Por lo que sé del personaje, esa frase, dicha en 1944 y a un republicano en el exilio, suena mas bien a "estoy preparando el Plan B por si a los Aliados les da por entrar en España y derrocar a Franco".
Estamos hablando de Juan March. No es que jugara con dos barajas, es que jugaba con tres y además tenía la suya.
aqui hay algo más, se cita un libro dedicado a March:
Un estudio desvela las maquinaciones de Joan March entre 1931 y 1945
www.elperiodicodearagon.com
Cuando España tenía precio
Un estudio desvela las maquinaciones de Joan March entre 1931 y 1945
21·05·05 | 06:05
JOAN MARCH (1931-1945)
N AUTOR:
Pere Ferrer Guasp
EDITORIAL: Cort PAGINAS: 509
PRECIO: 18 u
Gregorio Marañón y Azorín fueron dos de los intelectuales al servicio del empresario y banquero Joan March (Santa Margarita, Mallorca, 1880 - Madrid, 1962), según se desprende de
Joan March, la cara oculta del poder (1931-1945), segunda parte de la investigación del historiador Pere Ferrer (Alaró, Mallorca, 1949), publicada por la editorial Cort en catalán y, próximamente, castellano.
En abril de 1931 y por orden del ministro de Gobernación, March fue detenido por las irregularidades llevadas a cabo por la dictadura de Miguel Primo de Rivera en la concesión al financiero mallorquín del monopolio de tabaco en las plazas africanas de España. Marañón fue el mensajero de March para ofrecer un pacto al Gobierno: la libertad a cambio de que los diarios que controlaba (
El Sol, La Nación, Luz, La Voz ) dejasen de ser hostiles con la proclamada República.
Y Azorín fue uno de sus defensores. En el diario
La Libertad escribió:
"No se puede hacer en un país civilizado lo que se ha hecho con don Juan March. España no es un poblado de Africa". Incluso justificó su huida, tras 17 meses en la guandoca en espera de juicio, previo soborno a un funcionario:
"No estaba legalmente preso y no podía gozar de libertad. ¿Qué Tribunal podrá condenar a ese empleado de prisiones que ha cumplido con su deber?". Ferrer cree que la República se equivocó manteniendo a March tanto tiempo en prisión preventiva, pero destaca el papel servil de Marañón y Azorín, aunque no fueron casos aislados.
LIBROS DE CAJA
El 2002 fue un año de suerte para Ferrer. Cayeron en sus manos los libros de caja de la sociedad March Hermanos, donde se anotaban partidas como las pagadas para sobornar a los agentes que reprimían el contrabando en Mallorca. También incluían apuntes como
"Por pago espías, 100 pesetas". Estos vigilaban la costa para que nadie importunase los desembarcos ilegales.
Casi todo el mundo tenía un precio para March. Al preguntarle por qué no presentaba candidatos a unas elecciones en Baleares, respondió:
"Mi experiencia me ha demostrado que mucho mejor y más barato resulta comprar a los diputados salientes que gastarse el dinero y las energías en candidatos que resultan luego derrotados". Tampoco tenía inconveniente en sufragar a los que estaban en las antípodas de su pensamiento, como los anarquistas del diario
La Tierra, simplemente porque hostigaban al Gobierno republicano.
Durante su encarcelamiento, March ideó un plan para asesinar al presidente del Gobierno, Manuel Azaña, y al ministro de Obras Públicas, Indalecio Prieto, como explica el primero en sus diarios. Todo se supo por un militante de la CNT que fue detenido y ofreció información a cambio de la libertad.
Ferrer ha recopilado datos inéditos y otros dispersos en todo tipo de libros. Así, cita de las memorias de Juan Ignacio Luca de Tena cómo March le dio un cheque en blanco para alquilar el avión
Dragon Rapide con el que Franco se trasladó de Las Palmas al norte de Africa para sublevarse contra la República. El conde Ciano, yerno de Mussolini, también vendió aviones a Franco, pero exigió el pago al contado. De nuevo, el millón de libras esterlinas para comprar 12 aparatos salió de las arcas de March, que luego lo recuperó con creces. March, que vivía en París y disponía de un banco en Londres,
"se convirtió en el banquero de la revuelta", explica Ferrer.
CON AZNAR, CONTRA FRANCO
El financiero era generoso con quien podía serle útil. En el Ministerio de Exteriores se conserva una carta del embajador en Roma en 1939 en la que se informa de que Manuel Aznar, experiodista de
El Sol , nuevo director de
La Vanguardia y abuelo de José María Aznar, pide a March 8.000 libras para cubrir el viaje para informar de la elección del Papa.
Entre las sorprendentes revelaciones del libro también figuran los contactos mantenidos con la clandestina Alianza de Fuerzas Democráticas en 1944, cuando se creía que la victoria aliada podía suponer el final de Franco. Al parecer, March les ofreció un cheque en blanco como ayuda. La desconfianza mutua impidió el acuerdo. Pero ¿por qué March quería conspirar contra Franco? Por la autarquía, que le impedía desarrollar con comodidad sus negocios. "El entendía la política como un instrumento para facilitar la ejecución de sus proyectos mercantiles, no para obstaculizarlos", sentencia Ferrer.