Dr. Oldman
La que no es fruta es coja.
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Ante todo desearos felices fiestas. Pese a que todo pudiera parecer idílico y super chulo con mi suegro haciendo el augusto delante del niño, mi sobrino saliendo a fumar entre plato y plato y el alopécico de mi cuñado haciendo comentarios estupidos haciendose el cultureta, despues de todo, mi vida se ha convertido en un verdadero infierno hace cuestión de una semana que por desgracia sufrí un percance de tráfico.
Si bien me siento un verdadero afortunado por haber sobrevivido al accidente, lo cierto es que las secuelas derivadas de la situación, no son otras que celos compulsivos de mi mujer y una terrible amenaza.
Siempre he sido de los que echan algún que otro piropete a las mujeres y ella lo sabe, pero le dejo ver que solo tengo ojos para ella aunque de vez en cuando me vaya a echar unos tiros al club de caza (guiño, guiño)
Narrare escuetamente lo que se ha convertido en un ultimatum al cual no voy a ceder cueste lo que me cueste. Soy una persona rutinaria y me cuesta cambiar mis habitos sin un porqué.
Como os decia, fruto del accidente me quedaron unos dolores cervicales brutales, por lo que el médico de cabecera en consenso con el de la mutua, ya que fue accidente laboral, decidieron que lo mejor era hacer una rehabilitación acorde a mis dolencias. Por ello fuí derivado a la unidad de fisioterapia de mi mutua.
El primer día de tratamiento me levanté 6:30 am (Madrid es una cosa) y me pegué una buena ducha. Afeitada de rigor, buena empapada en Brumel y arranqué mi utilitario de sustición. Puse rumbo a rehabilitación. Llegué pronto. Me presento en recepción y me pasan a una salita de espera que tendría aprox. unos 40m2 donde habían dos teles y el canal 24 hs de fondo. Entre el sonido de la tele, viendo alguna juca en el tiktok, escucho mi nombre. Levanto la mirada y allí estaba ella; rubia despampante con manos de camionero polaco,aunque con una voz dulce y suave que me pide pasar a consulta. Me dice que me saque la ropa de cintura para arriba. Asiento y como buen macho curtido de gimnasio y seguro de mi mismo por propia labor genética, me quedo en un face to face marcando abdominales y pepctorales. (Decir que antes de salir de casa había hecho un par flexiones para ir marconi total por si las moscas)
Túmbate boca abajo -me dice- que te voy "soltar". Tras 10 minutos de hablar de temas banales, empecé a sentir un cosquilleo de manera intermitente en la punta del pimpollo sabiendo que en cualquier momento tendría una erecciçon y que entre nosotros podria llegar a haber algo desde el minuto que intercambiamos dos palabras. La conversación iba siendo mas fluida mientras aplicaba calor con una maquina en forma de embudo, hasta que la armonía se interrumpe por los puñeteros wsps de mi mujer.... con los incesantes tilín, tilín, tilín del puñetero teléfono.
Saco el aparato y en las emergentes salian los puñeteros mensajes.
Hola cariño buenos días. Has salido pronto por la mañana.
¿Te has duchado? siempre te duchas por las noches.... (los puntos suspensivos incluidos)
¿Con quién estas? ¿Es chico o chica?
A ver que haces, eh!
Leer esos mensajes fueron una declaración de guerra puesto que nunca me ha gustado ser controlado y e esta ocasión prestaba para ello.
Seguí a mi rollo y no le contesté. Obviamente cosnciente de que a posterior sería sometido a un autentico vendaval de mensajes y llamadas con el correspondiente interrogatorio para compararse con la susodicha.
La cosa se enfrío un poco porque creo que pudo ojear los mensajes con mi mujer, pero me encargue de sacarla de ese estado mental con las tipicas preguntas frívolas que les puedes hacer a ese tipo de mujeres acostumbradas a hablar con albañiles y soldadores.
Sin mas detalles, la sesión termino en unos 45 minutos y nos despedimos amablemente.
La cosa se tuerce cuando llego a casa. Mi mujer de vacaciones. Yo de baja. Me espera en modo rumano celoso cuando la mujer ha ido de cena de empresa y vuelve a casa una hora mas tarde.
Suelta:
¿Que?
¿Tanto te costaba contestar los mensajes?
