De todos modos, si alguien me puede confimar o desmentir lo referido a la espada japonesa, se lo agradecería.
La katana no era un arma de guerra, estrictamente hablando. La época dorada de la katana tal y como la conocemos era un arma de duelo, pensaba para infligir graves tajos de carácter fatal. En Europa teníamos el
afilado al vaciado para esos fines. Pero como sea, la katana tenía capacidad de estocar y además de forma muy dura. Simplemente, no era su especialidad.
Por lo demás, pensada para ser un arma de duelo la katana era un arma frágil, tanto por su naturaleza (mucho filo y flexibilidad) como por el material (si las técnicas de forja japonesas eran tan refinadas y rebuscadas era porque el hierro de Japón era de pésima calidad). Las katanas pensadas para la batalla (y por tanto, también los
tachis) eran más "bastos", gruesos y pensados para resistir mejor el rigor de la batalla que los modelos de katana archiconocidos.
Seguramente los japoneses fuesen mucho mejores espadachines (obvio, vivían para la katana), pero la tecnología de los españoles era mucho mejor. Y si llevaban picas; esa es la fin de una armadura de hierro como la del samurai.
Tengo mis dudas. Lo que pasa es que las técnicas de duelo europeas (y por inclusión, las españolas) han permanecido en la sombra mucho tiempo. No estoy seguro de que maestros como Pacheco de Narváez, Jerónimo Sánchez de Carranza, Gerard Thibault o Lórenz de Rada tengan mucho que envidiar a los Iizasa Ienao, Sasaki Kojirō, Makabe Hisamoto o Ittôsai Kagehisa, o al propio Miyamoto Musashi, ya puestos.
El problema está en la rodela y la ropera/daga: cualquier cosa de acero es demasiado para una katana, y la armadura japonesa tiene demasiados huecos, no encaja como una gótica.
La ropera tampoco era principalmente un arma de guerra; la mayoría de los soldados españoles del siglo XVI que podían permitirse una espada - que no eran todos - usaban espadas del tipo
punta y corte, como el
Spadone, o evoluciones de la bracamarte, aunque el cine nos ha vendido la idea de que hasta el más pendejo llevaba una ropera para la guerra.
La combinación de una espada de punta y corte y un broquel, por cierto y en mi experiencia practicando esgrima antigua, es terrorífica.
No en vano el samurai era, más que nada, lancero, pero sin escudo ni rodela. Y llevar una lanza bambú contra una formación de piqueros españoles (estoy casi seguro de que en tierra usaban picas), sin apenas armas de fuego (el arcabuz japonés se suministraba en cantidades irrisorias, y era malo), esa una mala apuesta. Tanto que acabaron huyendo.
Bueno, en realidad los japoneses sí que usaron escudos. Durante las Guerras Civiles de Japón fueron usados cuadros de lanceros con escudos. El hecho de que el samurai dejara de usar escudo se debe principalmente a dos razones: durante el siglo XII hasta el XIV, su arma principal era
el arco y la lanza yari en sus tropecientas variantes (pensaba para usarse muchas veces a dos manos).
Llegados el siglo XVII, y sin apenas guerras, convertido el kenjutsu en un arte de duelo más que de guerra, el escudo (como la armadura), dejan de ser relevantes y desaparecen.