Me alegra mucho encontrar este hilo.
Hace mucho que me ronda por la cabeza la idea de aligerarme de trastos. Recuerdo mi primera casa: de alquiler, cuatro cosas y tan feliz. No necesitaba apenas nada. Una mesa, un par de sillas, muy poca ropa, algo de vajilla, discos, libros, algún electrodoméstico...
Ahora me apabulla todo lo que he ido acumulando a lo largo de los años. Es que tengo hasta adornos, por el amor de Dios. Yo que siempre los odié.
Unas cosas por hipotética utilidad, otras por sentimentalismo, y hasta por superstición; la cuestión es que aunque no me me aferro a las cosas y no dudo en tirar o donar, cuesta ponerse a repasar todo cuanto te rodea y deshacerte de todo, es como un repaso mental de toda tu vida y tus decisiones.
Pero bueno, me motiva ver que hay muchos que sentís también esa necesidad de simplificar, es realmente curioso.