En México se enseñan dos historias de México mutuamente incompatibles

Debe advertir que lo del video se refiere a la historia de México, no la del Perú-Bolivia. Posiblemente por la distancia geográfica y distintos medios ambientes, sus desarrollos culturales antes de la oleada turística europea fueron totalmente diferentes; es un grave error el generalizar ambas historias.
 
Todo bien, menos esto,

un buen mexicano leyendanegrista o indigenista nunca te reconocerá la dureza o bravura de los españoles,

te dirá que los españoles ganaron gracias a la viruela, que metieron a un neցro infectado de viruela para que todos murieran (si, esta leyenda la escuché varias veces),

que los guerreros águila y jaguar eran como samuráis, que median 1.90 y estaban musculados,

tampoco te reconocerá que el acero era superior a sus armas,
te dirá que el macuahuitl cortaba la cabeza de un caballo de un solo tajo (también esta leyenda es famosa).
Ver archivo adjunto 794178

En resumen, fueron vencidos únicamente por la viruela.

Interesante hilo por parte de todos.
Cuando escapaban en la noche triste no los persiguieron porque estaban demasiado ocupados matando a los que llamaban "colaboracionistas" y estos a su vez eran muchos y muy influyentes y lucharon por sus vidas.

Cuando organizaban la vuelta no hicieron nada porque para entonces toda mesoamérica estaba ya en su contra o a punto de hacerlo.

Cuando todos los pueblos de la laguna estaban en su contra no se rindieron porque eran petulantes.

Pero su ruina fue... ¡la viruela!
 
Cuando escapaban en la noche triste no los persiguieron porque estaban demasiado ocupados matando a los que llamaban "colaboracionistas" y estos a su vez eran muchos y muy influyentes y lucharon por sus vidas.

Cuando organizaban la vuelta no hicieron nada porque para entonces toda mesoamérica estaba ya en su contra o a punto de hacerlo.

Cuando todos los pueblos de la laguna estaban en su contra no se rindieron porque eran petulantes.

Pero su ruina fue... ¡la viruela!
Esa es la historia que les cuentan, viví 7 años en México y era algo que escuchaba casi a diario.
 
Tuvieron piojos al igual que pulgas en la América precolombina; esos bichos, y otros, viajaron con los cazadores siberianos por Bering hacia América. Hay una anécdota escrita por un cronista hispano, de que hubo un pueblo tan pobre en el Tawantinsuyo, que obligado a pagar tributo al Inca solo pudieron presentarle una caña llena de piojos, pues no tenían nada mas que dar.
 
Tuvieron piojos al igual que pulgas en la América precolombina; esos bichos, y otros, viajaron con los cazadores siberianos por Bering hacia América. Hay una anécdota escrita por un cronista hispano, de que hubo un pueblo tan pobre en el Tawantinsuyo, que obligado a pagar tributo al Inca solo pudieron presentarle una caña llena de piojos, pues no tenían nada mas que dar.
Suena mas a burla que a sometimiento
 
Pero volviendo al tema original del hilo, no veo un enfrentamiento actual entre Españolovers vs indigenistas. Creo que la versión del hispanismo está quebrado desde hace mucho, el enfrentamiento esta entre la visión indigenistas vs la del criollismo, o sea la progre contra la académica.
 
No sé cómo van a tomar esto que voy a decir, pero estoy hasta los putísimos huevones de la historia de la conquista de Tenochtitlan. Estoy harto de escuchar sobre Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc y compañía. No soy azteca ni siento la más mínima identificación con esa civilización. El proceso de conquista (más bien formación) del actual México se extendió hasta mediados del siglo XVIII (no sólo duró de 1519 a 1521), y cada región conquistada tiene su propia historia, que no guarda relación con Tenochtitlan. Precisamente en el canal México antes de México hay un video reciente sobre la conquista de Oaxaca, y ésa me interesa mucho más porque yo soy oaxaqueño de nacimiento.
Hay algo que quizá llame tu interés. Hay cosas que no se mencionan en ninguna parte pero que son demasiado significativas y dan que pensar.

Las primeras colonias fueron en Panamá, que es justo el punto más cercano al pacífico y por tanto a lo que ellos llamaban "la especieria". ¿Mera casualidad o sabían lo que hacían?

