En realidad, la estabilidad de precios no es un objetivo deseable del dinero. Si bien es cierto que la estabilidad es una condición deseable para realizar la contabilidad y la previsión futura, es aún más deseable que el dinero sea capaz de reflejar la valoración entre bienes y servicios, fruto de su escasez/abundancia relativa.
La escasez o abundancia relativa del dinero no es una escasez relativa a respecto a algo tan general como 'el tamaño de la economía' o 'el conjunto de cosas que pueden comprarse con dinero'
La escasez o abundancia relativa del dinero es relativa a algo tan concreto como el valor de los activos que hayan sido expresamente monetizados para emitir ese dinero.
Un pequeño banco andorrano podría guardar en su caja fuerte 1 millón de dólares canadienses y, usando ese activo como respaldo, emitir 10 millones de dólares andorranos. Aunque el dolar andorrano sería extremadamente escaso, su valor financiero sería constante e igual a 0.1 dólares canadienses, independientemente de la abundancia de bienes en la economía o de la abundancia de dólares canadienses.
Si ese banco, para emitir 10 millones de dólares andorranos, monetiza 1 millón de gramos de Oro que guarda en su caja fuerte, el dolar andorrano tendrá un valor constante de 0.1 gramos de Oro.
Hoy en día, el ciudadano medio tiene a su alcance conservar el valor de sus ahorros en forma de Oro de papel (más eficientemente) o de Oro físico (aconsejado para paranóicos). No es práctico usar una moneda basada en el Patrón Oro para pagar el café en un bar pero sistemas monetarios como el Euro dejan la puerta abierta a usar el Patrón Oro (o las cuentas corrientes con reserva del 100%) a los ciudadanos que lo deseen.
Hoy en día no tiene sentido basar un sistema monetario en el Oro porque el valor financiero del Oro es sumamente volátil y como unidad de medida de valor económico no representa nada parecido a un 'valor constante en el tiempo'
Cuando el gran comercio internacional se basaba en letras de cambio que eran liquidadas en Oro físico en el mercado de Londres, esto era diferente pero ningún sector económico importante tiene hoy en el Oro un coste o un ingreso importante.
La manipulación keynesiana de la economía mediante la manipulación de la moneda a través del Banco Central es, únicamente, una manipulación del tipo de interés. Gobiernos como el de Venezuela, 'imprimen' directamente bolivares falsos en el sótano del palacio presidencial, pero en USA o Europa no se da esa manipulación tan burda.
En un sistema monetario que usa dinero bancario, como por ejemplo el Euro, el dinero, los Euros, tienen un valor financiero causado por el valor real de los activos bancarios que el BCE monetiza.
Salvando las distancias de la calidad de los activos empleados, que son la flor y nata de los activos bancarios en el caso de las monetizaciones del BCE, el Euro tiene valor financiero por la misma causa que tienen valor financiero las acciones de Bolsa o bonos que emiten los bancos.
Los bancos de la Eurozona tienen derecho a cobrar unas deudas (estos derechos de cobro son los activos bancarios) y están obligados, tienen el compromiso, de pagar a sus acreedores. El Euro es el activo/pasivo financiero de más alta calidad en la Eurozona, lo que significa que los primeros en la cola de acreedores, los acreedores con mayor seniority frente a los bancos de la Eurozona son los tenedores de Euros.
La inflación ocurre no porque el BCE emita nuevos euros sin monetizar nuevos activos bancarios, sino porque el valor real de los activos bancarios se encoje progresivamente con relación a sus valoraciones contables.
El proceso implica una progresiva conversión en humo de la hoja de activos en los balances bancarios. Este proceso es consecuencia directa de la manipulación de los tipos de interés.
Puede ilustrarse este proceso, y la inherente poca falta de cultura de los planificadores keynesianos, en la nueva histeria legislativa con la que 'Europa' intenta regular la actividad de la banca forzando a la banca a certificar mejor la solvencia de los clientes a los que se conceden hipotecas.
Los planificadores centrales de la Unión de Repúblicas Soviéticas de Europa intenta evitar futuras crisis financieras y oleadas masivas de impagos de préstamos, forzando que los préstamos que conceden los bancos sean más seguros y con una evaluación del riesgo crediticio más estricta.
Simultaneamente, los planificadores centrales del BCE mantienen unos tipos de interés del 0%, penalizan los depósitos en el BCE con tipos negativos y continúan con la compra masiva de bonos sarama que eleva su precio.
Esto último, lo que hace el BCE, es un intento desesperado de incrementar rápidamente el volumen de nuevo crédito concedido a base de impulsar la demanda de crédito con tipos 0% y a base de crear una infravaloración del riesgo crediticio mediante la sobrevaloración de bonos sarama.
El BCE intenta que los bancos europeos concedan la mayor cantidad de préstamos posibles al primer cliente que pase por la calle frente a una sucursal a la vez que otros planificadores europeos exigen que los bancos sean muy cuidadosos concediendo préstamos.
Estas dos pretensiones son, por supuesto, contradictorias.
Podemos visualizar un sistema bancario y monetario de mercado, en el que los tipos de interés los fija el mercado, comenzando con un ahorro escaso y unos tipos de interés muy altos.
Lo que genera estos tipos altos es una infra-oferta de crédito: hay muchos que desean endeudarse, y tienen que pujar alto por la escasa financiación disponible generada por los ahorradores.
