David era de la tribu de Judá. Lo que has dicho es como considerar contradictorio que un libro diga que Felipe II era de la Casa de Austria y otro libro diga que era de los Habsburgo.
Veremos como Pablo introduce el concepto del "linaje de David". Como es bien obvio, esta catalogación como "de la tribu de Judá", es un atributo de David directamente otorgado al Hijo. Sin embargo, la lectura "linaje de David", da a entender un "descendiente de David", y no David mismo. Por eso la he señalado, porque el concepto de Hijo de David que le grita Bartomeo a Jesús, en Marcos, no aparece en los escritos epistolares, creo, en ningún momento. Desde luego, en Hebreos, Cristo no es "hijo de David", sino claramente, David Celestial mismo, Hijo de Dios y no de David. Todavía no hay una clara separación entre el Mesías Davídico y el Mesías Jesús.
La carta a los hebreos fue escrita para pedir a una comunidad desanimada que no apostate. Sus destinatarios eran probablemente ****ocristianos y, por eso, la carta está llena de alusiones al Antiguo Testamento, para intentar demostrar que Jesús es superior a Moisés, los ángeles, etc.
Hipótesis llena de suposiciones ad hoc que no se derivan del texto. Nada en la carta induce a pensar que se dirige a una comunidad más o menos desanimada que las demás. Y en todo caso, los argumentos teológicos sobre las escrituras resultan de poca ayuda, cuando NO SE COMPARAN en ningún momento con las acciones "reales" de Jesús en la tierra. Nunca si dice: Mirad lo que hizo Jesús, eso coincide con Isaías. No. Se argumenta teológicamente sobre un personaje escritural denominado Salvador Ungido. HECHO COMPROBABLE PARA TODOS.
¿Tuvo una vida mortal en el cielo?
Se encarnó a semejanza de Hombre. Aclaro esto en el siguiente post. Te me has adelantado.
Si Jesús se aparecerá por segunda vez en la tierra, eso quiere decir que la primera vez estuvo en la tierra y que fue aquí donde murió.
Ciertamente vino una primera vez "a la carne". La TIERRA nunca es señalada claramente. No estoy muy seguro si la fin se produce en la tierra o ante Dios, ante el Altar Celestial, y fuera de la Puerta de la Ciudad Eterna. Cuenta el número de veces que el texto asocia cielos y Jesús, y cuantas veces asocia Tierra con Jesús= 0. debes reconocer, que referirse a la tierra como "la carne" es algo implícitamente alegórico.
¡Bueno! Aquí tienes una cita de que Jesús murió fuera de la muralla de Jerusalén.
¿Donde dice "fuera de la muralla de Jerusalén"? Sabías que ibas a caer en esto. Lo explico en el siguiente post.
Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo (Hb. 1:1-2)
¿Eran terrenales los profetas? Si la respuesta es afirmativa, la analogía que hace el autor se entiende mejor si Jesús era terrenal.
Vaya lectura retorcida. Es Dios quien habla a los profetas. Ahora es el Hijo quien habla a los nuevos profetas. El pasaje no compara a los profetas terrenales con Jesús, SINO QUE COMPARA A JESÚS CON DIOS, y a los actuales apóstoles con los antiguos profetas.
Parece que el autor ha conocido a los que oyeron a Jesús, algunos de los cuales han muerto (Hb. 13:7). Eso da una pista para ubicar a Jesús en el tiempo.
Sin duda, una pista para calcular grosso modo, cuando empezaron a "oír" y "ver" a Cristo los primeros apóstoles. Ya te digo que yo empezé a verlo y oírlo hace unos cinco años, tras mi encuentro con el Apostol Carrier.
Si te parece, posteo el segundo post para que no te me adelantes con citas de este texto que ya tengo comentadas.
---------- Post added 17-mar-2015 at 17:59 ----------
CUARTO POST APOSTÓLICO
NATIVIDAD Y PASIÓN DEL CRISTO DE LOS HEBREOS
Continúo el comentario de Hebreos centrándome en dos aspectos de su Cristo, como son la Natividad y la Pasión. Estoy siendo intencionadamente irónico al denominar así a estos elementos del credo, pues es un hecho que tanto el nacimiento como la fin del Mesías son radicalmente diferentes a la forma a la que nos tiene acostumbrados el “cliché” de Jesús de Nazaret emanado de los Evangelios.