Cortés desde el mar veía las torres de los templos mayas pero no mostró el más mínimo interés. Su objetivo estaba en otra parte desde el principio. ¿Mera causalidad o sabía que allí solo había las ruinas de una sociedad colapsada hacía siglos y unos habitantes involucionados?

Cortés desde el primer momento les dijo que Don Carlos era el hombre más poderoso del mundo y que el canibalismo y los asesinatos se han terminado. El mayor centro de canibalismo y asesinatos era Tenochtitlán. Por tanto los méxica al oir eso tradujeron "estos tipos sean quienes sean vienen a por nosotros". Y el resto de pueblos tradujeron "esos tipos sean quienes sean van a por los méxica". Y desde el primer momento Cortés dejó claro que iba a Tenochtitlán. ¿Fue mera casualidad que dijera eso o había un proyecto para unificar a los pueblos en una guerra contra los méxica?

No hay datos para poder responder a eso de forma segura. Quizá tenía varios planes alternativos. Pero en una de sus primeras cartas cuando todavía estaba en la costa Cortés dejó claro que a Moctezuma lo iba a capturar. En una carta posterior dijo que esos pueblos iban a unificarse en una provincia llamada "Nueva España". Y también está la cuestión de que desde el primer momento se dedicó a borrarles sus raices.

A diferencia de los ingleses en la india que se dedicaron solo a expoliar y cuando se marcharon la india estaba intacta en su esencia, Cortés no iba como un mero saqueador (aunque eso fuese lo que le vendía a sus hombres para que le siguieran) sino que buscaba cambiar una cultura por otra: hispanizarlos.

Todo esto da que pensar.
 
tampoco te reconocerá que el acero era superior a sus armas

En filo desde luego que no.

La obsidiana es mucho más filosa que el acero. De hecho se utiliza en los bisturís porque el filo de la obsidiana es más delgado y regular que el de una hija de acero.
 
Comparto aquí un artículo sobre la hispanofobia en México:

El repruebo al 'gachupín': un fantasma en la historia de México

El antihispanismo ha estado presente desde hace siglos porque los distintos grupos políticos que han gobernado este país lo han usado para justificar sus fracasos e influir en la sociedad.


marzo 29, 2019 | 4:50 hrs
Arno Burkholder


Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que España y la Santa Sede deberían disculparse por las matanzas ocurridas durante la Conquista de México han despertado viejos rencores que parecían olvidados. Mientras los historiadores y otros expertos enfatizan que la actual nación mexicana es producto de la mezcla de indígenas, españoles, neցros, asiáticos y otros grupos, y por ello una disculpa por parte de la Corona española no tiene ningún sentido, otros sectores insisten en que España cometió un crimen hace cinco siglos y debe responder por sus actos.

En esta polémica ha regresado un viejo fantasma nacional que creíamos que había desaparecido: la hispanofobia, el repruebo a los "gachupines". Los que supuestamente se robaron nuestras riquezas, violaron a nuestras mujeres y nos esclavizaron durante siglos.

Por lo menos durante la primera mitad del siglo XX la palabra gachupín fue usada para insultar a los españoles que vivían en México. La expresión "vamos a coger gachupines" tenía un tono de venganza y de doble sentido. Para el mexicano promedio era extraño recordar que tenía antepasados en la península y no se cuestionaba por el origen de su lenguaje o de su religión.

Desgraciadamente el antihispanismo ha estado presente en México desde hace siglos porque los distintos grupos políticos que gobernaron este país muchas veces lo usaron para justificar sus fracasos y para influir en la sociedad. La hispanofobia nunca ha sido buena para este país y hay que recordarla para evitar que regrese.

Parecería lógico que los primeros que odiaron a los españoles fueron los indígenas luego de la destrucción del Imperio mexica en 1521; pero en realidad esa pugna fue creada por los hijos de peninsulares nacidos en América: los criollos.

Esos novohispanos de tez blanca que al principio no se sentían parte de América ni de Europa buscaron durante los 300 años del Virreinato algo que les diera identidad: para ello recurrieron a la religión católica y especialmente al culto a la Virgen de Guadalupe, pero también se enemistaron con sus antepasados españoles.

