Göbekli Tepe: ¿el comienzo de la civilización?
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Descubrir la Historia
En una noticia quizá algo extraña, la ONU anunció el pasado 16 de septiembre que colocaría en su sede central de Nueva York una réplica de uno de los obeliscos del yacimiento turco de Göbekli Tepe.
Consideraciones artísticas aparte, cabe preguntarse qué ha llevado a la ONU a elegir precisamente este yacimiento como representativo de sus valores. ¿Qué fue Göbekli Tepe, a veces llamado la cuna de los dioses?
El obelisco en cuestión, conocido como P18 por los arqueólogos, mide 5,50 metros de alto, está realizado en forma de T y representa lo que parece ser una figura humana muy esquematizada, con brazos, un cinturón y unos genitales. Göbekli Tepe cuenta con más de doscientos pilares, algunos decorados como este, otros con animales: serpientes, astutas, jabalíes, uros, ovejas u onagros. Estos pilares, acompañados de pequeñas esculturas en forma de jabalíes, están dispuestos en círculos a lo largo de todo el yacimiento, dándole un aspecto laberíntico y misterioso. Y es que no es para menos, puesto que Göbekli Tepe es, hasta donde sabemos, el templo más antiguo del mundo.
Detalle del obelisco P18, cuya réplica se exhibe ahora en la sede central de la ONU en Nueva York. Fuente:
Instituto Arqueológico Alemán (DAINST).
Construido en el este de Turquía, cerca de la ciudad de Şanlıurfa, Göbekli Tepe es un yacimiento neolítico construido entre el 9500 y el 8000 a. C. No solo es una muestra de las primeras comunidades que comienzan a asentarse (a relativamente poca distancia está el yacimiento de Çatalhöyük, una proto-ciudad del 7500-6400 a. C.), pasando de una economía de cazadores-recolectores a una de agricultura y ganadería (aunque los animales representados en los relieves sugieren que la caza no se abandonó), sino que demuestra la existencia de una sociedad estructurada y jerarquizada, con una autoridad política y religiosa en la cima, capaz de unir a una comunidad y sus recursos para construir algo tan imponente como Göbekli Tepe.
Foto del Círculo C de Göbekli Tepe, con los principales monolitos excavados. Fuente:
Wikimedia Commons/Beytullah Eles
La interpretación de este yacimiento no es tan sencilla como pudiera parecer a primera vista. No se han encontrado enterramientos, por lo que no parece probable que fuera una necrópolis o que se les rindiera culto a los muertos, pero las ofrendas encontradas (mayormente huesos quemados) sí parecer sugerir que se realizaban actividades religiosas allí, aunque qué tipo de religión, si era animista, chamanista o parecida a las que más tarde surgirían en los imperios hitita, acadio o sumerio, no está claro. Las excavaciones más recientes, que han hallado restos de lo que parecen ser casas y espacios habitacionales, van a obligar a revisar la visión de Göbekli Tepe únicamente como un templo. No sería el único Estado templario de Asia Menor, aunque quizás sí el primero: en época helenística y romana fue extremadamente famoso el de Pesinunte, en la región de Frigia.
Vista aérea de la principal área de excavación de Göbekli Tepe. Fuente:
Wikimedia Commons/DAINST/E. Küçük.
En resumen, Göbekli Tepe es uno de los hallazgos más fascinantes de la arqueología mundial y del que todavía tenemos mucho que aprender, pero, si es cierto que fue uno de los primeros ejemplos de una civilización organizada capaz de trabajar unida, no es de extrañar que la ONU lo haya elegido como uno de sus símbolos.
Recreación de la construcción de Göbekli Tepe. Fuente:
National Geographic