Delendaestdomus
Madmaxista
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La verdad me siento muy sencilla al leeros, porque me doy cuenta que quizás no se tanto como pensaba, pero yo he estudiado que la monarquía absoluta en España fui introducida con los borbones, y antes de eso el rey tenía mucho menos poder, especialmente en Aragón, porque era una corona pactista, incluso el justicia de Aragón podía tener más poder de decisión que el propio monarca. Y el carlismo se oponía al liberalismo porque el liberalismo abogaba por la eliminación de los fueros, porque a esos territorios no les afectó los decretos de nueva planta, porque los fueros eran considerados por muchos liberales como algo medieval y anacrónico. El carlismo parece que defendía los valores de los borbones.
En el caso de Aragón, no se puede negar que los fueros eran ultragarantistas PARA NOBLES E HIJODALGOS; las gentes del común no podían recurrir a ningún Justicia (que, por cierto, ya había sido neutralizado como poder autónomo por Felipe II).
El carlismo defendía el orden económico del Antiguo Régimen, que no los privilegios señoriales (por cuya pérdida nadie soltó una lágrima y cuya recuperación no figuraba en ningún programa).
Dicho orden consistía básicamente en que las propiedades se encontraban principalmente en un régimen similar a los mayorazgos: no se podían vender, tras*mitir o embargar; únicamente eran negociables las rentas que generasen, pero no la propiedad en sí. Los grandes propietarios eran los concejos, las instituciones eclesiásticas y la nobleza (los liberales expropiaron sólo a los dos primeros) y estaban arrendadas a colonos con contratos de larga duración (del orden de los cincuenta años) que permitían el desarrollo de un proyecto de vida y de familia por parte del arrendatario, a cambio de unas rentas que solían ser proporcionales a la cosecha (diezmos) y pagaderas en especie en lugar de en metálico.
Con esas rentas se sufragaban escuelas, hospitales, hospicios, sopas bobas, arreglo de caminos y puentes, ... Lo que hogaño llamaríamos seguridad social y obras públicas (la parte del león del gasto en un estado actual). Con ese esquema de propiedad, el gobierno central se ocupaba del ejército, de la política exterior, de los gastos de la propia Corte (y poco más) y los impuestos que recaudaba eran bastante menores que en la actualidad (lo más parecido al actual IVA era una alcabala del uno por ciento; sí, un hermoso 1%). Las cosas se empezaron a torcer con lo del despotismo desilustrado: el gobierno quería meterse en charcas ajenas pero no tenía fondos para hacerlo, pajarracos varios como Floridablanca o Jovellanos ya empezaron a apuntar hacia la desamortización como forma de conseguir dinero para el Leviatán estatal que se estaba empezando a construir (por supuesto, sin afectar a las propiedades de la nobleza de la que eran miembros).
Esto era lo que defendían los carlistas, frente al atraco a mano armada de los liberales que dejó a millones de colonos con una mano delante y la otra detrás, sin hospitales, ni hospicios donde caerse muertos, ni conventos a los que acudir a tomar la sopa boba.
Especialmente dañinas fueron la monetarización de los arrendamientos (el pago en moneda en lugar de en especie sobre lo cosechado, suponía la ruina y el desalojo para los arrendatarios en cuanto llegase una cosecha mala), el servicio militar obligatorio (un impuesto en sangre que privaba a las explotaciones familiares de la mano de obra juvenil especialmente productiva) y el desmantelamiento de toda forma de lo que hoy llamaríamos "estado de bienestar".
Todo ello con la única finalidad de conseguir dinero con el que pagar la deuda pública.
El único efecto positivo de la desamortización tuvo lugar en las ciudades (y eso explica que las ciudades fuesen liberales, mientras que el campo fue mayoritariamente carlista) que vivían constreñidas por cinturones de conventos que les impedían crecer. Una reconversión de los conventos urbanos en solares para viviendas era necesaria; habría tenido sentido asociar las casas resultantes (en régimen de alquiler) a sufragar los gastos de escuelas y hospitales. Pero la única finalidad era sacar pasta rápida para pagar la deuda pública y que salga el Sol por el oeste.