He probado lo de la bici y la tienda pero para vacaciones y siempre en verano. En un principio se proyectó como una aventura. Sin mapas, sin destino prefijado y alimentándonos de lo que encontrásemos por el camino. A base de agua, pescado y fruta hipotéticamente se podría sobrevivir. Íbamos dos personas.
Hicimos un viaje de prueba de un par de días y lo de recolectar alimentos lo desechamos la misma mañana que salimos. El sedal y los anzuelos no servían al estar los riachuelos desiertos, fétidos y sin vida. Lo campos de sandías y melones ya fueran grandes o chicos estaban todos vigilados, el agua era lo único que encontrábamos sin problemas.
En los núcleos urbanos era mas difícil buscar sitios para dormir que en los pueblos.
Ir sin mapas y probar caminos alternativos (campo a través) no es nada recomendable si se quiere avanzar. Así que en los siguientes viajes los llevamos.
Se dependía de la luz solar, había que buscar sitio para dormir antes de que anocheciera.
En verano por el norte la tienda era necesaria por el sur no sirven más que para ocupar sitio y atraer a los verdes.
En los sitios costeros el agua de las duchas la cortan por la noche así que se pueden aprovechar al final de la tarde, los centros deportivos se puede duchar uno (pidiendo permiso) y en los servicios de los bares y estaciones de servicio con un lavabo se puede uno acicalar. También nos hemos colado en campings para usar los servicios.
Al final de una o dos semanas pedaleando bajo el sol acaba uno con marcas un poco extrañas: la espalda de color, el ojo ciego, las manos (excepto los dedos) y los pies blancos.:
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