La guerra de Vietnam desde el punto de vista americano

stuka

Madmaxista
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17 Mar 2007
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-Al principio, USA se limitó a enviar algunos asesores militares. Aunque los inicios del conflicto se desarrollaron durante Kennedy, lo cierto es que éste se negó a una escalada brutal que fue lo que finalmente ocurrió. Se sospecha que ésta fue una de las razones del magnicidio: su oposición a los planes del complejo industrial-militar, del que ya previno Eisenhower. En esa encrucijada surgió la designación de “halcones” y “palomas”.


-Vietnam del Sur era una catástrofe política y militar, con una corrupción abismal. El presidente católico asesinado por tejemanejes de la CIA, Ngo Dinh Diem, no era popular. Aunque los que vinieron después lo hicieron bueno. Kennedy lamentó sinceramente su fin y poco después le tocó el turno a él mismo.

-Al comienzo, lo cierto es que los militares profesionales yanquis “se morían” por entrar en combate “antes de que acabase todo”, y no perderse así unos buenos ascensos con saludables dosis de aventura. Los useños, como siempre, haciendo de matón de patio de colegio. Pero esta vez no pudieron quitarle la merienda al “boy”. No sólo no pudieron ganarse los “corazones y mentes”, sino que además perdieron el trastero.
Ese entusiasmo por no perderse la fiesta se asemeja en parte al que demostraron millones de ingenuos conscriptos y voluntarios al principio de la I GM, antes de tomarse la pastilla roja.

-Eran los benditos años “60”: flores, amor libre, toneladas de drojas, movimiento de derechos civiles contra el racismo, desórdenes tumultuosos en las calles, la Guardia Nacional disparando contra estudiantes en el campus de la universidad, el asesinato de Martin Luther King, Malcolm X y los Panteras Negras…Vamos, que los 60´s tuvieron poco de paz y amor. Unos años donde todo era relativo –el germen de lo que hoy se ve-, en que se resquebrajaron los principios o pilares sobre los que se asentaba la sociedad hasta entonces.
La conflictividad racial de la época también tuvo su paralelismo en el ejército.


A esos confusos chicos de 19 años los enviaron allí. Al infierno. Es normal que su ímpetu de combate estuviera en entredicho, salvando los papeles solamente por la monstruosa ventaja militar y tecnológica de tal superpotencia.




El joven americano sufría una disociación propia de la época, agravada por experiencias como que unas horas antes podía estar en un fresquito centro comercial de su barrio devorando una hamburguesa y unas horas después se encontraba en un ambiente hostil de clima monzónico.
También se disfrutaba durante la “mili” de una semana de vacaciones, preferentemente en Tailandia. Es lo que se conocía como R&R: Rest and Recreation. El brutal contraste entre playa y chicas con el agujero que les esperaba pocos días después ayudaba a incrementar la disociación.


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Hay muchas películas sobre el conflicto, empezando por la obra maestra Apocalypse Now. Pero hay una que ilustra muy bien la decadencia, desgana y “filosofía” del espíritu yanqui de la época: "La Colina de la Hamburguesa", con la sublime banda sonora de Philip Haas. El nombrecito del título corresponde en verdad al que le dieron los combatientes, por motivos obvios.