Para empezar, el Jesús de Hebreos parece no haber nacido, sino haber sido “hecho” directamente por Dios, tal como éste ha fabricado a sus ángeles, y engendrado en el salmo de Isaías a David.
HEBREOS 1
4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
Es
hecho porque hereda un Nombre, es decir, uno de los atributos de Dios. En la antigüedad, el Nombre aportaba a la persona una cualidad o poder. Los egipcios, por ejemplo, tenían tres nombres, uno de ellos, secreto, que les confería poderes especiales. Felipe el gnóstico refiere parte de esta tradición cuando dice:
19. «Jesús» es un nombre secreto, «Cristo» es un nombre manifiesto.
El culto del Nombre y sus atributos mágicos está presente en el judaísmo, por cuanto los judíos no pronuncian ni escriben el Nombre de Dios. Por eso, al decir que hereda un Nombre más excelente, no sólo se refiere a un apodo común, sino al Poder que confiere ese nombre en concreto, el poder de la Salvación.
Para reincidir en la “fabricación” o engendramiento divino, el texto prosigue haciendo una midrash sobre Isaías:
HEBREOS 1
5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
Esto Isaías no lo escribe para Jesús, sino literalmente para David, pero como podemos ver una y otra vez, para el apóstol de Hebreos, los dos SON EXACTAMENTE LO MISMO. Aplica para uno lo dicho al otro, sin necesidad de explicar por qué, dándolo como hecho acreditado y como premisa en su argumentación teológica, y no, como algo que debe “acreditar” o comparar. (Esto va frontalmente en contra de la hipótesis de Aletheia, que sostiene que los apóstoles intentaban hacer calzar las profecías para Jesús. Aquí no hay muestra de querer convencer a nadie de que cierto acto de Jesús coincide con el de la profecía, dado que no se menciona en absoluto la escena del Jordán, donde, mucho más tarde, aparecerá este salmo como parte del pesherim parabólico de Marcos. El apóstol asume aquí lo que es un hecho evidente, puesto que Dios habla de Jesús en ese salmo y, sólo por este salmo –y NADA MÁS-, debemos considerar a Jesús como Hijo.
Quiero precisar algo muy importante. No es que el apóstol crea que Jesús es el Rey David histórico, sino que entiende que este salmo de Isaías revela a un Hijo de Dios, que es una especie de David Sublimado, un David Celestial, al que le cuadran todas estas profecías de modo alegórico. En otras palabras, el conocido Mesías Davídico que, en esta fase, todavía no constituye un mito separado de aquel otro llamado, tardíamente, Jesús Nazoraios. En Hebreos, al Hijo (el que emana de la profecía, el Ungido, el Siervo), Dios le otorga el Poder Salvador, con ese Nombre Excelente de Yahvé Salva. .
HEBREOS 1
6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el Mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
7 Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego. (Salmo 104)
8 Mas del Hijo dice:
Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
En este pasaje, una vez más relaciona directa y automáticamente a Jesús con David PARA DEFINIR al Hijo, y no para compararlo con los “hechos” de aquel otro Jesús de Nazaret. De ese verso, el apóstol pretende argumentar, teológicamente, usando el salmo de modo alegórico, que Jesús es más que sus “compañeros” es decir, que los otros Hijos de Dios (los ángeles), dado que es el Primogénito en el Mundo, “hecho” antes de todas las cosas terrenales. Para que quede más claro:
HEBREOS 2
5 Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; 6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que le visites?
7 Le hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le pusiste sobre las obras de tus manos;
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.
Aquí, en la midrash del apóstol, se introduce un pasaje de salmos 8, a su vez reminiscencia de Job 7. Obsérvese que dice que sujeta a Jesús el “mundo venidero”, pero se remite a la cita profética, para “convencer” de que el Hijo tiene todo sujeto bajo sus pies. Supongo que la mención de Hijo del Hombre no es nada casual (referencia a los hijos de Adán), como tampoco el verso: le hiciste un poco menor que los ángeles… El Hijo es “hecho”, creado como Adán, no nacido.
