... estaban integradas por tres columnas: al frente de la primera de ellas figuraban los jóvenes cartagineses, descalzos y armados con espadas cortas, encabezados por Magón, quien los guiaba desde su carro de guerra; a continuación se hallaban los escuadrones de Utica y Aspis, Leptis, Ea, (<-- esto existe en Vizcaya) Tingis y Zama, (<-- Ulzama? ) dirigidos por Anteo. En la segunda columna se encontraban los mercenarios norteafricanos, así como los sŭbditos y aliados de Cartago, entre quienes descollaban los etiopes y nubios,, especialistas en el lanzamiento de venablos envenenados; los macios, barbudos e hirsutos, con pieles de machos cabríos sobre sus hombros y armados con dardos unidos a sus muriecas por correas; los adrimáquidas, procedentes de los confines de Egipto, pertrechados con escudos de piel y espadas cortas y curvas; los masilios, elementos númidas de Mauritania, cuyo jefe era Bocco; los gétulos, procedentes del desierto, con su comandante Aquerras (<-- el Comandante Akerra, posiblemente el primer vasco documentado) ; los marmáridas, famosos por sus brujerías y que avanzaban con un estruendo horrible; los baniuros, armados con jabalinas; los lotófagos; los garamantes...
Los autores clásicos calculan en unos 90.000 infantes y 12.000 jinetes el montante de los efectivos ...
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Aquí aparece el simpático ejército que atravesó los pirineos, donde encontramos al Comandante Akerra al frente de sus compinches que trajeron la lengua esa "europea" tan antigua, esa lengua "pre-indoeuropea" tan europea y tal. Debían ser los refugees más "preparados", o "los mejores" como diría la momia Carmena, los que acabarían por soemeter a los celtas de la franja de Sangüesa-Jaca. Ya sabeís, los celtas, aliados de los bárcidas, les ofrecerían sus alimentos y tal, y los refugees ... en fin, los verían débiles, y ... bueno, pues eso.
Y todavía hay simples que se meten a este hilo a reirse de los niños asesinados en Hipercor por Akerras de cosa, porque la genética asesina se camufla muy bien en el R1b. Un augusto que habla una lengua marrón y encima no se da cuenta, no tiene de nada de qué reirse, hombre.
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