Le dije que no diera por ojo ciego y que no podia levantar los brazos de la camilla. Se centra en su unico objetivo. Saber los detalles de si era chica o chico para, como bien cuento antes, empezar a maquinar un plan de comparativas y calificativos de alguien que no conoce pero que da por sentado que puede ser un rival.
Sin mediar palabra me dice que estoy raro. Que nunca me suelo duchar por las mañanas y que por qué se me había ocurrido hacerlo. La sigo ignorando y se pone en plan histerica a gritar VES, LO SABÍA, YA ESTUVE HABLANDO CON M****** del puñetero temita del fisio, que son todas unas pilinguis y tu eres un flojo. me acuerdo de MI fruta VIDA! NO VAS A IR MAS! La dejé chillando sola y me baje al bar de PACO (se llama así) a echar un cafe.
Tras un par de horas y de hablar con la amiga suya (me lo puedo imaginar) vuelvo a casa y como si nada. No volvió a sacar el tema. Presenta alguna inestabilidad psiquica de manual y no se quiere tratar. Al día siguiente, como los días sucesivos, tenía cita con la fisio y obviamente he acudido.
Por no extenderme mucho mas, no voy a contar detalles respecto a los posteriores encuentros con la chica en cuestión, pero os adelanto que hemos intercambiado telefonos y tal.
Lo verdaderamente importante es que tras una semana sin volver a hablar del tema y de aquel suceso de extremos celos y berrinche inexplicable, ayer, nochebuena, a eso de las 14 hs despues de mi sesion matutina, suena el telefono. La fisio: ¿Que tal estas despues de los ejercicios? Me quedé de piedra y le conteste muy secoy colgué rápido. Mi mujer con cara de circunstancia, se levanta. Se va a la cocina, grita DIOOOOOSSS!!! me gusta la fruta! VIENE A MI Y ME DICE TE LA HAS amaDO?
Se lleva las manos a la cabeza en plan posesa y me dice que si se me ocurre volver el martes al fisio se divorcia y me deja sin nada.
Total, que aquí estamos, con toda la familia cenando en casa y de vez en cuando me echa unas miradas fulminantes y, aunque no estoy en su mente, se que está pensando constantemente que ni se me ocurrirá volver a esa consulta el martes.
Estoy estropeado pero en el fondo no quiero ceder, porque si cedo, será el principio de muchas futuras ocasiones como estas.
Que opinais?
Si bien me siento un verdadero afortunado por haber sobrevivido al accidente, lo cierto es que las secuelas derivadas de la situación, no son otras que celos compulsivos de mi mujer y una terrible amenaza.
Siempre he sido de los que echan algún que otro piropete a las mujeres y ella lo sabe, pero le dejo ver que solo tengo ojos para ella aunque de vez en cuando me vaya a echar unos tiros al club de caza (guiño, guiño)
Narrare escuetamente lo que se ha convertido en un ultimatum al cual no voy a ceder cueste lo que me cueste. Soy una persona rutinaria y me cuesta cambiar mis habitos sin un porqué.
Como os decia, fruto del accidente me quedaron unos dolores cervicales brutales, por lo que el médico de cabecera en consenso con el de la mutua, ya que fue accidente laboral, decidieron que lo mejor era hacer una rehabilitación acorde a mis dolencias. Por ello fuí derivado a la unidad de fisioterapia de mi mutua.
El primer día de tratamiento me levanté 6:30 am (Madrid es una cosa) y me pegué una buena ducha. Afeitada de rigor, buena empapada en Brumel y arranqué mi utilitario de sustición. Puse rumbo a rehabilitación. Llegué pronto. Me presento en recepción y me pasan a una salita de espera que tendría aprox. unos 40m2 donde habían dos teles y el canal 24 hs de fondo. Entre el sonido de la tele, viendo alguna juca en el tiktok, escucho mi nombre. Levanto la mirada y allí estaba ella; rubia despampante con manos de camionero polaco,aunque con una voz dulce y suave que me pide pasar a consulta. Me dice que me saque la ropa de cintura para arriba. Asiento y como buen macho curtido de gimnasio y seguro de mi mismo por propia labor genética, me quedo en un face to face marcando abdominales y pepctorales. (Decir que antes de salir de casa había hecho un par flexiones para ir marconi total por si las moscas)
Túmbate boca abajo -me dice- que te voy "soltar". Tras 10 minutos de hablar de temas banales, empecé a sentir un cosquilleo de manera intermitente en la punta del pimpollo sabiendo que en cualquier momento tendría una erecciçon y que entre nosotros podria llegar a haber algo desde el minuto que intercambiamos dos palabras. La conversación iba siendo mas fluida mientras aplicaba calor con una maquina en forma de embudo, hasta que la armonía se interrumpe por los puñeteros wsps de mi mujer.... con los incesantes tilín, tilín, tilín del puñetero teléfono.