HEBREOS 2
8 Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la fin, para que por la gracia de Dios gustase la fin por todos.
Este pasaje es un ejemplo de midrash reinterpretativa del pasaje de Isaías, que declara –exclusivamente en base al pasaje de la escritura – que Jesús es hecho “un poco menor que los ángeles”. Es decir, el más sublime de los hombres, y el más humano de los ángeles. (Obsérvese que es "por la gracia de Dios" que “gusta la fin”, no por la maldad de los judíos o de los romanos). El apóstol introduce aquí su lectura original, y es que la honra y la gloria es una referencia a su sacrificio celestial.
HEBREOS 2
11 Porque el que santifica y los que son santificados, de Uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu Nombre, en medio de la congregación te alabaré.
Sorprendente pasaje, donde para justificar que se llame hermanos a los fieles humanos, se recurre –no a las palabras del Señor en Galilea, como muchos esperarían hoy – sino de nuevo, a los Salmos de David. Y dice que Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos, no porque lo haya dicho él, sino porque lo dijo un tal profeta Isaías, en boca de un supuesto David personaje del Salmo, 800 años antes de la fecha de este escrito. (Curiosa forma de recordar a un rabino físico, que recientemente predicaba en Galilea).
HEBREOS 2
14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la fin al que tenía el imperio de la fin, esto es, al diablo,
Ahora el apóstol continúa su razonamiento, diciendo que, dado que David en el Salmo no se avergonzaba de llamarlos “hermanos”, ellos, por cuanto “hijos”, es decir, hermanos del Hijo, y por tanto hijos de Dios, participaron de su redención de la carne y sangre. Y ES POR ESTO, que Jesús también participó de lo mismo, para destruir por medio de la fin al que tenía poder sobre la fin, esto es, al Diablo.
Cualquiera que lea este pasaje sin ideas historicistas preconcebidas, entiende que se está haciendo una argumentación teológica en el plano de las ideas, y que no se hace menciones literales a un ser humano que muera “en la carne”, sino una alegoría entre el cuerpo de los fieles (Cristo), que está en la carne, y que es resucitado mediante la enseñanza de la norma jovenlandesal que se predica, la espiritualidad y el rechazo de “la carne”. Sería igual de desquiciado afirmar que el Hijo es “histórico”, como decir que lo es el Diablo, a quien se equipara el Hijo en el mismo plano de “sobrenaturalidad” (en realidad, de argumento teológico-alegórico Bien/Mal, Vida/fin).
HEBREOS 2
15 y librar a todos los que por el temor de la fin estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Otro pasaje de midrash alegórica, donde, conforme al relato arquetípico -Satan tienta a Jesús con las riquezas de la tierra-, no acude a socorrer a los ángeles, sus verdaderos hermanos, sino a los hermanos proclamados en el Salmo de David. POR ESO, y no por otra cosa, es que se hace “semejante” a los humanos. Obsérvese que no dice “igual” a sus hermanos terrenales, sino “semejante”. Puede parecer indiferente o un detalle menor a un lector moderno, pero estas sutilezas originaron cismas en el cristianismo más avanzado -como ha recordado Mineroblanco-. Tenemos antecedentes de esta distinción entre “la imagen” y “la semejanza de la imagen” en los textos de Filón, conceptos desarrollados LUEGO por Marción y por los gnósticos en el S. II, sobre el patrón del Cristo evangélico.
HEBREOS 7
1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3 sin padre, sin progenitora, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Una vez más, Melquisedec es hecho “semejante”-no igual al Hijo- pero si semejante: sin padre, sin progenitora, sin genealogía, que ni tiene principio de días, ni fin de vida. Se puede hablar más alto, pero NO MÁS CLARO.
