-El dormitorio queda aislado de los ruidos, por su propia puerta y por la del pasillo. Y sobre todo por el propio baño. Si no va a haber nadie a deshoras con la tele, pues dejas abierta la puerta del pasillo, y siempre tendrás un paso diáfano desde el comedor en la vida cotidiana. Las visitas tendrán acceso fácil y tú puedes seguir durmiendo. Hasta te puedes echar pedos o una manola gritona, que las visitas no te oirán.
Para aislamiento acústico, es mil veces más efectivo disponer de dos puertas que de una sola de gran calidad.
-Es importante que el dormitorio esté junto al baño, por las meadas nocturnas y por disponer de ropa y mudas tras una ducha...sin tener que tras*itar protegiéndote los bemoles con una toalla, deambulando hacia la otra punta de la casa...mientras tu suegra te pone ojitos.
-Mientras curras en el taller, viene de querida progenitora pillarse una birra de la cocina colindante sin atravesar toda la vivienda y sin tener que ver el careto de tus suegros.
-En tu plano hay dos problemas: el baño queda a la otra punta y además compartes pisadas con el taller. Imagina cómo estará el suelo del taller tras trabajar con madera o metal y aceites. No conviene tras*itar ese espacio descalzo para ir a miccionar medio dormido.
Además, le quita sensación de "hogar" y te parecerá que vives en una nave de polígono industrial.
Un taller o garaje siempre tiene que estar separado de la vivienda, para que sólo tengas que acceder a él si vas a trabajar, pero no obligadamente.
-Si se puede evitar, conviene no situar la cocina junto a un cagadero. No sólo por posibles problemas de cañerías y mal olor: imagina estar haciendo el cocido mientras tu pareja o una visita caga estrepitósamente o escuchas el chorrito....Son esas "cositas" que pueden o no hacer una estancia agradable.
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