Saco el aparato y en las emergentes salian los puñeteros mensajes.
Hola cariño buenos días. Has salido pronto por la mañana.
¿Te has duchado? siempre te duchas por las noches.... (los puntos suspensivos incluidos)
¿Con quién estas? ¿Es chico o chica?
A ver que haces, eh!
Leer esos mensajes fueron una declaración de guerra puesto que nunca me ha gustado ser controlado y e esta ocasión prestaba para ello.
Seguí a mi rollo y no le contesté. Obviamente cosnciente de que a posterior sería sometido a un autentico vendaval de mensajes y llamadas con el correspondiente interrogatorio para compararse con la susodicha.
La cosa se enfrío un poco porque creo que pudo ojear los mensajes con mi mujer, pero me encargue de sacarla de ese estado mental con las tipicas preguntas frívolas que les puedes hacer a ese tipo de mujeres acostumbradas a hablar con albañiles y soldadores.
Sin mas detalles, la sesión termino en unos 45 minutos y nos despedimos amablemente.
La cosa se tuerce cuando llego a casa. Mi mujer de vacaciones. Yo de baja. Me espera en modo rumano celoso cuando la mujer ha ido de cena de empresa y vuelve a casa una hora mas tarde.
Suelta:
¿Que?
¿Tanto te costaba contestar los mensajes?
Le dije que no diera por ojo ciego y que no podia levantar los brazos de la camilla. Se centra en su unico objetivo. Saber los detalles de si era chica o chico para, como bien cuento antes, empezar a maquinar un plan de comparativas y calificativos de alguien que no conoce pero que da por sentado que puede ser un rival.
Sin mediar palabra me dice que estoy raro. Que nunca me suelo duchar por las mañanas y que por qué se me había ocurrido hacerlo. La sigo ignorando y se pone en plan histerica a gritar VES, LO SABÍA, YA ESTUVE HABLANDO CON M****** del puñetero temita del fisio, que son todas unas pilinguis y tu eres un flojo. me acuerdo de MI fruta VIDA! NO VAS A IR MAS! La dejé chillando sola y me baje al bar de PACO (se llama así) a echar un cafe.
Tras un par de horas y de hablar con la amiga suya (me lo puedo imaginar) vuelvo a casa y como si nada. No volvió a sacar el tema. Presenta alguna inestabilidad psiquica de manual y no se quiere tratar. Al día siguiente, como los días sucesivos, tenía cita con la fisio y obviamente he acudido.
Por no extenderme mucho mas, no voy a contar detalles respecto a los posteriores encuentros con la chica en cuestión, pero os adelanto que hemos intercambiado telefonos y tal.
Lo verdaderamente importante es que tras una semana sin volver a hablar del tema y de aquel suceso de extremos celos y berrinche inexplicable, ayer, nochebuena, a eso de las 14 hs despues de mi sesion matutina, suena el telefono. La fisio: ¿Que tal estas despues de los ejercicios? Me quedé de piedra y le conteste muy secoy colgué rápido. Mi mujer con cara de circunstancia, se levanta. Se va a la cocina, grita DIOOOOOSSS!!! me gusta la fruta! VIENE A MI Y ME DICE TE LA HAS amaDO?
Se lleva las manos a la cabeza en plan posesa y me dice que si se me ocurre volver el martes al fisio se divorcia y me deja sin nada.
Total, que aquí estamos, con toda la familia cenando en casa y de vez en cuando me echa unas miradas fulminantes y, aunque no estoy en su mente, se que está pensando constantemente que ni se me ocurrirá volver a esa consulta el martes.
Estoy estropeado pero en el fondo no quiero ceder, porque si cedo, será el principio de muchas futuras ocasiones como estas.
Que opinais?
