Este paranormal no mucho. Finales de los 90, primeros años de este siglo. Regreso de correr y me tumbo en la terraza, entresuelo interior, sudando, me quedo mirando las estrellas en la oscuridad de la noche. Supongo cerca de las 23 pasadas. Al cabo de un rato, cuatro puntos con la luminosidad de una estrella, justo sobre mi, formando una forma similar a la constelación del Cisne se empiezan a mover -digamos que la cruz, sin la estrella central y lateralmente-. Me incorporo, parece un objeto que se aleja. Ningún ruido, no parece a gran altura. Al perderlo de vista entre los bloques vecinos, bajé hasta a la calle.
Este si más paranormal, y aunque después de la fin de alguien cercano sensaciones de presencia no faltan en los momentos de tristeza y depresión, uno me quedo fijado. A los cien días de fallecida mi progenitora. De regreso del trabajo, me quedé dormido en el sofá, mediodía. Me despertó la sensación de un beso en la cabeza y mientras abría los ojos, como una instantánea de mi progenitora mirándome apacible y sonriente saliendo por la puerta de esa terraza iluminada.
Justo días antes de fallecer sombras pequeñas y rápidas como de animales pequeños, no directamente, en la periferia de la visión. Un par de veces. Sensación intensa de tensión la última noche con vida de mi progenitora que se podría explicar con colores. Por aquella época meditaba, dejé de hacerlo. Y encima en la 2 recuerdo daban un documental sobre la fin...la fruta tragicomedia de la vida.
Y hace nada, unos meses, invierno. El hombre que salió de la nada y segundos después no observe yendo al trabajo en bici todo amado. Capucha, chaqueta, ropa oscura no vi la cara. Pero este tiene más pinta de ser una carambola de árboles que me quitaron la visión, aunque allí sólo había cemento, y las porterías estaban a varios metros y no se escucharon puertas. Paré unos 15 metros después, y di la vuelta. También hora casi bruja, 23 casi las 0.
Y salvo un par de alucinaciones por fiebre y sensaciones por lo mismo, sólo unos cuantos sueños curiosos, ahora sí, nada más.
Edito, para añadir, que releyendo comentarios, rescato de la memoria quizás alguna cosilla más relacionada con perdidas, de mi tía en la primera década de este siglo, la gata, y alguna de pensamiento mágico infantil de prever algo con la sensación de anticiparme microsegundos. Pero todas fácilmente atribuibles a un estado de perdida o de apego a un objeto. Ah, y esto si varias veces, en la adolescencia las típicas parálisis del sueño, que supongo que al que más o que menos les habrá sucedido y parecen auténticas entidades @n_flamel, aunque tengan una explicación científica. Y ya no me atrevo a decir todo, seguro algo que se me escapará del tintero. Buen hilo.
Y esta es graciosa, y ahora que pienso puede que la más paranormal, ya que no salíamos de un sueño...pero sucedió, y estábamos los dos; mi pareja y yo. Mi crio con un mes y poco, tuvo una risa de auténtico viejo cuando estaba en la cama sólo. Sólo sucedió esa vez.
Este si más paranormal, y aunque después de la fin de alguien cercano sensaciones de presencia no faltan en los momentos de tristeza y depresión, uno me quedo fijado. A los cien días de fallecida mi progenitora. De regreso del trabajo, me quedé dormido en el sofá, mediodía. Me despertó la sensación de un beso en la cabeza y mientras abría los ojos, como una instantánea de mi progenitora mirándome apacible y sonriente saliendo por la puerta de esa terraza iluminada.
Justo días antes de fallecer sombras pequeñas y rápidas como de animales pequeños, no directamente, en la periferia de la visión. Un par de veces. Sensación intensa de tensión la última noche con vida de mi progenitora que se podría explicar con colores. Por aquella época meditaba, dejé de hacerlo. Y encima en la 2 recuerdo daban un documental sobre la fin...la fruta tragicomedia de la vida.
Y hace nada, unos meses, invierno. El hombre que salió de la nada y segundos después no observe yendo al trabajo en bici todo amado. Capucha, chaqueta, ropa oscura no vi la cara. Pero este tiene más pinta de ser una carambola de árboles que me quitaron la visión, aunque allí sólo había cemento, y las porterías estaban a varios metros y no se escucharon puertas. Paré unos 15 metros después, y di la vuelta. También hora casi bruja, 23 casi las 0.
Y salvo un par de alucinaciones por fiebre y sensaciones por lo mismo, sólo unos cuantos sueños curiosos, ahora sí, nada más.
Edito, para añadir, que releyendo comentarios, rescato de la memoria quizás alguna cosilla más relacionada con perdidas, de mi tía en la primera década de este siglo, la gata, y alguna de pensamiento mágico infantil de prever algo con la sensación de anticiparme microsegundos. Pero todas fácilmente atribuibles a un estado de perdida o de apego a un objeto. Ah, y esto si varias veces, en la adolescencia las típicas parálisis del sueño, que supongo que al que más o que menos les habrá sucedido y parecen auténticas entidades @n_flamel, aunque tengan una explicación científica. Y ya no me atrevo a decir todo, seguro algo que se me escapará del tintero. Buen hilo.
Y esta es graciosa, y ahora que pienso puede que la más paranormal, ya que no salíamos de un sueño...pero sucedió, y estábamos los dos; mi pareja y yo. Mi crio con un mes y poco, tuvo una risa de auténtico viejo cuando estaba en la cama sólo. Sólo sucedió esa vez.
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