El Virreinato fue administrado durante gran parte de su historia por funcionarios venidos de la península, lo que impedía que los criollos pudieran gobernar un territorio que consideraban suyo. Esta molestia creció a partir de la etapa borbónica entre 1700 y 1821, cuando la Corona empezó a cobrar nuevos impuestos y limitó aún más el papel de los criollos en la sociedad novohispana.

Ya en 1794, Fray Servando Teresa de Mier provocó un escándalo en Nueva España al asegurar que el manto de la Virgen de Guadalupe era en realidad la capa del apóstol Santo Tomás que había evangelizado estas tierras luego de ocurrir la Pasión de Cristo. Mier aseguraba que los antiguos indígenas habían sido originalmente cristianos y con esa versión contradecía a la Corona española, que aseguraba que una de las razones de la Conquista fue la evangelización de América.

Cuando Hidalgo se levantó en armas en 1810, una de sus quejas principales fue que los funcionarios peninsulares en América habían traicionado a Fernando VII al entregarle el reino a Napoleón Bonaparte, y pretendían cobrar nuevos tributos. Hidalgo fue muy fiero con los españoles: las matanzas de inocentes en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato y luego en las afueras de Guadalajara fueron vistas por el padre de la patria como una necesidad para liberar a Nueva España.

Su sucesor José María Morelos consideraba que los españoles se habían apoderado de América por medio de las armas y esclavizando a los indígenas. Era necesario apiolar a los gachupines para liberar al nuevo país. Con Morelos surge la idea de que entre las culturas prehispánicas y el México que querían fundar los insurgentes no había distancia, como si los 300 años del Virreinato no hubieran ocurrido.

En 1821 Agustín de Iturbide logró al fin la Independencia mexicana, pero con el objetivo de convertirnos en una monarquía bajo el mando del rey de España Fernando VII. Dos países separados, pero con el mismo monarca. Cuando eso no se logró porque Fernando VII no reconoció la independencia, Iturbide se volvió emperador. Su reino duró poco menos de un año.

La naciente República mexicana heredó este rencor a España porque, además, la península impidió en 1821 que otros países la reconocieran como Estado. México recobró San Juan de Ulúa en 1825, expulsó a españoles que estaban en el país en 1828 y un año después derrotó a una fuerza expedicionaria que pretendía restablecer el Virreinato. El repruebo al español estaba consolidado.

Si bien en 1836 México y España firmaron el Tratado de Santa María-Calatrava, por el cual las dos naciones se reconciliaban y todos los crímenes del pasado quedaban olvidados, la verdad es que el rencor al español se mantuvo durante el siglo XIX.

Una de sus razones estuvo en la lucha ideológica que vivió México en esos años entre el Partido Liberal y el Partido Conservador. Los liberales insistían en que era necesario modernizar a México, convertirlo en una democracia, tras*formar su economía y acabar con el poder que tenían el Ejército y la Iglesia Católica. Los conservadores en cambio creían que México debía rescatar lo mejor que había tenido durante el Virreinato: una economía cerrada y basada en la minería y un ejército fuerte; el Estado debía proteger a la Iglesia. Los liberales creían que el futuro estaba en Estados Unidos, los conservadores pensaban que lo mejor de México estaba en España. Eso, más el reconocimiento español al Imperio de Maximiliano, provocó que el rencor a los españoles creciera cada vez más.

El Porfiriato se esforzó en mantener buenas relaciones con España. En las fiestas del Centenario de la Independencia en 1910 España fue el invitado más importante. Don Porfirio creía que era necesario que las dos naciones se reconciliaran y por eso uno de los momentos estelares de esos festejos fue la recreación del encuentro entre Cortés y Moctezuma como una forma de simbolizar una nueva etapa para los dos países. España, por su parte y como un gesto de buena voluntad, devolvió el uniforme de generalísimo que usaba José María Morelos.

Sin embargo, la Revolución volvió a separar a los dos países. España estaba preocupada porque los revolucionarios destruían las propiedades de sus connacionales y los españoles otra vez eran vistos con desprecio, especialmente los que se dedicaban a administrar haciendas.