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A la jovenlandesal y efectividad de combate yanqui no ayudaban algunos aspectos, aparte de la disgregación descrita:
-Vietnam del Sur (Saigón) se convirtió en un enorme pilinguiclub que abochornaba a las sencillas gentes autóctonas, donde una simple cortesana callejera veintiplicaba fácilmente el sueldo de un maestro de escuela o un policía. Esas montañas de dólares desperdigados por las calles, bombardeó la humilde sociedad vietnamita con un efecto tan devastador como las campañas Rolling Thunder y Linebacker sobre Vietnam del Norte. Su efecto sobre la corrupción y la jovenlandesal de lucha de ese modesto país fue como añadir un poco más de uranio para alcanzar la masa crítica.
Simplemente, el campesino, el artesano, el policía…que ve prostituyéndose a su hija al extranjero y a su hijo reclutado en un ejército pelele…no le debe importar mucho que los “malos” ganen la partida.
De hecho, fue un sentimiento constante del soldado americano el desdén y desconfianza del pueblo al que llevaban la libertad con el sacrificio de su sangre.
-El masivo uso de fuerzas helitransportadas. Tenían grandes ventajas tácticas en la guerra moderna, como ataques relámpago en aisladas zonas Charlie en plan Apocalypse Now, rápida evacuación de heridos (Vietnam tuvo uno de los mejores ranking de vidas propias salvadas gracias a eso, en unos minutos el herido era asistido en un moderno hospital de campaña), apoyo inmediato de unidades en apuros, fácil avituallamiento de unidades dispersas, control de zonas de fuego libre…Pero, psicológicamente, para el soldado de a pie tal ventaja tecnológica sólo servía para alejarse rápidamente de la zona caliente una vez terminado “the job”; en total contraposición a la estrategia de todos los tiempos, en la que el soldado conquistaba y mantenía la posición.
Resultado: cuando acababa el party, Mr. Charlie volvía a estar donde estaba, con su “pijama” neցro. Atando corto a las aldeas, base de su supervivencia. La noche pertenecía a Charlie.
-Tampoco ayudaba que el servicio durara un año. Cuando el soldado adquiría la presteza suficiente para sobrevivir y poder ser verdaderamente útil al esfuerzo de guerra…se licenciaba. Era una medida política para no echar más leña al fuego, tal como estaban las cosas en casa.
De hecho, era un milagro que un soldado novato de primera línea sobreviviera los primeros meses. Tenía la odiosa costumbre de llamar a la parca del modo más orate: no seguían escrupulosamente los pasos de los primeros en una fila india, rodeando caprichosamente la senda alrededor de un tronco caído para caer en una trampa punji untada de excrementos o pisar una mina para volar media sección; no llevaban llenas de agua las cantimploras, para hacer así más ruido; podían encenderse un pitillo inopinadamente; abrían la puerta de una cabaña como si entraran en su casa; se quedaban paralizados como conejos en el fragor del combate, usaban colonia o loción de afeitado, miraban al enemigo en una emboscada de un modo directo, alertándolo…en fin. Hasta el punto que los veteranos los rehuían literalmente, de un modo supersticioso. Lo que en un ejército válido (y en una empresa) forma su columna vertebral, el valor de la experiencia, aquí no servía para nada. Permaneciendo el veterano sus dos últimos meses en un iluminado limbo, ajeno a todo lo que no fuera salvar su ojo ciego.
Curiosamente, también se dio esta falta de solidaridad con los novatos entre las tropas americanas de la II GM. No así entre las alemanas.
Los veteranos obligaban a los novatos a realizar una "iniciación", prácticas ciertamente horripilantes para endurecerlos y que así fueran útiles en caso de crisis. Por ejemplo, el novato tenía que patear constantemente la cabeza de un vietcong muerto hasta esparcir sus sesos, mientras vomitaba incontroladamente. Sólo una vez pasadas estas “pruebas” los veteranos podían confiar sus culos al novato, sabiendo que se había curtido “por dentro” para afrontar una situación real de combate.
"La mirada de las mil yardas" o mirada de los mil metros, no es algo exclusivo de Vietnam, pero la expresión se hizo más notoria allí.
Los casos de automutilaciones también fueron alarmantes. Durante el sitio de Khe Sanh (un fallido Dien Bien Phu), muchos marines mantenían un pie fuera de la trinchera durante un bombardeo enemigo para perder el pie y poder conservar la vida.
Esta bisoñez también se aplicaba a los oficiales y mandos, que sólo servían seis meses en lugar de doce, contribuyendo a la desconfianza de la tropa. De hecho, la guerra de Vietnam se diferenció de otros conflictos en el extendido fenómeno "fragging". La expresión deriva del uso de una granada de fragmentación, pero la tropa eliminaba también a oficiales incompetentes o ansiosos de medallas por otros medios. Se estima que fueron unos 800 casos, cifra oficial muy baja para los estudiosos del conflicto. Es de comprender que la mayoría de "fragging" se ejecutaba en el caos del combate, así como que no convenía crear alarmismo ni hacer cundir el ejemplo.
Muchos jóvenes americanos se alistaban en la fuerza submarina –de tres años de prestación- porque “en el mar no está Charlie”.
-En todos los ejércitos se verifica lo que se conoce como “dientes y cola”, fuerzas de primera línea y personal de logística o “emboscados”. Pero en
Vietnam la proporción fue de 1 a 6, muy elevada.
No fue solamente para proveer a un ejército tan sofisticado tecnológicamente y con tal cantidad de medios, sino también para satisfacer necesidades de ocio (de “capricho”, vamos) a las que estaba acostumbrado el joven soldado americano, para aumentar su jovenlandesal (comida sarama, reproductores musicales, bebidas de todo tipo, entretenimiento, tabaco, etc.).
De ahí el show de las “conejitas” descolgándose del helicóptero en Apocalypse Now, con la voz en off del capitán Willard-Martin Sheen reconociendo que Charlie sólo necesitaba un poco de arroz con carne de rata.



