Nefersen
Nuncio Apostólico
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Gracias por avisar, Aletheia. Sólo me quedan tres posts pendientes para dar por completa la presentación de la hipótesis. A pesar de mi tono a veces demasiado agresivo o apasionado, de verdad que valoro mucho tus aportaciones y contraargumentos. Avanzo el siguiente post donde no creo que haya demasiada controversia, pues sólo viene a apoyar sobre las cosas que ya he dicho. Esperaré a tu comentario para postear el siguiente. Un saludo.
TERCER POST PAULINO
EL NUEVO ADÁN
Antes de pasar a la gloria del Mesías, quiero detenerme en traserilizar la misión sálvica de Jesús conforme a Pablo. Su teología lo describe como un Segundo Adán, un concepto que vemos plantearse por primera vez en los escritos traserilizados.
ROMANOS 5
14 No obstante, reinó la gloria desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Siendo Adán “figura” del que había de venir, es claro que Jesús es “hecho” por Dios -tal como fue creado Adán-, y no como un simple descendiente de Hombre, como los humanos comunes. Esto explica que pueda ser la contraparte teológica perfecta para Adan, y que puede limpiar del pecado que aquél cometió.
Hago notar que Dios crea a Adán en el Génesis, "y lo crea Hombre y muyer". Así que no es necesario una muyer Jesusa salve a las muyeres. En Jesús se salvan todos los hombres y todas las muyeres, pues su cuerpo es "figura" de Adán, es decir, que es igualmente "creado hombre y muyer" - al menos a efectos sálvicos-. De hecho, cuando la Iglesia acepta a hombres y a muyeres como "consustanciales con el cuerpo de Cristo", está aportando esta cualidad universal y omnisenual a su Arquetipo Alegórico.
Esto explica también que Jesús no tenga compañera, y qué, cuando a Pablo se le recrimina por llevar consigo a una muyer, se excusa en lo que hace Cephas o Apollos, pero se olvida de referirse al rabino como ejemplo de vida. Así que "ése que dice imitar", no es imitado en esto tan importante. ¿Extraño? No. Revelador de que, para Pablo, el descendiente está claramente en un plano superior de la realidad muy diferente del suyo (mortal y en la carne del pecado), y no aplican estas comparaciones con el Señor.
ROMANOS 5
17 Pues si por la transgresión de uno solo (Adán) reinó la gloria, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Argumento teológico para asegurar que el sacrificio de Uno basta para salvarnos a todos, dado que el pecado de Uno (que trajo la gloria) fue causa de un solo Hombre Arquetípico, y así, el sacrificio de otro Uno, salva a todos.
Esto sólo es verdad, si Jesús reúne el mismo carácter especial de Adán, que no es cualquier Hombre, sino uno creado por Dios a su Imagen y Semejanza, como Hombre y muyer. De ahí que el apóstol lo señalase anteriormente, para despejar esa duda.
ROMANOS 6
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre (Adán) fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
El cuerpo del viejo hombre (la carne), es crucificada juntamente con Jesús. La alegoría que aplica para Adán -entendiendo la carne humana como parte suya-, es la misma que extiende para Jesús, entendiendo que su cuerpo es la propia Iglesia como unidad de los fieles. (Espero que Aletheia no establezca una de sus lecturas literales, y deduzca de este pasaje que Adán fue crucificado por los romanos al mismo tiempo que Jesús).
En el mismo estilo alegórico, el apóstol entiende que:
ROMANOS 5
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos descendientes de Dios. 17 Y si descendientes, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu –y no, un rabino galileo- de que somos descendientes de Dios. Y como descendientes, padecemos juntamente con él para ser glorificados. Creo que es tan obvia la alegoría entre el cuerpo de Cristo como los propios fieles, que es innecesario comentarla. Para Pablo, Cristo es la Iglesia, y la Iglesia es Cristo. La crucifixión del señor no es sino una clara alegoría a la crucifixión de la carne –una norma de contención jovenlandesal, muy en la tradición estoica, que poéticamente expresa por medio de la crucifixión del descendiente, en un plano de referencias claramente teológicas, y no como referencia a hechos históricos-.
Como veremos, la reflexión sobre Adán (y de Jesús como su complemento teológico), no es aislada. Volvemos a encontrarla como piedra fundacional de la resurrección:
1 CORINTIOS 15
21 Porque por cuanto la gloria entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los perecidos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la gloria.
En este pasaje, de nuevo, la resurrección no es un hecho que haya ocurrido por la maldad de Pilatos, sino un hecho predestinado por Dios para que todos sean vivificados. Y todo ello, para que se cumpla el pasaje de Isaías referido al Mesías: “Que ponga todos sus enemigos bajo sus pies”, y, entre ellos, la gloria -o sea, el Diablo, según Hebreos.