Durante la tercera década del siglo XX el antihispanismo tomó fuerza porque se le identificaba con el conservadurismo religioso. Mientras el gobierno mexicano abría las puertas del país a la República Española con tendencia de izquierda, otros grupos se identificaban con el movimiento franquista por su carácter hispano y católico. Esos grupos tuvieron un papel importante en la fundación de la Unión Nacional Sinarquista y luego en el Partido Acción Nacional.

Desde los años 40 y hasta finales de los 70 el hispanismo era visto como un resabio del conservadurismo mexicano que se oponía al progreso del país. Fue hasta la fin de Franco y la restauración de la monarquía que mejoraron las relaciones entre México y España.

Ya durante los años 90 la imagen de España en México fue muy positiva porque representaba al futuro: los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, su crecimiento económico, su liderazgo en América Latina y su ejemplo de una nación que había pasado de una dictadura a una democracia parlamentaria eran muy apreciadas en nuestro país y el resto del continente.

Sin embargo, en esos años también creció un neoindigenismo que consideraba que así como era necesario "resistir" al poder del mercado que había desatado el neoliberalismo, también había que recordar las ofensas que los pueblos indígenas habían sufrido siglos atrás. La Conquista de México volvió a ser vista como una agresión que ahora sufrían aquellos grupos que eran subyugados por las trasnacionales.

Eso nos trae a nuestro tiempo, en el que el presidente López Obrador considera que España debería disculparse con México por lo ocurrido entre 1519 y 1521. Parecía una polémica resuelta hace años, pero hoy ha revivido. Tenemos que recordar nuestra hispanofobia para evitar que crezca. México es una nación mestiza y sólo comprender nuestro pasado nos ayudará a construirnos un buen futuro.

Fuente: El repruebo al 'gachupín': un fantasma en la historia de México
 
Comparto aquí un artículo sobre la hispanofobia en México:

El repruebo al 'gachupín': un fantasma en la historia de México

El antihispanismo ha estado presente desde hace siglos porque los distintos grupos políticos que han gobernado este país lo han usado para justificar sus fracasos e influir en la sociedad.


marzo 29, 2019 | 4:50 hrs
Arno Burkholder


Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que España y la Santa Sede deberían disculparse por las matanzas ocurridas durante la Conquista de México han despertado viejos rencores que parecían olvidados. Mientras los historiadores y otros expertos enfatizan que la actual nación mexicana es producto de la mezcla de indígenas, españoles, neցros, asiáticos y otros grupos, y por ello una disculpa por parte de la Corona española no tiene ningún sentido, otros sectores insisten en que España cometió un crimen hace cinco siglos y debe responder por sus actos.

En esta polémica ha regresado un viejo fantasma nacional que creíamos que había desaparecido: la hispanofobia, el repruebo a los "gachupines". Los que supuestamente se robaron nuestras riquezas, violaron a nuestras mujeres y nos esclavizaron durante siglos.

Por lo menos durante la primera mitad del siglo XX la palabra gachupín fue usada para insultar a los españoles que vivían en México. La expresión "vamos a coger gachupines" tenía un tono de venganza y de doble sentido. Para el mexicano promedio era extraño recordar que tenía antepasados en la península y no se cuestionaba por el origen de su lenguaje o de su religión.

Desgraciadamente el antihispanismo ha estado presente en México desde hace siglos porque los distintos grupos políticos que gobernaron este país muchas veces lo usaron para justificar sus fracasos y para influir en la sociedad. La hispanofobia nunca ha sido buena para este país y hay que recordarla para evitar que regrese.

Parecería lógico que los primeros que odiaron a los españoles fueron los indígenas luego de la destrucción del Imperio mexica en 1521; pero en realidad esa pugna fue creada por los hijos de peninsulares nacidos en América: los criollos.

Esos novohispanos de tez blanca que al principio no se sentían parte de América ni de Europa buscaron durante los 300 años del Virreinato algo que les diera identidad: para ello recurrieron a la religión católica y especialmente al culto a la Virgen de Guadalupe, pero también se enemistaron con sus antepasados españoles.

