¿Por qué a Franco le incomodaban los veteranos de la División Azul?

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Madmaxista
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Cerca 48.000 hombres fueron reclutados y enviados a la II Guerra Mundial para apoyar al ejército alemán como parte de la División Azul; de ellos, unos cinco mil cayeron en combate. El historiador Xosé M. Núñez Seixas habla de ellos en Camarada de invierno (Crítica). En sus páginas cuenta cuáles fueron sus historias y cuáles los motivos para embarcarse en aquel cuerpo, pero también de su actuación en el frente, así como del problema político y la incomodidad que supusieron para el régimen de Franco, que veía en ellos el recordatorio de que España había combatido a favor del III Reich. Aun retirados y desmovilizados, a aquellos hombres los delataba el haber usado el uniforme de los vencidos, el haber luchado en el bando de los exabruptos. Por esa razón, el franquismo corrigió el relato de los expedicionarios, convirtiéndolos en el símbolo de la primera avanzadilla europea contra el comunismo y no en una acción a favor del nazismo. Hasta que eso ocurrió, los divisionarios fueron -a su manera- unos apestados. Gente a la que era mejor no mostrar demasiado.

Cerca 48.000 hombres fueron reclutados y enviados a la II Guerra Mundial para apoyar al ejército alemán; de ellos, unos cinco mil cayeron en combate.


Ese es solo uno de los enfoques que aborda Camarada de invierno, un libro del que Xosé M.Núñez da cuenta en esta entrevista. El carácter heterogéneo de los reclutados; su poca capacidad de adaptación en la Wehrmacht; el desprecio con el que los trataban los oficiales alemanes por considerarlos hombres díscolos y militarmente poco efectivos... Son apenas algunos detalles del enorme fresco que el doctor en Historia Contemporánea por el Instituto Universitario Europeo de Florencia y catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago de Compostela consigue trazar en un libro magníficamente documentado, en el que abundan referencias históricas, militares, políticas, sociales. Un enorme retrato de grupo, que igual aclara como enternece; que consigue echar por tierra algunos tópicos a la vez que hinca el diente en el desamparo de estos hombres extintos, ciclópeos; héroes y mercenarios.

-¿Si el envío de tropas de este tipo no fue un fenómeno exclusivo español, por qué la División Azul posee ese halo excepcional? ¿Qué la distingue del resto de contingentes?

-Hubo varios cuerpos expedicionarios. La División Azul fue uno de los más importantes, descontando italianos, húngaros, finlandeses, que eran países beligerantes y mandaron tropas regulares al frente del Este al lado de Alemania. Por otro lado, estaban los contingentes de voluntarios; de esos, el español fue el más importante, porque hubo participación del ejército y en buena medida porque la División Azul se integró en la Wehrmacht, el ejército regular alemán, con un estatus un tanto peculiar. Ahora, si uno mira los números y la estadísticas, aunque no son todos muy fiables, uno puede apreciar que casi la mitad, entre el 40 y el 45% de los voluntarios de la Europa occidental y nórdica que lucharon al lado de Alemania al lado de la II Guerra Mundial eran españoles. Desde este punto de vista es una de varias historias, lo que pasa es que no deja de ser peculiar: España no era un país ocupado, ni eran solo voluntarios fascistas, ni sus voluntarios habían sido reclutados solo entre partidos colaboracionistas, sino que había una cierta heterogeneidad social y política en el cuerpo de voluntarios y para abordar ese tema, se necesita una perspectiva tras*nacional, que hay que plantear preguntas equiparables, comparables a las que podemos plantear a otros cuerpos que intervinieron en la guerra germano-soviética en particular.

-Al hablar de la División en el frente, plantea deserciones, automutilaciones, alcoholismo. ¿Qué tal frágil eran lo que se embarcaban en ella?