En estas condiciones, es fácil para los banqueros o para el mercado, asignar el escaso capital disponible a los usos o inversiones más productivas. Cuando el banquero o el mercado solo prestan a 10 de cada 100 solicitantes de crédito, es fácil seleccionar a ese 10% que ofrece mayores garantías de devolver los préstamos (por ser esos préstamos invertidos en actividades muy productivas)
Según crece el volumen generado de capital real por parte de los ahorradores, hay más actividades, algo menos productivas, que también pueden financiarse.
Los tipos caen porque hay más ahorro listo para financiar a la economía y porque esas actividades menos productivas solo tienen sentido con costes financieros menores. Solo un coste menor de los préstamos hará que quienes ponen en marcha esas actividades demanden préstamos.
Los tipos de interés caerán con el paso del tiempo hasta que se llegue a un 'equilibrio final', que depende de las preferencias de los ciudadanos entre ahorrar o consumir.
En este proceso evolutivo, los activos bancarios eran más sólidos al principio, cuando solo se conceden préstamos a las actividades más productivas, y van perdiendo solidez y se vuelven más arriesgados según la financiación se extiende a actividades menos productivas o de productividad más dudosa.
Cualquier intervención estatal que perturbe el valor de mercado del tipo de interés, altera la solidez de los balances bancarios.
En particular, un tipo de interés artificialmente bajo, simula la existencia de más ahorro real (capital) del que realmente hay disponible, incrementa artificialmente la demanda de crédito para actividades inviables por ser poco productivas y fuerza a los bancos a financiar actividades de productividad negativa. El resultado de todo esto es que el valor real de los activos bancarios disminuye, porque la probabilidad de cobrar esas deudas se reduce como consecuencia de que esos préstamos están financiando actividades sin productividad real.
Sin embargo, el constructo contable keynesiano hace que esos activos bancarios con menor valor real sean oficialmente y contablemente valorados al mismo valor que tendrían si fueran activos solventes.
Esta manipulación de las valoraciones del mercado es también consecuencia de la manipulación del tipo de interés. Un tipo de interés artificialmente bajo fuerza a los mercados a emitir una sobrevaloración de los bonos, o lo que es lo mismo, a incluir en su valoración una infravaloración del riesgo de impago.
(Cuando el Banco Central ya no puede sobrevalorar los bonos / infravalorar el riesgo bajando los tipos por estar los tipos a 0%, aplican el llamado QE, en el que sin ningún pudor se lanzan a sobrevalorar los bonos comprando esos bonos a un sobreprecio directamente)
En cuanto a la moneda, el Euro por ejemplo, todo esto hace que se pase de 100.000 millones de Euros emitidos monetizando 100.000 millones en valor contable en activos bancarios a 600.000 millones de euros emitidos monetizando 600.000 millones en valor contable de 600.000 millones de activos bancarios.
El valor financiero del Euro debería ser el mismo pero en realidad el Euro pierde un 20% de su valor financiero.
Esto ocurre porque, al principio, los activos de valor contable 100.000 millones, tenían un valor real de 100.000 millones. Tras la expansión y manipulación del tipo de interés, los activos con 600.000 millones de valor contable tienen un valor real de solo 480.000 millones
La manipulación a la baja del riesgo y al alza del precio de los bonos a través del tipo de interés solo afecta a los 'bonos': bonos, acciones, depósitos y otros pasivos con 'madurez' pero no al dinero que tiene una madurez cero y no tiene tipo de interés.
Es la sistemática manipulación a la baja del tipo de interés, los permanentes tipos reales negativos, los que generan la depreciación de una moneda.
El 'escenario deflacionario' generado por una Gran Depresión como la que vivimos, ocurre porque los bancos son victimas de una oleada masiva de impagos de préstamos.
Una fracción importante de los préstamos de los bancos son declarados fallidos y borrados de los libros y desaparecen de los balances como activos. Este proceso de limpieza y contracción de los balances aumenta mucho la calidad promedio de los activos bancarios ya que es una limpieza selectiva: fallan y son borrados los préstamos más temerarios concedidos a actividades menos productivas pero sobreviven y permanecen en los balances bancarios los préstamos más sólidos por ser préstamos que financiaban actividades son productividad real.
Esta contracción de los balances y limpieza de activos genera ingentes pérdidas, por supuesto, pero tenemos que recordar que los tenedores de Euros, el pasivo de mayor calidad, son los acreedores de mayor seniority del sector bancario.
Los préstamos impagados y su borrado del balance generan pérdidas en los accionistas de los bancos, en los bonistas de los bancos y en los depositantes pero los tenedores de Euros no se ven afectados por tener prioridad absoluta de cobro.
El resultado es que ahora la misma cantidad de Euros está respaldada por el mismo valor contable que antes, pero ese valor contable ya no es una versión tan grotescamente sobrevalorada del valor real de los activos, ya que la oleada de préstamos fallidos y la limpieza selectiva de los balances ha mejorado la calidad media de los activos en los balances bancarios y acercado su valor a la fantasiosa valoración contable keynesiana.
Esta misma relación permite también entender por qué el mercado de divisas responde siempre aumentando el valor de una divisa si Banco Central eleva por sorpresa los tipos asociados a esa divisa: un tipo más alto reduce la manipulación a la baja del tipo de interés y desactiva en parte ese proceso keynesiano de basurización de los balances bancarios.
No sé qué papel pueda jugar el Bitcoin en todo esto ya que no hay una cesta de activos reales monetizada en la emisión de Bitcoin, ni Bitcoin tiene un tipo de interés definido al no existir una banca o mercado de bonos que opere en Bitcoins.