Ya había planes para eso. Sin bombas nucleares (o incluso con bombas nucleares tácticas) básicamente se asumía que la Alemania federal caería en poco más de una semana ante el avance bestial de todos los ejércitos del Pacto de Varsovia, que entrarían en tromba.
Francia se rendiría y asumiría una finlandización, o sea salir de la guerra sin ser destruida como la RFA y aceptar cierta influencia soviética de facto. A partir de ahí no se sabe muy bien si continuaría la guerra o qué, pero Europa caía del lado soviético sí o sí. Podría terminar en ese punto y continuaría la guerra fría, con el bloque capitalista un poco más menguado, sólo con el Reino Unido haciendo las veces de portaaviones americano ante el mainland europeo soviético (igual que la situación en Asia con las islas del Japón como base americana frente a la China comunista).
Por supuesto en este escenario Alemania jamás se recompondría y la pobreza camparía a sus anchas. A España quizás le hubiera convenido, curiosamente, porque sería uno de los últimos baluartes ante el comunismo (sobre todo con una Francia, y seguramente Italia, semisoviéticas) y asumiría cierta condición central en la estrategia mundial, en vez de la situación actual en la que somos algo más periférico.