El Virreinato fue administrado durante gran parte de su historia por funcionarios venidos de la península, lo que impedía que los criollos pudieran gobernar un territorio que consideraban suyo. Esta molestia creció a partir de la etapa borbónica entre 1700 y 1821, cuando la Corona empezó a cobrar nuevos impuestos y limitó aún más el papel de los criollos en la sociedad novohispana.

Ya en 1794, Fray Servando Teresa de Mier provocó un escándalo en Nueva España al asegurar que el manto de la Virgen de Guadalupe era en realidad la capa del apóstol Santo Tomás que había evangelizado estas tierras luego de ocurrir la Pasión de Cristo. Mier aseguraba que los antiguos indígenas habían sido originalmente cristianos y con esa versión contradecía a la Corona española, que aseguraba que una de las razones de la Conquista fue la evangelización de América.

Cuando Hidalgo se levantó en armas en 1810, una de sus quejas principales fue que los funcionarios peninsulares en América habían traicionado a Fernando VII al entregarle el reino a Napoleón Bonaparte, y pretendían cobrar nuevos tributos. Hidalgo fue muy fiero con los españoles: las matanzas de inocentes en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato y luego en las afueras de Guadalajara fueron vistas por el padre de la patria como una necesidad para liberar a Nueva España.

Su sucesor José María Morelos consideraba que los españoles se habían apoderado de América por medio de las armas y esclavizando a los indígenas. Era necesario apiolar a los gachupines para liberar al nuevo país. Con Morelos surge la idea de que entre las culturas prehispánicas y el México que querían fundar los insurgentes no había distancia, como si los 300 años del Virreinato no hubieran ocurrido.

En 1821 Agustín de Iturbide logró al fin la Independencia mexicana, pero con el objetivo de convertirnos en una monarquía bajo el mando del rey de España Fernando VII. Dos países separados, pero con el mismo monarca. Cuando eso no se logró porque Fernando VII no reconoció la independencia, Iturbide se volvió emperador. Su reino duró poco menos de un año.

La naciente República mexicana heredó este rencor a España porque, además, la península impidió en 1821 que otros países la reconocieran como Estado. México recobró San Juan de Ulúa en 1825, expulsó a españoles que estaban en el país en 1828 y un año después derrotó a una fuerza expedicionaria que pretendía restablecer el Virreinato. El repruebo al español estaba consolidado.

Si bien en 1836 México y España firmaron el Tratado de Santa María-Calatrava, por el cual las dos naciones se reconciliaban y todos los crímenes del pasado quedaban olvidados, la verdad es que el rencor al español se mantuvo durante el siglo XIX.

Una de sus razones estuvo en la lucha ideológica que vivió México en esos años entre el Partido Liberal y el Partido Conservador. Los liberales insistían en que era necesario modernizar a México, convertirlo en una democracia, tras*formar su economía y acabar con el poder que tenían el Ejército y la Iglesia Católica. Los conservadores en cambio creían que México debía rescatar lo mejor que había tenido durante el Virreinato: una economía cerrada y basada en la minería y un ejército fuerte; el Estado debía proteger a la Iglesia. Los liberales creían que el futuro estaba en Estados Unidos, los conservadores pensaban que lo mejor de México estaba en España. Eso, más el reconocimiento español al Imperio de Maximiliano, provocó que el rencor a los españoles creciera cada vez más.

El Porfiriato se esforzó en mantener buenas relaciones con España. En las fiestas del Centenario de la Independencia en 1910 España fue el invitado más importante. Don Porfirio creía que era necesario que las dos naciones se reconciliaran y por eso uno de los momentos estelares de esos festejos fue la recreación del encuentro entre Cortés y Moctezuma como una forma de simbolizar una nueva etapa para los dos países. España, por su parte y como un gesto de buena voluntad, devolvió el uniforme de generalísimo que usaba José María Morelos.

Sin embargo, la Revolución volvió a separar a los dos países. España estaba preocupada porque los revolucionarios destruían las propiedades de sus connacionales y los españoles otra vez eran vistos con desprecio, especialmente los que se dedicaban a administrar haciendas.

