Jajajaja muchas gracias por elevarme el ánimo y la jovenlandesal.
Solo le veo un problema a su planteamiento. Que en realidad gente como usted, que piense como usted, hay muy poca. Es más ¿A cuantos conoce en su caso que se le parezcan?
Precisamente siempre he sido hispanista por eso. Porque solo veo futuro y esperanza en los pueblos del otro lado del charco que tantos desprecian. Lo que no entienden es que precisamente por su situación actual tan precaria, son los que tienen ganas e ilusión por construir algo y superarse. Que "nuestra utopía" como países desarrollados es inalcanzable posiblemente, pero la suya de vivir en paz y con una prosperidad razonable, es perfectamente factible y por eso les animará a seguir bregando y luchando por mejorar.
Por desgracia creo que tanto usted como yo vivimos en una especie de burbuja, y no me refiero al foro. Hispanistas hay unos cuantos, hacemos mucho ruido para los que somos, tenemos razón, pero nunca vamos a llegar a ser un movimiento de masas. Le he leído antes, y supongo o anticipo que usted considera que el posible elemento aglutinador puede ser la caída o crisis terminal de un hegemón actual como los EEUU que de lugar a una especie de "edad oscura" o de caos donde el brote o plantón de la unidad hispana pueda crecer libremente sin la sombra de la secuoya anglosajona. Pero no sé, lo veo complicado y sobre todo complejo. Los imperios rara vez aparecen por consenso, al menos yo no conozco ninguno, se generan por pura imposición o conquista. Una cultura o civilización más vital termina asimilando o generando otra aún más grande. No veo yo nada así posible en el mundo hispano. Salvo milagro claro. Una especie de liderazgo excepcional, de estos que aparecen una vez en la historia que actuase como catalizador.
Aún así cuanto más me lo planteo más novelesco me parece, pero ni que decir tiene que ojalá tenga usted toda la razón.
Plantéeselo desde una posición más abstracta, ¿y cuál es la alternativa? En el razonamiento dialéctico siempre se proponen pares de alternativas seriadas y nuestro brujuleo acaba encontrando el camino muchas veces por simple descarte.
¿No hacer nada? Sabemos que el ser humano es así como dice: el grupo más vital domina al apagado, las estructuras organizadas señorean a las masas. Tampoco creo que haya ninguna solución mediante el consenso, si acaso, el pequeño consenso o "democracia de los generales" a la hora de decidir en conjunto un plan de guerra, y muchas veces ni eso. En ese sentido, coincido en todo. Pero, ¿acaso somos demócratas? ¿Hemos de concluir en que abandonamos la lucha por falta de consenso, en vez de en la necesidad de formar una aristocracia nueva y combativa?
Más. Si nos vamos a un juego de análisis geohistórico, ¿cuál es el grupo más vital? Por ejemplo, desde muchas perspectivas de la "derecha" se cae en pensar que en el Islam, África u Oriente hay grupos más vitales que en la Cristiandad, Europa u Occidente (por poner pares opuestos), hasta tal punto que algunos caen en ramalazos maurófilos o directamente neomuladíes. Pero, ¿realmente lo son? El Islam lleva en decadencia mil años y no parece salir de ahí; a menos que entendamos por vitalidad su "estancamiento milenario", en cuyo caso podría aplicar también a nosotros y no haría falta buscar verdades en el jovenlandés. África está teniendo una auténtica revolución demográfica en nuestras fechas, y esto sí podría justificar la formación de algunas potencias subsaharianas, pero ¿algo más allá? Para el siglo XXII ya estarán en cilindros demográficos como el resto, ¿les dará tiempo a fundar imperios globales? ¿Es razonable o tenemos que apostar por sus proyectos, que no son los nuestros? Otros como China ya están encauzando su senda decreciente, nuevamente por su pinchazo demográfico. Para dentro de no tanto, todo el mundo jugará en la liga de las naciones decadentes de los 1,9 hijos por mujer.