HEBREOS 7
1 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
Obsérvese el curioso argumento: Que se ha levantado un nuevo sacerdote, es evidente por el Salmo de David. Sobre esa premisa, intenta convencer de que no sólo es posible un sacerdote de la tribu de Levi, sino de otra, la de Judá, que es la tribu de David, para poder justificar que Dios nombre a un sacerdote de otra tribu diferente a la dictada por Moisés. Obsérvese la seguridad con que el apóstol declara que “es manifiesto” que nuestro Señor (es decir, David), es de la tribu de Judá. A este tipo de midrash exegética algunos le dan una lectura parcial, leen “vino de la tribu de Judá”, y ya tienen a su hombrecito galileo en la mente, olvidándose del contexto exegético señalando, que se refiere, sistemáticamente, a salmos aplicados para David, y no a ninguna referencia biográfica de otro personaje.
HEBREOS 7
20 Y esto no fue hecho sin juramento; 21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.
22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
Para quién como seguramente Aletheia, sigan negando la evidencia de una midrash alegórica, veamos este pasaje donde, en base al Salmo de David, el apóstol concluye POR TANTO, que Jesús es fiador de un mejor pacto. No por sus palabras, o por sus milagros o por su predicación en Galilea; no, señores sin fé, sino EXCLUSIVAMENTE, porque Isaías dice en un salmo dedicado (originalmente y literalmente a David), que Jesús ES fiador de un mejor pacto. Lo que no puede ser cierto salvo que uno (David) y otro (Salvador), son el mismo Ser, el Hijo. Tras una elaboradísima midrash, termina concluyendo:
HEBREOS 9
15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo fin para la remisión de las tras*gresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Tras concluir que Jesús es mediador de un nuevo pacto, la función sálvica del Mesías no deriva de una casualidad o de eventos externos –como que Pilatos lo haya crucificado- sino de lo que se deriva teológicamente de las escrituras, al considerar que debe intervenir la fin para poder redimir las tras*gresiones del primer paco. Una pura conclusión teológica al margen y por encima de ningún acontecimiento terrenal que dicte su discurso.
HEBREOS 9
18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Una declaración que asevera que el Mesías derrama su sangre, pero no como un acto irremediable, sino como derivación teológica de la necesidad de consagrar el pacto como ordena Moisés, donde los sacrificios y pactos exigen sangre inocente. Si el apóstol se inspirase en una historia ya ocurrida, e invariable, no tendría necesidad de razonar de esta manera. Arguye “teológicamente, y apoyándose “únicamente” en el testimonio de los profetas, que un pacto nuevo “debe” hacerse con sangre necesariamente, aunque sea en el cielo, ante el altar de Dios, ya que…
23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así (con sangre); pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
Es decir, con una sangre especial que fuera también aceptada en el cielo, por ser pura y sagrada, no una sangre simplemente mundana.
Durante la mayor parte del texto, no se menciona en ningún momento la palabra cruz o crucifixión. Se habla siempre de que el Hijo “se entrega”, se “ofrece a sí mismo”, en una clara alegoría al sacrificio en el Tabernáculo Celestial que se describe. Sin embargo, casi al final del texto, llegamos a este pasaje:
HEBREOS 12
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Obsérvese la secuencia: puesto por el gozo delante de Jesús (la promesa de la vida), sufre la cruz, menospreciando el oprobio, y se sienta a la diestra del trono.
Una llamativa diferencia con la secuencia Paulina: Es crucificado, SEPULTADO y RESUCITADO, y sólo entonces, se sienta a la diestra de Dios. Aquí, en cambio, la impresión para alguien que lea objetivamente el texto, y sin prejuicios externos, es que Jesús sufre la cruz como un sacrificio voluntariamente asumido, y en ningún momento Jesús es “juzgado” por otros, o condenado o apiolado por otros. Sólo “sometido al oprobio” de la fin y su propio sacrificio.