Durante la tercera década del siglo XX el antihispanismo tomó fuerza porque se le identificaba con el conservadurismo religioso. Mientras el gobierno mexicano abría las puertas del país a la República Española con tendencia de izquierda, otros grupos se identificaban con el movimiento franquista por su carácter hispano y católico. Esos grupos tuvieron un papel importante en la fundación de la Unión Nacional Sinarquista y luego en el Partido Acción Nacional.

Desde los años 40 y hasta finales de los 70 el hispanismo era visto como un resabio del conservadurismo mexicano que se oponía al progreso del país. Fue hasta la fin de Franco y la restauración de la monarquía que mejoraron las relaciones entre México y España.

Ya durante los años 90 la imagen de España en México fue muy positiva porque representaba al futuro: los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, su crecimiento económico, su liderazgo en América Latina y su ejemplo de una nación que había pasado de una dictadura a una democracia parlamentaria eran muy apreciadas en nuestro país y el resto del continente.

Sin embargo, en esos años también creció un neoindigenismo que consideraba que así como era necesario "resistir" al poder del mercado que había desatado el neoliberalismo, también había que recordar las ofensas que los pueblos indígenas habían sufrido siglos atrás. La Conquista de México volvió a ser vista como una agresión que ahora sufrían aquellos grupos que eran subyugados por las trasnacionales.

Eso nos trae a nuestro tiempo, en el que el presidente López Obrador considera que España debería disculparse con México por lo ocurrido entre 1519 y 1521. Parecía una polémica resuelta hace años, pero hoy ha revivido. Tenemos que recordar nuestra hispanofobia para evitar que crezca. México es una nación mestiza y sólo comprender nuestro pasado nos ayudará a construirnos un buen futuro.

Fuente: El repruebo al 'gachupín': un fantasma en la historia de México
La pregunta no es donde se origina, la pregunta es por qué la gente común lo acepta.

Mi psicología de garrafón es que la vida de esa gente es una fruta cosa y necesitan culpar a alguien.

Cuando tu vida es una cosa porque no sirves ni para irte a tomar por ojo ciego, cuando eres un esperpento con rasgos grotescos y absurdos, cuando cada vez que has intentado enderezar tu vida has terminado peor que antes, obviamente estás en problemas y tienes que hacer algo. ¿La solución? Culpar a otros.

Mejor aún: situar el problema donde nada puede hacerse. Porque así ya no tendrás que hacer nada: ya no tendrás ni que intentarlo.

En la película Memento el protagonista vive atrapado en una tragedia sin salida. Y la solución que se le ocurre es dejar a un lado la verdad, vivir en la farsa y convertir su vida en un sueño. Tampoco está tan loco: hay incluso lógica en lo que hace.
 
No sé cómo van a tomar esto que voy a decir, pero estoy hasta los putísimos huevones de la historia de la conquista de Tenochtitlan. Estoy harto de escuchar sobre Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc y compañía. No soy azteca ni siento la más mínima identificación con esa civilización. El proceso de conquista (más bien formación) del actual México se extendió hasta mediados del siglo XVIII (no sólo duró de 1519 a 1521), y cada región conquistada tiene su propia historia, que no guarda relación con Tenochtitlan. Precisamente en el canal México antes de México hay un video reciente sobre la conquista de Oaxaca, y ésa me interesa mucho más porque yo soy oaxaqueño de nacimiento.
He estado leyendo. Y tu país empezó a ser formado después de la noche triste.

Cortés estaba escribiendo la carta donde hablaba de unificar a los pueblos en un país llamado Nueva España cuando llegaron enviados de Quahuquechollan a quejarse de los abusos méxicas. Cortés decidió mandar españoles, tlaxcaltecas, cholultecas y huejotzingos a la lucha. Pero había demasiados guerreros y tenían un entusiasmo que no podía describirse con palabras. Los españoles sospecharon una trampa y suspendieron la operación hasta haberlo investigado.