Como es posible observar, la misión de Jesús no tiene nada que ver con haber predicado nada, o por ser crucificado accidentalemente por los romanos. Se fundamenta en que Adán cometió un pecado que condenaba a su descendencia a la gloria, mientras que ahora, Dios, por medio de su descendiente, produce el milagro de salvar y redimir a la simiente de Adán con la creación de un nuevo descendiente que es parte consustancial con la Iglesia de sus fieles, que comparten su cuerpo y, por tanto, son herederos de la vida eterna.
Imaginar que toda esta compleja teología se elabora sobre los datos difusos de una biografía acerca de un rabino galileo contemporaneo, y que todo se haya desarrollado como dogma compartido en tan solo 10 años, es una hipótesis tan descabellada como suponer que los fans de Michael Jackson no sólo sostengan que no murió, sino que emana de una Fuerza sobrenatural del Universo que lo envío para redimirnos del Pecado contraído por Mozart. Un hipótesis contra-natura, y contra toda evidencia textual o histórica de estos procesos.
Es indiscutible que, en este aspecto, como en todos, Jesús es una unidad indisoluble con las profecías y lecturas midrásicas sobre el Mesías de Isaías, y que sólo emana de estos textos que le dan forma y sentido teológico al descendiente en base a ellos. Y que no hay ningún patrón biográfico al que se haga referencia fuera de éstas citas exegéticas -muy localizadas- o fuera de las conclusiones teológicas que se producen de manera autónoma y ajena a ninguna referencia biográfica a un ser humano real. El rabino galileo, no es sólo innecesario para argumentar de este modo, sino que es bastante inconveniente. Por eso, no me extraña nada que NO APAREZCA por ningún lado.
Tardíamente, en la parábola exotérica de Marcos, habrá varias menciones a esta teología. La más llamativa, el lugar donde se sacrifica a Jesús, llamado “el lugar de la Calavera”. Lo que parece un detalle anecdótico o costumbrista, no es tal. Esa calavera no es otra que la de Adán, que la tradición sitúa bajo el Calvario. De ese modo, la sangre de Cristo cae sobre ella limpiando su pecado, y haciendo que el Hombre (Adán) resucite de la gloria (que simboliza la calavera).
Conclusión:
Para Pablo el descendiente es hecho como un Nuevo Adán. Si por el pecado del primero recibimos la gloria, por el sacrificio del Segundo recibimos la Vida eterna, pues la crucifixión de la carne del Viejo Hombre (Adán) nos salva a todos los fieles que compartimos su cuerpo espiritual, por el proceso de “la adopción de descendientes” (e Hijas).
TERCER POST PAULINO
EL NUEVO ADÁN

Antes de pasar a la gloria del Mesías, quiero detenerme en traserilizar la misión sálvica de Jesús conforme a Pablo. Su teología lo describe como un Segundo Adán, un concepto que vemos plantearse por primera vez en los escritos traserilizados.
ROMANOS 5
14 No obstante, reinó la gloria desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Siendo Adán “figura” del que había de venir, es claro que Jesús es “hecho” por Dios -tal como fue creado Adán-, y no como un simple descendiente de Hombre, como los humanos comunes. Esto explica que pueda ser la contraparte teológica perfecta para Adan, y que puede limpiar del pecado que aquél cometió.
Hago notar que Dios crea a Adán en el Génesis, "y lo crea Hombre y muyer". Así que no es necesario una muyer Jesusa salve a las muyeres. En Jesús se salvan todos los hombres y todas las muyeres, pues su cuerpo es "figura" de Adán, es decir, que es igualmente "creado hombre y muyer" - al menos a efectos sálvicos-. De hecho, cuando la Iglesia acepta a hombres y a muyeres como "consustanciales con el cuerpo de Cristo", está aportando esta cualidad universal y omnisenual a su Arquetipo Alegórico.
Esto explica también que Jesús no tenga compañera, y qué, cuando a Pablo se le recrimina por llevar consigo a una muyer, se excusa en lo que hace Cephas o Apollos, pero se olvida de referirse al rabino como ejemplo de vida. Así que "ése que dice imitar", no es imitado en esto tan importante. ¿Extraño? No. Revelador de que, para Pablo, el descendiente está claramente en un plano superior de la realidad muy diferente del suyo (mortal y en la carne del pecado), y no aplican estas comparaciones con el Señor.
ROMANOS 5
17 Pues si por la transgresión de uno solo (Adán) reinó la gloria, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Argumento teológico para asegurar que el sacrificio de Uno basta para salvarnos a todos, dado que el pecado de Uno (que trajo la gloria) fue causa de un solo Hombre Arquetípico, y así, el sacrificio de otro Uno, salva a todos.
