Casi que me desesperan más los conocidos que me dan la brasa con fumigar con napalm a cualquier insecto que vea por la huerta. O similares razonamientos talibanes, entre otros:
-"Pon cemento por todos lados y déjate de insensateces"
-"Esa tierra lleva mil años sin usarse, échale una buena mano de abono de la cooperativa" (nitratos chungos)
-"Los frutales son un ******, pon cualquier cosa de sombra"
-"¿Que los ratones te han estropeado un par de calabazas? Es hora de minar la parcela con toneladas de veneno"
-"Hay que cavar más, que tienes el huerto lleno de hierbajos"
-"Mete herbicida a saco"
-"Mete un pascualín con un arado de vertedera"
-"No pongas romero que se te llena todo de avispas"
-"Vaya tontería eso del purín de ortigas, compra insecticida y pista"
-"Quema todas esas ramas o tíralas al punto limpio"
En fin, por lo visto es muy difícil entender que no solo se cultiva lo que te comes, sino que eso implica cultivar también el SUELO y crear unas condiciones propicias de ecosistema equilibrado para que las plagas no se desmadren. Trabajar al principio para luego no tener que andar dándose palizas todos los años como en el huerto convencional. Y de paso, no envenenarse a lo orate y no gastar en pócimas.
Es algo generacional, la gente joven pilla el concepto, pero con los jubiletas y alrededores no hay manera, todo lo que se salga de su enfoque "intensivo" les parece una cosa de hippies trasnochados. Cuanto más hondo y frecuentemente caves y más cosas eches más cosecha tendrás, para qué andar con sutilezas.
Lo de los árboles muriéndose al final no me da tanto apuro, porque varios de los que he intentado son regalados o de semilla, y contaba con que plantar en junio era jugársela un huevo. 2020 va a ser el año de plantear bien, plantar bien e invertir un dinerillo en plantas.