Obsolescencia programada

¿Cuanto cobras tu la hora al empresario? Por esa razón el trabajo esta deslocalizado.:ouch:


Vd no sabe nada sobre mi situación laboral, intuyo que es un comentario gratuito para trolear. En todo caso, sé bien de lo que hablo en lo que a deslocalización se refiere, pero no es la forma ni el lugar, ni las formas.


Reciba Vd un cordial saludo
 
La lavadora es mal ejemplo.
Los televisores, también.

Los electrodomésticos con más de 10/15 años es mejor que los cambieis. El ahorro energético y de agua es considerable.

Es el coste de hora de reparación lo que tira por tierra tanto aparato que dura. Se os olvida decir que a más cara la tecnología, más vale la pena arreglarla. No todo es tan fácil como cambiar unos condensadores.
 
La teoría de la Obsolescencia Programada, al igual que muchas de ellas, está impregnada de verdades a medias así como notables dosis de conspiranoia.


La Obsolescencia Programada sólo es posible dentro de un escenario monopolista y con ausencia total de competencia. Su mayor fracaso fue, como algunos sabrán, el cártel Phoebus, que es la adoración de los conspiranoicos de este tipo de teorias. El llamado Cártel Phoebus tiene su origen cuando una serie de fabricantes de bombillas o focos eléctricos se pusieron de acuerdo en 1924 para reducir costos de producción, aumentar los precios y limitar la vida útil de los focos a 1000 horas. En 1924 esto no sonaba tan descabellado, pero su inviabilidad se hizo evidente cuando otro grupo de fabricantes, la Luma Co-op Society, empezó a producir y vender bombillas más duraderas y más baratas.


Por regla general, la industria busca diseñar los productos más baratos posibles (no siempre los precios se relacionan con el costo de producción, en la fijación de precios entran en consideración muchas otras cosas, principalmente cual es el precio máximo qu el consumidor está dispuesto a pagar por los productos), con un periodo de duración más razonable considerando entre otras cosas las modas, los avances tecnológicos, los cambios en gustos, etc. ¿Se puede fabricar un refrigerador que tenga una duración de 50 años? Sí, se puede, industrialmente existen. ¿Cuánto le costaría a una familia? Un dineral, sería un artículo de lujo. ¿Y si se decretan nuevas leyes para reducir los clorofluorocarbonos, reducir el gasto eléctrico, sistemas antibacterias, controles computarizados? Pues la familia tendría que verlos pasar con su refrigerador de 1980 porque no hay para comprar otro. Si yo soy un fabricante, y veo a otro vendiendo refrigeradores que duran 50 años a un precio delirante con materias primas de primera y yo sé que las familias cambian de refrigerador razonablemente cada 8,5 años, es lógico, que no malévolo, que yo trate de venderles un refrigerador más barato ahorrando lo posible en costos, que contenga el mejor diseño y tecnología, y que tenga una duración de unos 10 años máximo. No diseño para la perfección, sino para la lógica funcional de uso.


El ingeniero y diseñador Ferdinand Porsche tenía una frase al respecto. Decía que el automóvil de carreras perfecto era el que se destrozaba en pedazos al llegar a la meta. Es decir, que usara al máximo de sus capacidades todos sus materiales y diseño. Un auto de carreras que puede seguir funcionando tiene un claro desperdicio respecto de su objetivo original: ganar una carrera.


Tengamos en cuenta que la mayor parte de los consumidores no suele demandar durabilidad, lo que quiere es poder cambiar su producto frecuentemente. Buscamos tener el último modelo de todo. Tener el último modelo en teléfono celular, el último modelo en consolas de videojuegos... Tenemos una sociedad en la que un coche con diez años y 150.000km se considera un cacharro viejo que hay que cambiar, en la que los móviles duran 18 meses porque es el tiempo que tardan los operadores en ofrecernos uno nuevo. Los fabricantes lo único que hacen es adaptarse a lo que demanda el mercado. Si dejáramos de comprar los productos de mala calidad porque simplemente queremos que nos duren poco tiempo, a los fabricantes no les quedaría más remedio que adaptarse.


Por ejemplo, un iPhone 3 funciona bastante bien. No puede ejecutar las apps más nuevas, pero ¿por qué iba alguien a querer las apps nuevas? ¿Por qué no conformarse con las que tenía cuando todas se hacían para él? Hay celulares de hace 10 años que funcionan muy bien para llamar por teléfono. Pero la mayoría de los consumidores no los quiere. Queremos el iPhone 3 porque su funcionalidad, a parte de su finalidad básica (llamar y recibir llamadas) nos ayuda al trabajo y también a la diversión, a ver y grabar vídeos, escuchar música, a contectarnos a internet, a jugar a videojuegos, a estar en contacto con nuestra gente, porque nos gusta... Nadie nos obliga a comprarlo, los productos anteriores no se han caído a pedazos como el coche ideal de Porsche. Quejarse de "nos manipulan para comprar" es un poco absurdo en esos términos.


Es cierto que los productos no se diseñan para que duren todo lo que podrían durar, pero esto no se debe estrictamente a la malevolencia sino a todo tipo de estrategias comerciales. Cualquier fabricante que abuse (esto lo aprendió Apple casi tardíamente) es presa fácil de otro fabricante más listo y avezado, que esté dispuesto a abusar menos para ganar más, es decir, que en vez de ganar 100 dólares por cliente vendiéndole a un millón de clientes esté dispuesto a ganar 50 dólares vendiéndole a 10 millones de clientes. En 1924 eso era bastante más fácil, hoy, con una economía globalizada, con una tecnología en evolución constante y acelerada, surgimiento y caída de empresas, parece casi imposible de establecer y menos de sostener a largo plazo.


Casos como el del cártel Phoebus ayudaron además al surgimiento de los movimientos de defensa del consumidor, las legislaciones sobre calidad, las normas internacionales, etc. Que sin ser perfectos, todos estas normativas sirven para controlar, salvo excepciones, los más voraces instintos capitalistas. Precisamente por eso el neoliberalismo tiene como su principal bandera la "desregulación total", es decir, que la sociedad deje de legislar cómo deben producir, etiquetar, validar, anunciar y comercializar sus productos, para poder tener vía libre y ser mucho más abusivos de lo que son. Que hay ambición, afán de lucro ilimitado y a veces incluso maldad es innegable, pero de allí a que se diga que los productos de los que disfrutamos no sirven para nada y que todos los fabricantes son unos orates media un largo trecho.


La idea de la obsolescencia programada tal como la predican muchos conspiranoicos, no tiene en cuenta ninguno de estos elementos y ninguno de los avances, insuficientes pero reales, que se han logrado desde principios del siglo XX. Esto es algo habitual en muchos movimientos alternativos y "antisistema", sobresimplifican las cosas para no enredarse en complejidades, omite datos, selecciona y cae en numerosas falacias que en nada ayudan a mejorar lo que está mal y a veces, incluso, son la coartada perfecta para el neoliberal cavernario que se queja de lo mal que lo tratan.
 
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