- La División Azul fue un cuerpo relativamente compacto y eso tiene que ver porque aunque tenía una composición social y política relativamente heterogénea, y aunque a partir de 1942 y 1943 tiene combatientes que son reclutados de manera poco clara (en patios de cuarteles militares, entre legionarios y soldados que están haciendo el servicio militar), los condiciona el hecho de convivir en las mismas unidades con voluntarios, falangistas, aventureros de todo tipo. Hoy nos parece más difícil entenderlo; pero esta gente se consideraba parte de una generación llamada a reconfigurar el modo de pensar y de ser europeo, pensaban que estaban en una época marcada por la acción de la elites, en la que la violencia tenía un poder taumatúrgico purificador. Desde nuestra educación pacifista, afortunadamente, estos valores son más difíciles de entender. Tendemos ver a los voluntarios como una suerte de héroes, como el corsario de hierro. Eran hombres de carne y hueso, una parte de ellos muy motivados políticamente, llevados además en parte y muy condicionados por sus propios mitos y creencias; la idea del combate, la masculinidad, la idea de que había que estar ahí, de que un pacto de sangre decidía el futuro de Europa.

-¿Eran marginados, proscritos o es una generalización equivocada?

-Muchos de ellos se consideraron a su vuelta una suerte de proscritos, por dos razones. Se veían como una elite que luchó y siguió combatiendo por los valores del bando sublevado durante la Guerra Civil, irredento o supuestamente revolucionario, después de 1939. Sin embargo, por mucho que la adornasen, eran conscientes de que en la II Guerra habían perdido. Por tanto, eran los perdedores dentro de los vencedores…

-Hubo problemas en la elaboración de un discurso sobre la División Azul, porque al franquismo le incomodaba la presencia de los divisionarios en la vida cotidiana.

-Sí, le incomodaba la presencia pública excesiva de estos veteranos de guerra que habían combatido con la Wehrmacht, que con cierta frecuencia exhibían símbolos nazis en reuniones privadas o semipúblicas y que al franquismo le causaban molestia, entre otras cosas, porque después de 1945, el franquismo intenta priorizar una dinámica de olvido sobre su colaboración con el III Reich. Más tarde se pone en marcha una segunda fase, a partir de los 1950, cuando se construye un discurso distinto sobre la Legión. Ocurre con el regreso de los prisioneros de la Unión Soviética. Es entonces, cuando se comienza a presentar a la División Azul como una especie de abanderada y precursora de la Guerra Fría.

-¿En qué sentido? ¿A la manera de una primera avanzada anticomunista?

-Sí, era una manera de decir que en 1936, España ya había combatido el comunismo y se habría adelantado a toda Europa en señalar quién era el enemigo y la División Azul habría sido una causa estrictamente movida por el anticomunismo y como una continuación de la Guerra Civil y habría sido estrictamente accidental que luchara al lado de Alemania. Con eso, se distanciaba de la sombra dudosa que arrojaba el hecho de haber combatido con el uniforme alemán, el uniforme de los vencidos, máxime después de saberse todas las atrocidades cometidas por el ejército alemán y las muchas que se conocerían después. Además, hay una exaltación del papel de los oficiales y se da así continuidad a la Guerra Civil.
 
Un buen ejemplo del cambio de discurso es la película "Embajadores en el infierno" de 1956. En ella, por ejemplo, se cambió la palabra "falangista" por "anticomunista y católico", lo que arrancó ampollas también entre los miembros de la Falange, que ya no pintaban nada dentro del Régimen, pero aún no lo sabían.

Minuto 2:30 para una muestra:

[youtube]zLU9RhOiF2M[/youtube]
 
Aprovecho este hilo para hacer una pregunta sobre el tema.

Desde estamentos oficiales suele ser un tema tabú así que la bibliografía educativa actual sólo habla de la División Azul como un puñado de fanáticos sedientos de sangre comunista, pero mi abuelo materno, miembro del partido comunista antes del 36, me aseguró en su momento que se unió a la División Azul para poder volver a España limpiando así su expediente de "rojo". También he conocido otros veteranos que aseguran haberse alistado simplemente por la paga y para poder comer 3 veces al día en una España hambrienta.

¿Conocen los foreros algún libro o documental sobre el tema que trate también esas cuestiones? O sea, la de antiguos comunistas alistados, y la de alistados por pobreza.