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-Cuando el soldado pródigo regresaba al “hogar”, solía encontrarse con un comité de bienvenida acusándolo de malo de niños. Eso no aumentaba especialmente la jovenlandesal de sacrificio por la patria.
Curiosamente, los tripulantes de aviones (cazas y bombarderos) eran considerados más benevolentemente (al contrario que los norviernamitas, para los que no eran más que “piratas”), quizás porque su función en la guerra era más “técnica”: no eran una soldadesca de forzadores sedientos de sangre que incendiaban aldeas con un zippo…a pesar de que eran los que más bajas indiscriminadas producían.
La humanidad es así.
Y no quiero ponerme conspiranoico, pero me cuesta creer que el Pentágono y la clase política no entendieran que no podían ganar esa guerra no declarada: con ese coladero de países colindantes, en ese avispero regentado por abejas reinas como China y la URSS (casi nada), con la experiencia anterior de Corea…Para luchar en las antípodas con un pueblo con un historial temible que había espantado a chinos, japoneses y franceses. Si Vietnam hubiera sufrido una oleada turística alienígena, también la habría tumbado.
La tesis de la conspiración se sustenta en estos dos hechos:
-Como fin inmediato, el complejo industrial-militar e intereses paralelos se hicieron de oro, llevando al colapso la economía.
Sí, perdieron la guerra, pero muchos se forraron.
-Como meta a largo plazo, se socavó el orgullo patrio –blanco- americano como guardián jovenlandesal del mundo civilizado con cierta escala de valores. Ya nada fue igual después de Vietnam.
El “wasp” ya no podía arrogarse el derecho de paladín de la jovenlandesal y las libertades. Ahora podía ser convenientemente moldeado con arreglo a la agenda oculta.
Finalmente, no estaría de más recordar la famosa carta que dirigió Franco al presidente Lyndon B. Johnson. Sintetiza de un modo perfecto la inviabilidad del proyecto yanqui en esas tierras lejanas. Ya lo sabía un gallego de un modesto país situado en el ojo ciego de Europa.





PD: No sé por qué cosa me sale el texto verde y subrayado. Ni siquiera puedo poner espacios...En fin.
 
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Era a ver quien ponia mas pasta..en un pulso que acabo coincidiendo con el fin del oro las crisis del petroleo y una ruina económica que dio el aspecto deprimente a todas las peliculas de la epoca.
Tambien decian que bombardeando una presa se hubiera acabado la guerra..
Temor al efecto domino y al final china invadio Vietnam y vietnam estuvo una decada empantonada en camboya contra los jemeres gente de izquierdas.que a pesar de sus brutalidades seguian recibiendo apoyo chino
 
Esa guerra acabó con la convertibilidad del dólar en oro.

Así hemos ido llegando adonde estamos ahora.
 
Comento ahora que el post original es de hace varios años antes. Pero al intentar recuperarlo me sale esta pifia.

De todos modos, no se va a valorar.
 
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