Por otro lado, desde la "izquierda" el marco de trabajo suele ser pensar que el grupo más vital es el de la propia izquierda en sí, en sus diferentes variantes, y que está destinado a señorear al resto, pobres de derechass curritos, ignorantes y paletos. Nuevamente, ¿es así? Desde cualquier perspectiva de análisis razonable (y ya se ha debatido infinitas veces y desde hace siglos) lo único que se ve de los regímenes de izquierdas es un hundimiento generalizado en el lapso de tres generaciones. La mitad de las mujeres (¡mujeres!, no hombres, que ésos siempre estuvieron así) de mi generación no tiene hijos, acabando con 4500 millones de años de historia evolutiva. Todo esto está ocurriendo bajo el imperio norteamericano (que ya no es aquel mundo radiante de los 1990, y ésto lo hemos visto en nuestro propio tiempo de vida) y bajo las ideologías de izquierdas. ¿Es aquí donde está la vitalidad?
La apuesta personal por la Hispanidad (y de otros, que calculo en 5 mil formados, 50 mil informados y unos fáciles 5 millones de posibles simpatizantes en nuestro país si la cosa tuviera algo de predicamento) lo es también por descarte. Pero estoy abierto, ¿cuál es, si no, la gran Idea vital a la que adscribirnos? Me encantan las grandes ideas, la construcción de las bases, la "Paternidad de las Patrias", que es casi una extensión grandiosa de la paternidad familiar. En fin, ¿cuál es, ahora? Aquí su amigo, o cualquier otro, tiene que ser deíctico y señalar: ¡ésa es la Idea! Y entonces miraremos y la estudiaremos, y quizás nos seduzca. Pero aquí, lamentablemente para los tipos soñadores como yo, o no hay nada que señalar, o lo que se señala encaja en alguna de las múltiples formas ya conocidas.
Sitúese en esos siglos V, VI o VII, en el Oriente helenorromano, ¿apostaría usted por ese grupo tan vital como parecía ser el Islam? Yo tengo claro que mi posición se acercaría más a la de algún monje cristiano que se opusiera a la nueva ola. Luego, los bizantinos tuvieron un pequeño renacer con Basilio, ¿por qué no seguir por aquí antes de sucumbir definivamente? Nos quedan unos cuantos siglos, ¿no? Veo a la gente aún hablando español y pensando con formas cristianas, herejes pero cristianas. Las tras*formaciones y sincretismos no cesarán, de todas formas, pero quizá alguno de estos sincretismos, no tan lejanos, sea el que da el campanazo, ¿por qué no estar abierto a ello? Y si es posible, informar a ese nuevo sincretismo, o incluso a los nuevos integrismos, para que no se lancen al vacío y vuelvan a perder el tiempo: ser averroístas frente a los radicales del desierto.
Además, todos los grandes siempre han venido a decir que la Hispanidad es un concepto de sustitución, en concreto, de la Cristiandad. Esto, cuando lo comento, es bien recibido por los católicos. Lo que ocurre es que la Cristiandad también tiene su ciclo. Si el de las naciones es centenario, las religiones duran más, pero también se apagan, y lo hacen en ciclos de milenios. Esto ya no es tan bien recibido por los creyentes. Pero no tenemos que caer en la trampa del ateo. El ateo clásico (y el satanista) siguen unidos a la Cristiandad porque se definen respecto a ella. La verdadera trascendencia de la Cristiandad (que es lo que está de fondo en todo esto) pasaría por la formación, en realidad, de un supersincretismo tanto o más cristiano: estimo razonadamente que no ha habido sistema más perfecto que el cristiano, y si se ha de crear uno nuevo, ha de tener necesariamente al más perfecto anterior como referente, esto es, una Ultracristiandad, tanto como la Cristiandad fue una perfección de los sistemas helénicos anteriores.
Realmente, como individuos sólo podemos dar pequeños empujones (¿qué, si no?), puesto que el propio desarrollo humano encontrará estos caminos. La cámara de eco o burbuja, en realidad, está pinchada desde siempre. Y recordemos que el Quijote murió cuando recuperó la cordura.