Yo no me voy a meter en los avatares históricos que han conducido a la situación actual, pero es innegable que catalán y valenciano, a día de hoy, constituyen una misma lengua a pesar de sus múltiples diferencias. También hay diferencias entre el español de Perú y el de Burgos, pero dos hablantes de estas dos tierras pueden comunicarse perfectamente haciendo un esfuerzo por utilizar formas neutras (algo así como el 'alto español'). Esto es hoy posible entre el valenciano y el catalán. Que esto haya sido debido a un proceso de 'convergencia' del valenciano hacia el catalán, entre otras razones debido a la adopción (¿imposición?) del modelo de Pompeu Fabra, es otra cuestión.
Pero aquí la progenitora del cordero no es la lengua, es la política. Que el PP pueda haber utilizado el 'anticatalanismo' para soliviantar a la masa y ponerla contra la izquierda en Valencia, puede ser perfectamente verdad. Ahora, que la izquierda valenciana, y cada vez más, está virando hacia el catalanismo, también es verdad. Entre muchos valencianos se está popularizando el "meme" de que el hecho de que un partido corrupto y detestable como el PP haya usado el anticatalanismo como arma política, convierte el pancatalanismo automáticamente en un cuento chino asustaviejas. ¡Menudo error! Curiosamente, este "meme" lo suelen repetir sobre todo simpatizantes con el catalanismo. La verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero. Y el PP, que no sé si llega, no ya a porquero, sino a lechón, aquí por desgracia no está diciendo ninguna mentira.
Pero esa es la desgracia: que el PP, acusando a todo Cristo de pancatalanista y por tanto haciéndose a sí mismo valedor de la causa española en Valencia, con su corrupción desorbitada y su estética bastante antiestética lo que ha conseguido es, no sólo mancharse a sí mismo, sino manchar también a España. Y así, el PP ha entregado al catalanismo el papel de única alternativa a su manera de gobernar.
Pero no vayamos a acusar sólo al PP de todo este affair. La izquierda valenciana, cuanto más 'extrema', más filocatalanista. En Compromís son pancatalanistas con el rostro amable, pero pancatalanistas. Edulcoran el discurso de puertas afuera; de puertas adentro, saben quiénes son, y los votantes filocatalanistas saben perfectamente que son el partido a votar. EUPV es otro partido separatista más, como en general toda la extrema izquierda allí donde hay un nacionalismo implantado. PSPV tiene que hacer malabares y cuidar el lenguaje, pero todos sabemos que el PSOE ha sido desde el comienzo de la tras*ición el caballo de Troya del separatismo. Caballo de Troya porque, siendo partido oficialmente nacional, ha legislado en las regiones bilingües al gusto del nacionalismo más rabioso.
En la Comunidad Valenciana el separatismo va a ser y es ya catalanista, y aunque hoy es una minoría, mañana quién sabe. El nacionalismo sabe perfectamente que la suya es una lucha de fondo, y una lucha cultural, una Kulturkampf. Sabe que su garantía de victoria es hacerse con la educación, con las asociaciones populares, con las fiestas de los pueblos, etc. Y poco a poco, año tras año, van aumentando sus filas. Y cuando te das cuenta, ¡tachán!, dejan de ser una minoría ridícula y se convierten en una mosca huevonera, como en Baleares. Luego son la mitad, y luego mayoría. Recordemos que en Cataluña en el 2000 el independentismo no era ni el 15% de la población, y en CiU tenían a los independentistas por frikis.
¿Mi postura? Anular las CCAA y blindar por Ley un modelo educativo con un 50% de asignaturas en valenciano y el otro 50% en castellano en las regiones valencianoparlantes. Y no se hable más. Y por supuesto fomentar la movilidad interna dentro de España: que en Valencia puedan enseñar profesores de Oviedo y en Oviedo de Alicante. Los nacionalistas saben muy bien su tarea: "fer país". Aprendamos de ellos: como no empecemos a hacer país de una puñetera vez por creernos ingenuamnete que ya lo tenemos hecho, nos van a terminar comiendo la tostada.