Resulta que no había trampa ninguna. Simplemente tenían tal repruebo a los méxica y tal voluntad de destruirlos que los españoles se quedaron desconcertados. Cuando empezó la batalla el asalto fue tan rápido y la matanza se hizo con tanta furia que Cortés tuvo que esforzarse mucho en contenerlos y solo logró tomar un prisionero. Se enteró por el prisionero que los méxicas envian embajadores a todas partes pidiendo que les ayuden en la guerra. Y en todas partes o los rechazan ("sabemos lo farsantes y maliciosos que sois los méxicas") o les dan largas o les cortan la cabeza sin escucharlos. Se enteró que a los que saben negociar los han apiolado porque se oponían a la guerra. Y a los que saben dirigir la guerra los han apiolado porque se oponían a la guerra. El resultado es que justo cuando más falta les hacía tener un cuerpo de diplomáticos y capitanes capaces no los tienen porque ellos mismos los han apiolado.

Poco después de eso empezó una caravana de emisarios a ofrecer su amistad y algunos venían directamente a hacer el juramento de lealtad a la corona española. Venían desde todas partes incluyendo Oaxaca.
 
Cuando escapaban en la noche triste no los persiguieron porque estaban demasiado ocupados matando a los que llamaban "colaboracionistas" y estos a su vez eran muchos y muy influyentes y lucharon por sus vidas.

Cuando organizaban la vuelta no hicieron nada porque para entonces toda mesoamérica estaba ya en su contra o a punto de hacerlo.

Cuando todos los pueblos de la laguna estaban en su contra no se rindieron porque eran petulantes.

Pero su ruina fue... ¡la viruela!
Claro , por eso Xochimilco , y toda la zona del tepanecan resistió la primer ofensiva de Cortes , cuando subió en su regreso desde cuahuanahuac , en Xochimilco se libro una furiosa batalla que duro 4 días , ahí los indios usaron lanzas largas con espadas españolas en las puntas para apiolar a los caballos , lograron detener varias cargas de los jinetes de Cortes , en una de estas el mismo Cortes estuvo a punto de ser capturado ... pero ya se lo que dirás , que estoy exagerando demasiado , que los indios pelearon por miedo a los mexicas , y que Cortes los trataba con el pétalo de una flor ... Por cierto ya que hablas de los pueblos de Oaxaca , existe entre la tradición oral mixe una historia al respecto:

En 1952 el dr. Alejandro Sánchez Castro público una historia antigua narrada por algunos sacerdotes mixes recopilada por el señor Juan Nepomuceno Cruz de la comunidad de calcotepec :

"Pacayam Pax salió con rumbo a Aztlan con 230 hombres para auxiliar al rey de Aztlan , que estaba sitiado en su ciudad .A pesar de que habían tenido luchas con los de Aztlan , decían que estos tenían razón en defender sus tierras y sus riquezas , así como ellos defendían también sus tierras conquistadas ;que los blancos se adueñaban de las mujeres y de los niños y de las riquezas y que quemaban a los prisioneros . Yovegami se traslado a la región de los tarascomi para tratar con el rey Zacapu Zaharan la ayuda que debían dar a los de Aztlan . El rey Zacapu se disgustó y los rechazo y trato de romper la alianza que tenían con nosotros , pues el rey tarascomi decía que su dios curivemi había anunciado el fin de Aztlan .Cuando nuestro rey regreso a tlaxcalcin dio a conocer las gestiones , pero ya nuestros jefes del norte con los chontic caminaban hacia Aztlan ;llegaron a ahuet , donde recibieron la noticia de que el rey de Aztlan había caído prisionero y llevado al fuego ; esto lo comunicaron algunos guerreros que habían sido testigos presenciales .Nuestro pueblo rindió tributo y homenaje al rey de Aztlan por ser valiente y por no haber entregado los templos y las riquezas de la tierra de Aztlan y de los demás pueblos. . El consejo reunio al pueblo y se hicieron cultos en honor al rey de Aztlan , y se estableció para siempre una danza con plumajes y escenas de la guerra ."

En 1525 los españoles llegaron a los señoríos mixes , iban acompañados por aliados indígenas , según los relatos mixes , estos : "en esta lucha se voltearon contra los blancos, la lucha fue terrible , y la victoria fue nuestra , y nuestros dioses no nos abandonaron. "
En esas últimas líneas se hace referencia a las primeras derrotas que sufrieron las tropas al mando de Sandoval cuando incursionaron en las tierras mixes de jaltepec .
 
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