Yo soy lonchafinista por muchas razones, pero sobretodo por
PREVISIÓN.
No tengo padres, o bueno, sí que los tengo pero como si no los tuviera, no son un apoyo económico en aboluto, ni siquiera podría contar con su casa si me quedase sin techo. Y lo mismo debo decir del resto de la familia, cada uno va a su puñetero rollo.
Al no tener un respaldo económico familiar y verte de repente un día en un aprieto... ejeje... hay un chip que se activa y te dice 'una y no más', que los lobos tienen las orejas muy monas pero es mejor no vérselas.
La amenaza de quedarte literalmente en la fruta calle es algo que no todo el mundo tiene. ¿Quién no tiene unos padres que le ayudan, que le podrían dejar su casa, que le pagan la entrada del piso...? Pues yo, yo no tengo eso, y como no lo tengo pues tengo que
PREVENIR las vacas flacas para no dormir entre cartones.
Y esa previsión se tras*forma en colchón económico. Yo no entiendo cómo hay gente que puede vivir teniendo 100€ en la cuenta bancaria a últimos de mes, es que me pongo nervioso de pensarlo. A mí cuando me baja la cuenta de 5.000€ se me ponen los huevones de corbata, y en mi entorno la gente lo flipa con eso, NADIE de mi entorno tiene 5.000€ (quitando un par de personas).
Ser ahorrador me da
seguridad,
tranquilidad y me permite pegarme algún lujo del que disfruto el doble que cualquier consumista. También te evita las deudas, que aunque yo ya la cagué con la cipoteca, a ver cómo huevones te compras un coche si no es con un préstamo de por medio y sus inevitables
intereses.
Por otra parte,
repruebo que me estafen. No compro nada que considere una estafa aunque sea algo de pocos euros o me sobre el dinero para pagarlo. Yo no me estoy dejando el lomo a diario en el curro para que otro se forre a mi costa (no lo hace ni mi jefe por el tipo de empresa que es). Y luego sin embargo soy generoso, me joroba pagar 2€ por una caña en un bar pero si me cobran la caña a 0'30€ termino dejando propina, algo que contradice mis principios pero que me nace de dentro (ellos pelean por sacar adelante su negocio y yo de corazón les ayudo a hacerlo).
También creo que el buen lonchafinista tiende a
optimizar recursos. A mí me hierve la sangre cuando voy a casa de amigos o conocidos y les veo tirar las sobras de la comida o echárselas al perro, ufff... es que me pongo malo; lo mismo con dejarse abierto el grifo o las luces encendidas en habitaciones que no hay nadie, no puedo con eso.
A mí si me sobra comida (rara vez, pero curiosamente hoy me han sobrado unas patatas fritas) la dejo en la nevera y ya veré qué hago con ella. Las patatas fritas se quedan lacias, pues bien, mañana igual pruebo a meterles la batidora a ver qué tal sale el puré. A las malas, en bocata con salsa picante y mayonesa. No las voy a tirar, eso desde luego. Aprovechar esas patatas me evitará hacer gasto en otra comida seguramente más cara.
Luego también pienso que los que optimizamos tanto los recursos tendremos un grave problema con aquello de la edad y el
síndrome de diógenes, porque tenemos siempre una cierta tendencia a guardar todo lo que aún sirve y si nos dan una casa grande la llenamos de cosa que al final no usamos. Yo aún me controlo y de vez en cuando hago serias limpiezas, pero la edad es mu fruta