Pues yo no sé si soy (somos) la excepción que confirma la regla, o la que la rebate o yo qué sé... pero bueno, ya lo he dicho muchas veces: mi santo y yo nos conocimos en un foro de internet (no en un chat, ni en badoo, ni buscando pareja ni nada por el estilo) y desde el primer minuto fué encontrar en otra persona una afinidad como nunca, jamás se había dado: gustos complementarios, formas de ver la vida parecidas, historias personales casi con el mismo patrón. Hemos pasado la fase de creernoslo, de no creernoslo, de dejarnos, de buscarnos, de volver después de darnos cuenta de que no hay nada igual por ahí... y seis años después, por aquí seguimos, hablando cada día, encontrando nuevos puntos en común y convencidos de que esto (todo esto) no le pasa a todo el mundo.
(Y hace muchos, muchos años, cuando no existian los ordenadores, ni internet, había personas que se conocian y se enamoraban por carta... creo que sólo el soporte ha cambiado, lo demás sigue vivo...)
Tu historia siempre me ha encantado . Y lo de las cartas es cierto... mis abuelos se conocieron así. ¡Vaya tiempos!