el almirante Campioni habia solicitado el ataque, y solo 10 minutos de su último y desesperado llamamiento a la aviación en tierra. La flota inglesa se quedó helada de asombro al ver las primeras escuadrillas de bombardeo. Parecía que su suerte estaba echada, y que el día acabaría con una victoria italiana.
Pronto las primeras bombas de comenzaron a martillear las aguas del Mediterráneo, que se agitaron por las explosiones provocándose violentos géiseres alrededor de los buques británicos. Hasta 126 aparatos de la 4ª Region Aerea y la 2ª Escuadra Aerea -bombarderos SM 79 y SM 81- participaron en un total de 18 ataques contra los buques de Cunningham. Lanzaron 270 bombas de 100 kg, 236 de 250 y 8 de 500 kg. La flota trazó maniobras evasivas mientras sus cañones antiaéreos levantaban una cortina de fuego sobre los atacantes. Sin embargo, nuevamente debido a que el bombardeo se hizo desde una altitud exagerada - unos 3.000 metros-, la mayoría de las bombas dieron en el agua y los daños se limitaron a la pérdida de parte de la artillería del Warspite y otros daños menores en el acorazado. A pesar de todo, el Almirante británico reconoció que la mayoría de las bombas habían caído muy cerca de sus barcos. Pero no lo suficiente.
Como colofón ,en un golpe entre grotesco y cómico, los buques italianos fueron atacados por sus propios aviones. Inexpertos, mal entrenados y descoordinados con el mando naval, los bombarderos cometieron un error mayúsculo. Al menos 50 aparatos confundieron a la flota italiana con con buques enemigos, ¡máxime cuando sus compañeros de la Regia Marina contestaron airados al bombardeo de sus compatriotas con un nutrido fuego antiaéreo! De hecho, un bombardero italiano fue derribado por fuego amigo, pero en el caso de los buques, una vez más, la altitud evitó cualquier daño severo…
Diez minutos después de iniciado el ataque aéreo, a las 16:50 horas, los últimos destructores que combatían rompieron el contacto y a las 17:00 horas las flotas quedaron fuera de la vista. Cunningham persiguió a Campioni hasta una distancia de 25 millas de Messina momento en que se retiró por miedo a que su contrincante estuviera atrayéndolo a una trampa de submarino.
La ultima víctima de la lucha naval se produjo un dia después. A las 9:40 horas del 10 de Julio, un solitario Swordfish sorprendió al destructor Leone Pancaldo y lo hundió. Fue el único barco que se perdería a lo largo de la acción.
Pero el via crucis de la Flota Mediterránea solo habia comenzado... Entre el 10 y 12 de Julio más de 500 aviones italianos atacaron a la flota británica de Cunningham en retirada a Malta y Alejandría, llegando a descargar hasta 2.000 bombas. Además de Savoya 79 y 81, los italianos lanzaron todo lo que tenían a mano contra los ingleses, tanto aviones de picado Breda , como incluso hidroaviones de reconocimiento marítimo Cant 501 y 506.
El barco más castigado fue el portaaviones Eagle en el que una bomba le dañó la cubierta impidiendo que los aviones pudieran despegar, además , un caza italiano logró derribar a uno de los torpederos Swordfish en el aire. Otra bomba mató a dos marineros en el crucero Liverpool y el acorazado Malaya sufrió daños ligeros. Por su parte, los italianos no perdieron ni un solo avión.
HMS Eagle.
Cuando el 13 de Julio los primeros barcos de la Royal Navy amarraron en Alejandría, la Batalla de Punta Stilo , tras cuatro intensos días, se dió al fin por finalizada.
Almirante Iñigo Campioni.
Aunque Campioni fue muy criticado tanto por romper tan pronto el contacto como por no haber requerido la participación de los acorazados Littorio y Vittorio Veneto, que se encontraban listos para actuar a solo un par de horas de navegación de la flota italiana, Mussolini creyó haber logrado una gran victoria. Tambien la propaganda inglesa se atribuyó esta. Cada convoy llegó sano y salvo a su destino, y el enfrentamiento naval quedó más o menos en tablas. Los daños en las flotas fueron leves y se repararon rápidamente.
Pero el factor crucial fueron las lecciones que se sacaron de la batalla. Cunningham abogó a partir de entonces por buscar acortar distancias para ganar efectividad con sus acorazados y cruceros, sin importar los enemigos a los que se enfrentase, ya que creía que así anulaba cualquier ventaja que pudieran tener estos debido al número. Por el otro lado, Campioni pensó que la posibilidad de lograr impactos afortunados desde distancias máximas era muy real, por lo que no era necesario arriesgarse a menos que se tuviese superioridad cierta sobre el rival.
Almirante Andrew Cunningham.
Continuará…
Fuentes:
Foro de Historia Militar el Gran Capitán • Ver Tema - Batalla de Punta Stilo
La Batalla de Punta Stilo
Batalla de Calabria - Wikipedia, la enciclopedia libre
Foro Segunda Guerra Mundial • Ver Tema - Acorazados: Los Queen Elizabeth
Batalla de Punta Stilo | Eurasia1945
Der zweite Weltkrieg • Ver Tema - Fairey Swordfish