Es una frase que escuché el otro día en una película y me ha dejado pensando en ello.
Una persona jóven está en condiciones de trabajar, de buscarse la vida, aún tiene tiempo para poner las cosas en su sitio. No necesita tampoco el dinero para disfrutar.
Un joven puede contentarse con un hogar sencillo, vivir con sus padres o compartir piso.
Un jóven debería por lo menos intentar tener relación con una mujer, sin depender del dinero, porque está en el momento para ello.
Una persona mayor, en cambio, (y ya extiendo su significado no solo a un viejo, si no a un adulto pasando la mediana edad) no está en momento para contentarse con tan poco.
El tiempo juega en su contra, sus capacidades físicas van a menos y no a mas. En unos años dejará de trabajar y tendrá que depender de la pensión incierta de un gobierno corrupto.
Ya no está en edad de cortejar mujeres si no tiene nada mas que ofrecer, ni de vivir en cualquier parte, ni de trabajar en cualquier parte, ni de contentarse con beber una litrona en el parque con sus amigos.
Esta idea refuerza mi hipótesis de que tiene mucho sentido ahorrar e invertir de jóven, viviendo una vida frugal y sin ansiar el gasto. Para saber contentarse con menos, y disponer de mas que te permitirá tranquilidad y seguridad cuando la necesitas.
El dinero no da felicidad pero si puede dar tranquilidad y ventajas interesantes (cuando se junta suficiente). Sin llegar eso si a la locura y a privarse de cosas que realmente sean importantes para uno.
