La II República sigue siendo uno de los periodos más controvertidos de nuestra historia, en buena parte debido a una idealización excesiva por parte de unos cuantos sectores de la sociedad. Como toda época, tiene sus luces y sus sombras. Hubo muy buenas ideas e iniciativas; algunas de ellas fueron, curiosamente, llevadas a la práctica por el régimen franquista o retomadas en parte después por aquel régimen (como por ejemplo los planes para la construcción de pantanos o la mejora de las condiciones laborales, etc) Pero la República llegó en el momento menos apropiado; un momento en el cual ese tipo de régimenes estaba bastante desacreditado dentro de Europa. En aquellos años parecía que los regímenes autoritarios, ya fuesen de izquierda o de derecha, iban a desplazar a unas democracias incapaces de resolver los problemas de su tiempo. Y en países donde esa democracia estaba todavía en pañales, como en España, era bastante facil que la cosa degenerase de la manera en que lo hizo. Porque en realidad los republicanos propiamente dichos eran una minoría. La oligarquía de toda la vida estaba temerosa de perder los privilegios de los que siempre había gozado y estaba dispuesta a defenderlos con uñas y dientes, al precio que fuese; mientras que buena parte las masas, azuzadas por socialistas y anarquistas, tenían prisa por vengarse de todo lo acontecido en periodos pasados y se lanzaron a violar las leyes y hacer lo que ya sabemos todos que hicieron, dándole argumentos a la derecha. Al final una de los peores herencias que dejó la República fue el aumento de la polarización de la sociedad, una radicalización aún mayor de las "Dos Españas" que aún hoy en día perdura. A veces me da la sensación que la sociedad no estaba preparada en ese momento para un cambio como el que la República proponía; y me refiero a toda la sociedad en su conjunto. Al final, todo salió mal, y se acabo de la peor de las maneras posibles, con una guerra civil cuyas heridas no han cicatrizado.