Esto sólo es verdad, si Jesús reúne el mismo carácter especial de Adán, que no es cualquier Hombre, sino uno creado por Dios a su Imagen y Semejanza, como Hombre y muyer. De ahí que el apóstol lo señalase anteriormente, para despejar esa duda.
ROMANOS 6
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre (Adán) fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
El cuerpo del viejo hombre (la carne), es crucificada juntamente con Jesús. La alegoría que aplica para Adán -entendiendo la carne humana como parte suya-, es la misma que extiende para Jesús, entendiendo que su cuerpo es la propia Iglesia como unidad de los fieles. (Espero que Aletheia no establezca una de sus lecturas literales, y deduzca de este pasaje que Adán fue crucificado por los romanos al mismo tiempo que Jesús).
En el mismo estilo alegórico, el apóstol entiende que:
ROMANOS 5
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos descendientes de Dios. 17 Y si descendientes, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu –y no, un rabino galileo- de que somos descendientes de Dios. Y como descendientes, padecemos juntamente con él para ser glorificados. Creo que es tan obvia la alegoría entre el cuerpo de Cristo como los propios fieles, que es innecesario comentarla. Para Pablo, Cristo es la Iglesia, y la Iglesia es Cristo. La crucifixión del señor no es sino una clara alegoría a la crucifixión de la carne –una norma de contención jovenlandesal, muy en la tradición estoica, que poéticamente expresa por medio de la crucifixión del descendiente, en un plano de referencias claramente teológicas, y no como referencia a hechos históricos-.
Como veremos, la reflexión sobre Adán (y de Jesús como su complemento teológico), no es aislada. Volvemos a encontrarla como piedra fundacional de la resurrección:
1 CORINTIOS 15
21 Porque por cuanto la gloria entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los perecidos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la gloria.
En este pasaje, de nuevo, la resurrección no es un hecho que haya ocurrido por la maldad de Pilatos, sino un hecho predestinado por Dios para que todos sean vivificados. Y todo ello, para que se cumpla el pasaje de Isaías referido al Mesías: “Que ponga todos sus enemigos bajo sus pies”, y, entre ellos, la gloria -o sea, el Diablo, según Hebreos.
Como es posible observar, la misión de Jesús no tiene nada que ver con haber predicado nada, o por ser crucificado accidentalemente por los romanos. Se fundamenta en que Adán cometió un pecado que condenaba a su descendencia a la gloria, mientras que ahora, Dios, por medio de su descendiente, produce el milagro de salvar y redimir a la simiente de Adán con la creación de un nuevo descendiente que es parte consustancial con la Iglesia de sus fieles, que comparten su cuerpo y, por tanto, son herederos de la vida eterna.
Imaginar que toda esta compleja teología se elabora sobre los datos difusos de una biografía acerca de un rabino galileo contemporaneo, y que todo se haya desarrollado como dogma compartido en tan solo 10 años, es una hipótesis tan descabellada como suponer que los fans de Michael Jackson no sólo sostengan que no murió, sino que emana de una Fuerza sobrenatural del Universo que lo envío para redimirnos del Pecado contraído por Mozart. Un hipótesis contra-natura, y contra toda evidencia textual o histórica de estos procesos.
Es indiscutible que, en este aspecto, como en todos, Jesús es una unidad indisoluble con las profecías y lecturas midrásicas sobre el Mesías de Isaías, y que sólo emana de estos textos que le dan forma y sentido teológico al descendiente en base a ellos. Y que no hay ningún patrón biográfico al que se haga referencia fuera de éstas citas exegéticas -muy localizadas- o fuera de las conclusiones teológicas que se producen de manera autónoma y ajena a ninguna referencia biográfica a un ser humano real. El rabino galileo, no es sólo innecesario para argumentar de este modo, sino que es bastante inconveniente. Por eso, no me extraña nada que NO APAREZCA por ningún lado.
Tardíamente, en la parábola exotérica de Marcos, habrá varias menciones a esta teología. La más llamativa, el lugar donde se sacrifica a Jesús, llamado “el lugar de la Calavera”. Lo que parece un detalle anecdótico o costumbrista, no es tal. Esa calavera no es otra que la de Adán, que la tradición sitúa bajo el Calvario. De ese modo, la sangre de Cristo cae sobre ella limpiando su pecado, y haciendo que el Hombre (Adán) resucite de la gloria (que simboliza la calavera).
Conclusión:
Para Pablo el descendiente es hecho como un Nuevo Adán. Si por el pecado del primero recibimos la gloria, por el sacrificio del Segundo recibimos la Vida eterna, pues la crucifixión de la carne del Viejo Hombre (Adán) nos salva a todos los fieles que compartimos su cuerpo espiritual, por el proceso de “la adopción de descendientes” (e Hijas).
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