HEBREOS 12
22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Un párrafo que ilustra la complejidad de la jerarquía de los cielos, que no es tan simple como pudiéramos suponer. Sobre todo, cuando menciona los millares de ángeles. Jesús encaja perfectamente, sin que nadie tenga que “forzar” lecturas. Jesús el Mediador es un personaje más del cuadro, sin que eso suponga ningún reparo…
(Según la lectura de Aletheia, hemos de suponer que el apóstol es un alucinado, que hace unos años andaba bebiendo junto a un tal Jesús de Galilea en alguna casa de Cafarnaum, y que ahora lo imagina como el Mediador del Nuevo Pacto, sentado entre millares de Ángeles, eso sí, sin citar ninguna de sus palabras, ni referirse a su predicación, ni dar ningún detalle personal sobre él, que no extraiga EXLCLUSIVAMENTE de los salmos a David, sin comparar acciones físicas de Jesús con ellos en ningún momento del texto).
Presentaré ahora un pasaje que, sacado de contexto, serviría de base para una lectura “historicista”, es decir, prejuiciosa, anacrónica y parcial.
HEBREOS 13
11 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.
12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Aquí, los de la banda de Aletheia leen: Padeció fuera de la puerta (de la muralla de Jerusalén, es decir, en el calvario). Bingo. Coincidencia con Marcos. Sin embargo, atendamos un poco al contexto.
HEBREOS 13
13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; 14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. 15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
Toda la homilía viene aludiendo a la Jerusalén celestial, a la ciudad del cielo de la que la de la tierra es solo “sombra”. Cuando se refiere a Jesús padeciendo “fuera de la puerta”, se refiere a la puerta de esa ciudad celestial, que es la que ellos buscan. Por eso, “Salgamos a él, fuera del campamento, llevando su vituperio”, no en esta ciudad, sino "en la que está por venir…" ¿Y cómo se hace eso? Pues confesando su Nombre, siendo seguidores de su doctrina con fe ciega en su poder de redención –y no pidiendo pruebas históricas de su existencia, como hace Aletheia-.
HEBREOS 13
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Aquí, por única vez en el texto, se especifica que Dios resucitó a Jesús-Observemos la última frase: “Haciendo Dios en vosotros, lo que es agradable delante de Dios por Jesucristo”. Es decir, Jesucristo es un instrumento de Dios para que se hagan las cosas que le son agradables. La abstracción del concepto hace –acertadamente- asumir, que Jesucristo es “una enseñanza”, una “regla jovenlandesal” que crucifica la carne, para elevar el espíritu. Y ése es el mensaje profundo y real de esta epístola, que de ningún modo pretende defender la existencia de una doctrina personalizada en un rabino o maestro específico del cual hayan recibido personalmente su doctrina, sino de un personaje alegórico que condensa en sí la sabiduría divina, que es proclamada por los apóstoles tales como el autor de este escrito.
CONCLUSIÓN: CARACTERÍSTICAS DEL CRISTO DE LOS HEBREOS
1. El Hijo hereda el Nombre Excelente de Dios, su atributo como Salvador (Jesús).
2. El Hijo es la Imagen de la sustancia de Dios, no algo externo a él.
3. El Mesías de David de los Salmos ES el Salvador.
4. Todos lo dicho para David por los profetas es dicho para Jesús, incluyendo su tribu.
5. Jesús es el primogénito de la creación, un ser creado, hecho por Dios, no nacido.
6. Jesús es un ser celestial, sólo menor que los ángeles, aunque superior a ellos tras su sacrificio.
7. Es sacerdote eterno ante Dios, por la promesa a David.
8. El Hijo vino "en los días de su carne", fue tentado, y sufrió, llorando y clamando a Dios que lo oyó.
8. Jesús es crucificado “fuera de la puerta”, ante Dios (que lo contempla, esté donde esté), y resucitado, para sentarse a su diestra, donde espera el Día, en que se ponga a sus enemigos satánicos a sus pies, en cumplimiento del Salmo.
9. Su sangre ha purificado los lugares celestiales, donde él mismo oficia como Sumo Sacerdote para siempre.
10. Con su fin, ha conseguido vencer al dueño de la fin, el Diablo, y de esa manera, libera el alma de los que son sus hermanos terrenales, hecho a su semejanza, aquellos que admiten al Padre como Uno y lo adoran, siendo hermanos del Hijo y por tanto, Hijos de Dios, como los millares de ángeles con los que convivirán en el Reino Celestial, en la Ciudad Eterna.