Gracias de antebrazo.
Busque Extranjeros de sí mismos.
 
Por que la División Azul así como los Carlistas siempre ignoraron el contexto geopolítico.

Eran personas ignorantes y pasionales que no tenían un plan realista con lo que significaba Estados Unidos y los aliados e ir contra sus ordenes.

Fue Carrero quien sufrió el ejemplo.
 
Por que la División Azul así como los Carlistas siempre ignoraron el contexto geopolítico.

Eran personas ignorantes y pasionales que no tenían un plan realista con lo que significaba Estados Unidos y los aliados e ir contra sus ordenes.

Fue Carrero quien sufrió el ejemplo.
El hombre razonable siempre se pliega a las circunstancias. Todo progreso viene por tanto del hombre que no sea razonable.

No eran ignorantes (la Falange era un movimiento lleno de poetas, universitarios y técnicos), eran algo aún más peligroso: idealistas. No es que no supieran que podían perder; fueron a luchar aún sabiéndolo.

Carrero sufrió el ejemplo, sí, pero había que intentarlo. Porque en el momento en que una cantidad suficiente se rebele contra el Amo, el poder del mismo disminuye.
 
Aprovecho este hilo para hacer una pregunta sobre el tema.

Desde estamentos oficiales suele ser un tema tabú así que la bibliografía educativa actual sólo habla de la División Azul como un puñado de fanáticos sedientos de sangre comunista, pero mi abuelo materno, miembro del partido comunista antes del 36, me aseguró en su momento que se unió a la División Azul para poder volver a España limpiando así su expediente de "rojo". También he conocido otros veteranos que aseguran haberse alistado simplemente por la paga y para poder comer 3 veces al día en una España hambrienta.

¿Conocen los foreros algún libro o documental sobre el tema que trate también esas cuestiones? O sea, la de antiguos comunistas alistados, y la de alistados por pobreza.

Gracias de antebrazo.

Yo tengo un par de libros en lista de esperaa sobre este asunto, son estos que añado a continuacion, pero desconozco si se habla del tema que comenta, la verdad es que lo desconocía:

epublibre - División 250

epublibre - La División Azul
 
Te recomendaría La division esapñola de Hitler de editorial San Martín.

A parte de ése, tiene muy buenos libros de dsitintas batallas y personajes bélicos.

Lo triste es que los rojelios no se dan cuenta el gran favor que hizo la División Azul a España. Al ver los alemanes los huevones españoles en combate, no se atrevieron a invadir España por las bajas que podrían suponer.
 
Te recomendaría La division esapñola de Hitler de editorial San Martín.

A parte de ése, tiene muy buenos libros de dsitintas batallas y personajes bélicos.

Lo triste es que los rojelios no se dan cuenta el gran favor que hizo la División Azul a España. Al ver los alemanes los huevones españoles en combate, no se atrevieron a invadir España por las bajas que podrían suponer.

Hitler no invadio España tras Hendaya porque todos los generales le dijeron que si se metia aqui se desangraria, debido a la orografia y el caracter guerrillero de los españoles.

No hay mas.España hubiera sido el Afganistan o Vietnam de los nazis
 
A Muñoz Grandes lo nombró vicepresidente del gobierno en 1962 y otro exdivisionario, el general Federico Gómez de Salazar, fue el último gobernador del Sáhara Español.

En cambio el poeta Dionisio Ridruejo, amigo de José Antonio, camisa vieja y exdivisionario se convirtió tras su regreso de Rusia en uno de los más destacados opositores al régimen en el interior de España.

Desde luego los excombatientes de la División Azul formaban un grupo de lo más variopinto: Muñoz Grandes, Ridruejo, Gómez de Salazar, Miguel Ezquerra, Jaime Milans del Bosch, los hermanos Salas Larrazábal, Luis García Berlanga, el actor Luis Ciges, el director Pedro Lazaga, Fernando Vizcaíno Casas, el novelista Tomás Salvador, Julio Iglesias Puga (Papuchi).

O sea que entre los veteranos de Rusia había tanto franquistas como antifranquistas, pero predominaban los primeros.
 
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