A la casta le interesa que el país entre en una dinámica de kale borroka. Cuatro días con titulares en la prensa de agresiones a políticos, un político ingresado en el hospital por una brecha en la cabeza, y se han sentado las bases para demonizar a los movimientos de oposición y para llegar a un acuerdo entre los grandes partidos para defender a la democracia de los movimientos fascistas que intentan imponer en la calle lo que las urnas les niegan. Es decir, para actuaciones contundentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, para suspender temporalmente derechos de reunión y manifestación, para señalar el carácter antidemocrático de la PAH y de aquellos movimientos en contra de la privatización de la sanidad y de todos aquellos que estos días se están manifestando. Incluso para algún cambio normativo que tras*forme los insultos en una agresión y se penalice como tal, o algo parecido.
Que la casta vaya a reaccionar más o menos de este modo no sería determinante si estuviesemos hablando de un movimiento de insurrección popular y de condiciones para un cambio revolucionario: el ejército dividido y con una parte en favor de los insurgentes, manifestaciones diarias que paralizan el país y que van consiguiendo incorporar a sus filas a sectores crecientes del empresariado, neutralización de los paises del entorno.
Pero no hay nada de esto, hay un cabreo intenso entre lo que se llama pequeña burguesia, es decir, autónomos, pequeños ahorradores, gente que ha sido perjudicada por preferentes o por la imposibilidad de pagar su hipoteca, asiduos de tertulias en los medios de comunicación donde se pone a caldo a los políticos. Mucho enojo, mucha rabia, mucho blablabla… pero nada de esto se traduce en un movimiento político que además de querer terminar con el régimen actual proponga a la nación un objetivo claro para salir de la crisis. Probablemente porque no exista tal cosa como un programa que permita salir de la crisis.
Por tanto los actos que estamos viendo de hostigamiento a los políticos, de insultos, de amenazas pidiendo su fin, incluso de conatos de agresión, a quien va a favorecer es a la casta. Si aumenta el lío, la casta se aprovechará de la situación.
Yo creo que dentro de los que alientan en burbuja las agresiones a la casta hay varios tipos distintos: Hay los primarios y los resentidos, los revolucionarios de bar, los vociferantes, los del cuanto peor mejor porque ven la vida como si estuviesen sentados delante de la pantalla de un cine y creen que esto es emocionante. Pero también hay los que incitan a la violencia contra los políticos para registrar la respuesta que tiene su incitación. Vamos, más viejo que el tebeo, se dan dos voces y se espera a ver quien es el orate útil que asoma la mano.
Desde luego, yo me voy a hinchar a reportar. No estoy dispuesto a aceptar un foro proterrorista.